jueves, 21 de febrero de 2013

LA OPO FRAGMENTADA


El papelón, ese lugar común tan opositor

De la Sota reculó en Córdoba con las antenas de la TDA, radicales y disidentes del peronismo fracasaron en el Senado y De Narváez llamó por solicitada en Clarín y La Nación a suprimir al otro como solución a todos los problemas.

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Es casi un lugar común decir que la oposición en Argentina está fragmentada y con liderazgos que no pueden superar el estadio de fustigadores crónicos del kirchnerismo gobernante. Más difícil es explicar por qué la vocación de poder del antikirchnerismo militante se agota en tramitar un título dantesco en los medios hegemónicos, sin disputar seriamente nada con el gobierno que tanto los exacerba. Es como si sólo quisieran jugar a la batalla naval por los diarios, mientras aguardan la próxima iniciativa oficial que –otra vez– va a dejarlos a la zaga de lo que acontece por fuera del relato rapaz que contribuyen a crear. Van de la impotencia al papelón, en realidad, a la espera de un milagro que nunca sucede.
José Manuel de la Sota quiere ser presidente. Hace años que quiere y no puede. Ahora se le ocurrió una genialidad: plantarse como emperador mediterráneo y esperar que el país se vuelva "cordobesista" de la mañana a la noche. Su anhelo es una fantasía. Que la gente tome fernet y escuche cuarteto, no convierte a Córdoba en La Meca de ningún poder. Hablar de renovación sentado a la mesa con Luis Barrionuevo es para que Luis Juez haga chistes durante todo 2013. Clausurar las antenas de la TDA (Televisión Digital Abierta) por presunto daño ambiental y, un mes después de someter a medio millón de cordobeses al "apagón informativo" más grande desde la recuperación democrática, recular vergonzosamente como lo hizo esta semana, tampoco va a arrimarle votos extra. De la Sota quiso justificar la chicana en el nacionalismo cordobesista supuestamente agredido por el unitarismo camporista porteño. El resultado: desde el 7D que el gobierno nacional no obtenía una victoria tan clara en su política antimonopólica. Recordemos que el corte caprichoso obligaba a los cordobeses –muchos de ellos, votantes de De la Sota– a pagar a Cablevisión y Direct TV si querían ver televisión, constituyendo un caso de censura y una lesión al derecho democrático a la comunicación. El mandatario cordobés tuvo que ceder, finalmente, y Martín Sabbatella, titular de la AFSCA y coordinador de todas las agencias oficiales en esta pelea, coronó tres semanas de intensa gestión con un rotundo triunfo judicial, pero sobre todo político. Es cierto, nadie está exento del papelón, ese lugar común tan opositor. Pero si el cordobés sueña de verdad con la Casa Rosada, debería cometer menos errores que el resto de sus competidores. Esta no fue su semana, sin dudas.
 
Tampoco quedaron bien parados los radicales y los disidentes del peronismo en el Senado durante el debate por el acuerdo con Irán en el caso AMIA, al que asistió el canciller Héctor Timerman. Primero porque el oscurantismo que denunciaban con algo de paranoia y mucho de sobreactuación quedó desarmado por una jornada legislativa de cinco horas de duración, cristalina, didáctica y transmitida en vivo por todas las señales de noticias. El jujeño Gerardo Morales arrancó bien arriba, bastante exaltado, llamando "mentiroso" a Timerman. Lo salvó, en parte, después Ernesto Sanz, que es tan radical como el otro pero con educación. La oposición cuestionó que se le vaya a dar información a los iraníes como paso previo a los interrogatorios, que hará en Teherán un juez argentino según la ley argentina. La respuesta, una obviedad: el imputado tiene derecho a saber de qué se lo acusa. También hubo críticas porque los iraníes podían negarse a declarar: eso también está contemplado en el derecho nacional. Es decir, no hay ningún beneficio para los iraníes que tienen circulares rojas de Interpol, salvo los mismos que tendría un ciudadano argentino en igual trance procesal. Sin embargo, al día siguiente, Clarín y La Nación titularon con la "no noticia" producida por una oposición papelonera, donde muchos son abogados: "Los iraníes podrán negarse a declarar." Eso no lo dice el gobierno, ni el acuerdo firmado con Irán: está en el Código Procesal Penal de La Nación.
 
Fue llamativo el cambio de postura de la AMIA y la DAIA. Dos semanas antes habían apoyado a Timerman. Esta vez, con argumentos de la política exterior israelí ("Irán no es un interlocutor confiable"), llamaron a boicotear la política exterior argentina. El cruce por un supuesto "tercer atentado" en ciernes denunciado por Guillermo Borger quedó en el territorio de la metáfora. La irrupción en el recinto de Laura Ginzberg, familiar de una de las víctimas del atentado, a instancia de la senadora del FAP Norma Morandini, generó revuelo: calificó el acuerdo como el "punto final" de la causa AMIA. Se pueden decir, y de hecho se dijeron, muchas cosas para rebatir esa afirmación, pero hay que admitir que Ginzberg sonó más convincente que las bancadas opositoras en su intento por dinamitar el Memorándum. Ella cree de verdad que todo esto no sirve. Está en su derecho, claro. Las otras organizaciones de familiares, la 18J y Memoria Activa, en cambio, apoyaron el entendimiento como un paso adelante para arrancar del inmovilismo a la causa judicial que lleva casi 19 años sin detenidos. Al oficialismo no le resultó difícil el trámite parlamentario. Los senadores Marcelo Fuentes, Aníbal Fernández y Miguel Pichetto, espadas legislativas que ni el radicalismo ni el bloque disidente del peronismo tienen, acompañaron a Timerman con tenaz elocuencia. Al fin de cuentas, hasta la AMIA y la DAIA reconocieron que Néstor y Cristina Kirchner fueron los que más hicieron por esclarecer el atentado, ¿por qué ahora habrían de proponer la impunidad definitiva? Esta semana, habrá que ver cómo vota el ex presidente y actual senador Carlos Menem, imputado por "encubrimiento" y desvío de la investigación junto a su ex jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy y el ex titular de la DAIA, Rubén Beraja, en el juicio conocido como AMIA 2, que ya fue elevado a su fase oral. Es una de las paradojas del país en que vivimos.
 
Otra de las noticias políticas de la semana fue la revelación del almuerzo no positivo entre Scioli y Cobos, registrado allá por diciembre, en Villa La Ñata. Apenas estalló, en el entorno del ex motonauta no sabían cómo minimizar el asunto. Hubo amagues de negarlo, incluso. Pero Cobos pidió que le preguntaran, dio precisiones y dejó expuesto a su amigo Scioli, a merced del kirchnerismo puro, que volvió a cargar contra su aliado más difícil en territorio bonaerense. Cobos sigue siendo Cobos, según se ve. Y Scioli, lo mismo. "Al final –comentaba uno de sus colaboradores– hablan tanto de diálogo y se ponen locos cuando Daniel habla con alguien. Él dice lo mismo en público que en privado, vayan a Wikileaks y lo van a comprobar." Efectivamente, Scioli es aburrido en cualquiera de las dos circunstancias. El problema que no entiende o no quiere entender el sciolismo es que el manual de usos y costumbres del kirchnerismo básico no incluye en el diálogo a los que se fueron traicionando el proyecto a lo Judas. Y, en este caso, la historia, además, le volvió a dar la razón al kirchnerismo duro: Cobos hizo público lo que no debía hacer público.
Para finalizar, una reflexión sobre la solicitada de Francisco De Narváez. "Ella o Vos", la tituló. Empieza diciendo que la Argentina está dividida y que él, hombre sacrificado, tiene intención de representar a una de las partes. El "Ella o Vos", en realidad, no es un proyecto salvífico. No, nada de eso: lo que está planteando De Narváez es que existe una parte "o" la otra; no las entiende a la vez, es decir, una parte "y" la otra, aunque sean diferentes. Peor aun, De Narváez dice que para que exista una parte, la otra parte debe desaparecer. Traducido: para que "Vos" seas algo, "Ella" debe dejar de ser. El millonario que se pasea por los canales dando cátedra sobre institucionalidad, se llevó pluralismo a marzo, al 24 de marzo, para ser más exactos. Su concepto de la convivencia o, incluso –para atenuarlo un poco–, el de la tolerancia, expresa autoritarismo. Se trata del mismo candidato eterno a algo que aparecía en pantalla hablando de la polarización K como algo nefasto. Pero "Ella o Vos" es la campaña publicitaria más infame y antidemocrática de los últimos años. Suprimir al otro para que uno sea algo es la idea maliciosa que alentó el genocidio de los Videla y los Martínez de Hoz. Y ya sabemos cómo terminó.

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