martes, 30 de abril de 2013

DE LA SATISFACCIÓN DEL PSICÓPATA



La represión fue un mensaje

 Por Aníbal Fernández *
La violencia es el último recurso
del incompetente.

Isaac Asimov.
No fue una equivocación. La muestra evidente de esto es que no hay arrepentimiento ni preocupación. Ni tan siquiera culpa... como si ellos quisieran ocupar, en términos de consideración, el lugar de los pacientes del Borda a los que mandaron agredir brutalmente. Como les dijo la Presidenta: “Hay algunos que están afuera y deberían estar adentro”. La ausencia de culpa es una de las más claras evidencias de alguna psicopatía.
No hubo ni un gesto, ni una declaración que hiciera pensar que pudo haber error en la sangrienta represión que ordenaron el viernes pasado. No asumieron responsabilidad alguna por las heridas físicas y psicológicas (quizá las más profundas) que su decisión les provocó a los internados en el neurosiquiátrico. Al contrario... durante la interpelación del sábado se mostraban plácidos, sonrientes... diría que satisfechos.
Fue adrede. A mansalva. Alevosamente y con premeditación. Fue estratégicamente pensado (habría que ver quiénes operan como estrategas de ese grupo) con la clara intención de confirmar lo que ya venían insinuando en otras expresiones represivas similares, como la del Parque Centenario y la Sala Alberdi: “A nosotros no nos va a frenar ni la protesta, ni la ley, ni nada”... Así de autoritario es su accionar.
Actuaron seguros de que ese sector de la sociedad al que se dirigen decodifica perfectamente el mensaje de su accionar despiadado y sin límites. Y si esto no fuera así, no importa: los exegetas de los medios que los protegen (y financian... y asesoran) les explicarán oportunamente a sus lectores que “es hora de que la policía actúe frente a los violentos”... Sin decir que los “violentos” en cuestión eran enfermeras, pacientes, trabajadores de la Salud y periodistas.
La verdad es que creen que una marcha de protesta les da una oportunidad y también impunidad. Juzgan que esas mujeres y esos hombres que se manifiestan “políticamente insatisfechos” (una muestra de la Consultora Equis dice que casi el 80 por ciento de los manifestantes no se siente representado por ningún partido político) desean, esperan, añoran una dictadura o, en el mejor de los casos, un gobierno similar a los de las “dictablandas” del “onganiato”. Han escuchado, por ahí, a algunos que dicen: “Lo que necesitamos es un gobierno duro, que castigue a los delincuentes, que no permita que estos negros salgan a la calle a manifestarse...” y entonces les dan una muestra gratis de lo que van a ser y hacer si ganan: palos, gases, balas de goma y de plomo, si fuese necesario, para acallar cualquier protesta que moleste a sus patrones.
Agregan, al mensaje, muestras de un absoluto control de sus fuerzas de choque (el “policía metropolitano” con boina negra de comando, gafas oscuras, pucho en la boca, disparando su escopeta a menos de tres metros de los manifestantes, es la imagen de policía con la que sueñan en sus sueños más dulces).
Y cierran con la conferencia de prensa en la que advierten que se respaldan unos a otros. Que ellos son “buenos” y los que se oponen a ellos, los malos. Que actuaron en base a sus propias leyes, desconociendo la ley. Y que pueden ser el paradigma del cinismo a la hora de explicar lo inexplicable.
Es decir: lo del viernes fue algo así como un acto de campaña electoral dirigido a un sector de la sociedad que, ellos entienden, espera el regreso de una “tiranía” protagonizada por un sector de las “clases altas” entreverados con golpistas eternos, que derroque a lo que, para ellos, es la versión siglo XXI de la “dictadura del proletariado”.
Eso sí, de paso hacen negocios inmobiliarios, porque si de algo saben es de construcción... de construcción de edificios para la venta porque, de construcción política, no entienden absolutamente nada. Son unos perfectos ignorantes.
* Senador Nacional del FpV.

DE LA BONAERENSE DE DUHALDE A LA METROPOLITANA DE MACRI



Macri, el cordero y el lobo

De la Bonaerense de Duhalde a la Metropolitana de Macri. Las justificaciones del PRO y cómo convertir a víctimas en victimarios.

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En la salvaje represión frente al Hospital Borda, el fotógrafo de Clarín José "Pepe" Mateos recibió un balazo de goma en la mandíbula, luego fue atrapado, esposado y, finalmente, llevado detenido por efectivos de la Policía Metropolitana. Es la primera vez que un reportero gráfico sufre un ataque semejante, simplemente por hacer su trabajo, en 30 años de democracia. Ni siquiera en la Masacre del Puente Pueyrredón, de 2002, en la que fueron asesinados los militantes sociales Maximiliano Kosteki y Darío Santillán por la Policía Bonaerense, las fuerzas represivas se atrevieron a esposar y detener a un trabajador de prensa, en ejercicio de su actividad. Precisamente aquel día, fue "Pepe" Mateos, haciendo un formidable trabajo en el hall de la Estación Avellaneda del Roca, quien capturó las imágenes dramáticas que permitieron conocer la verdad y desbaratar el relato oficial duhaldista, que primero atribuyó esas muertes al devenir azaroso de un choque entre manifestantes sumamente violentos y prolijos agentes de seguridad que pretendían imponer orden en el caos desatados por culpa de los piqueteros. A Eduardo Duhalde –según interpretó hace pocos días el presidente del tribunal que entendió en el crimen de Mariano Ferreyra y condenó a la patota de la Unión Ferroviaria–, esos homicidios, los de Kosteki y Santillán, le costaron la salida anticipada de la Casa Rosada. Fue el comienzo de su declinación política: Duhalde nunca pudo regresar de aquella mentira, ni de aquellos crímenes, que Mateos con su cámara ayudó a no dejar impunes.
Hay que hacer memoria. Regresar al contexto de época. Tras el estallido de 2001, los movimientos sociales reclamaban fuertemente por la realidad lacerante que se vivía en sus territorios, con fábricas cerradas, ollas populares y merenderos de emergencia para contener a los pibes que se desmayaban por hambre. Un tendal de pobres y desocupados inundaban el paisaje social luego de la debacle del modelo neoliberal. La protesta popular se extendía a lo largo y a lo ancho del país. La SIDE de Duhalde, encabezada por Carlos Soria –increíblemente asesinado por su propia esposa una década más tarde–, comenzó a instalar la idea de que los grupos piqueteros formaban una protoguerrilla que iba por el poder, a través de la lucha armada, con apoyo de las FARC colombianas. Y lo hicieron con el aval propagandístico de los medios hegemónicos. Hoy parece todo un despropósito, una invención, un absurdo del autor de estas líneas, pero conviene ir a los archivos para descubrir que este delirio monumental era materia de opinión editorial cotidiana en los diarios Clarín, La Nación y la radio del Grupo Hadad. A la demonización mediática, siguió una pertinaz campaña de acción psicológica que preparó el matadero argumental y físico de los militantes Kosteki y Santillán, dos supuestos guerrilleros del Conurbano profundo que entrenaban a los chiquilines de las barriadas en el combate cuerpo a cuerpo entre el pan duro y el mate cocido hirviendo. De no haber sido por la labor del fotógrafo Mateos, las muertes de Kosteki y Santillán hubieran sido culpa de "la crisis" –como tituló Clarín– o de los planes de insurgencia lisérgicos que las usinas del poder agitaban. Pero allí estaban las fotos que permitieron conocer lo que realmente había ocurrido. La escalada violenta contra la protesta social que Duhalde impulsaba para restablecer un orden roto por la propia rapiña de los grupos económicos y no por la desesperada hambruna de la muchedumbre, llegó a su límite.
Las vueltas de la historia volvieron a poner a "Pepe" Mateos en el centro de otra escena igual de violenta, casi once años después. La protagonista, esta vez, no fue la Bonaerense de Duhalde sino la Metropolitana de Macri. Cuando el reportero estaba tomando la imagen de la demolición del Borda, le tiraron posta de goma a la cara primero, y luego varios policías le impidieron hacer su trabajo, lo tumbaron y lo esposaron. Esa foto, la de la demolición, no debía existir. La cámara Nikon se le incrustaba en las costillas, mientras una rodilla policial lo mantenía en tierra inmovilizado. "No recuerdo una represión así", le dijo el hombre que retrató a los matadores del Puente Puyerredón al autor de estas líneas. Sobre el episodio, Guillermo Montenegro, ministro de Seguridad macrista, el hombre que después de varios rodeos aceptó haber dado la orden de atacar con violencia inusitada a los manifestantes del viernes, afirmó: "Estaba golpeado.
Fue un incidente. Él mismo le pidió disculpas a los policías." Lo dijo en la conferencia de prensa más vergonzosa que el oficialismo porteño haya dado en estos años. ¿Disculpas? Eso no existió ¿Golpeado? Sí, por una posta policial.
Pero minutos antes de la mentira de Montenegro, Mateos había dado una entrevista a Radio Nacional, contando los hechos tal como fueron: "Me detuvieron y me esposaron para que no haga la foto de la demolición." Fueron los mismos policías que intentaron cortar los cables del móvil de CN23, atacaron al cronista de C5N y gasearon y balearon a todos los trabajadores de prensa que intentaban registrar lo que sucedía en Barracas.
Y lo que sucedía en Barracas, precisamente, no era "un choque entre policías y manifestantes", como reflejaba TN en sus zócalos. Era una represión policial salvaje, ordenada por la cúpula política del oficialismo porteño, que provocó ocho heridos, casi 50 detenidos y cinco horas de debate al interior del partido autonomista porteño PRO para afinar una estrategia de comunicación que justificara sus propios excesos ante la opinión pública.
Mauricio Macri culpó "a grupos violentos" por lo sucedido. No se refería a su policía desmadrada: sino a un gremio como ATE, a legisladores de media docena de partidos, médicos, enfermeros, internos del hospital y vecinos que se manifestaban en contra de la demolición de un taller de reinserción laboral emprendida por el gobierno municipal entre gallos y medianoche. Como si fuera un Ravi Shankar de consumo infantil, Macri se esforzó en presentar a la Metropolitana como un cuerpo de boy scouts y a sus funcionarios como monaguillos penitentes acosados por hordas barbáricas. Usó la conferencia de prensa para insistir, una y otra vez, con la idea de un jefe de gobierno que pretende gestionar y es atacado por bandas de irracionales, sin mencionar siquiera la palabra represión.
Se ve que Jaime Durán Barba lo tiene bien adoctrinado. En el diccionario cínico del macrismo, una acción como la que llevó a cabo su policía –cuestionada desde su fundación– es apenas la inocente defensa de un predio deshabitado contaminado de asbesto, lo que representa un riesgo grave a la salud, que justificaría todo, absolutamente todo lo grave que pasó. Es decir: para defender la presunta salud futura de los vecinos y un supuesto terreno casi baldío, más de 200 policías con cascos, escudos, armas largas y cortas y gas pimienta en cantidades industriales que produjeron un zafarrancho en un hospital, donde se violó la seguridad física de los manifestantes, de los internos y de los profesionales, son secuelas gravísimas.
No hay relación entre una cosa y la otra. No se puede provocar un daño mayor tratando de impedir uno menor. Y, mucho menos, hacerlo sin la orden de un juez competente. Sus funcionarios dijeron que no había orden de desalojo porque, al tratarse de un predio solitario, no había desalojo que concretar. Y, entonces, la represión, ¿quién la ordenó? Según confesó Montenegro, después de dar varias vueltas ante los periodistas que preguntaban, fue él. Pero en todo momento, se refirió a la represión como la respuesta "según protocolo para restablecer el orden" ante un ataque con piedras de "los violentos". Su versión es sospechosa.
La policía que rodeaba el hospital no era de custodia. Era su cuerpo de élite represivo completo. Desde las 4 de la madrugada, más de 30 vehículos de la Metropolitana aguardaban en cercanías de la cancha de Huracán para intervenir. La noche previa, las Asambleas en defensa del Espacio Público habían realizado más de 25 cortes en distintos puntos de la CABA, con cacerolazos incluidos. ¿Se puede descartar que el macrismo haya aplicado en el Borda una represión aleccionadora para desalentar la expansión de futuras protestas de "los violentos", es decir, de aquellos que no están de acuerdo con sus políticas de gobierno y lo expresan de modo airado? Eso es lo que la Justicia o la Legislatura o, ambas a la vez, deberían investigar.
Cientos de miles de personas, muchas de ellas votantes del PRO, se manifestaron por las calles de la Capital Federal el 18A sin intervención de las fuerzas de seguridad que responden al gobierno nacional. Una multitud de antikirchneristas se paseó por la ciudad ejerciendo su derecho al pataleo en absoluta libertad, sin que nadie amenazara su integridad física. Por el contrario, como en los sucesos del Borda, los que recibieron golpes y aprietes fueron los trabajadores de prensa a manos de ciertos manifestantes.
Se sabe que la Casa Rosada baja una línea antirrepresiva, que hace de la tolerancia a la protesta y de la escasa injerencia policial en los asuntos callejeros, una política de Estado, enseñanza dolorosamente aprendida desde los tiempos de Kosteki y Santillán.
También que el macrismo reivindica peligrosamente el discurso del orden a cualquier precio: los hechos del Borda lo confirman. Y que los diarios tradicionales lo acompañan: La Nación de ayer habló de "brutal enfrentamiento" y Clarín de "graves incidentes". En ambos casos, como Macri, evitaron el uso de la palabra represión.
No sería casual, más bien parece un eslabonamiento histórico derivado de la coincidencia ideológica, que la policía macrista haya detenido y esposado al fotógrafo que desnudó la Masacre del Puente Pueyrredón. El viejo caudillo de Lomas de Zamora apuntaba a "los piqueteros", como ahora lo hace Macri contra "los violentos". Un sujeto hostil imaginario, portador de malignos propósitos, justifica la versión animalizada del mundo que los que se pretenden partidarios del orden a cualquier precio vienen a combatir y disciplinar con la alegría del meter bala.
La contenida retórica de Mauricio Macri en la conferencia de prensa del viernes, lejos de aventar el temor a su radicalización represiva, configura la única certeza después de las escenas desgraciadas que el país observó consternado: la derecha con piel de cordero que pide diálogo y paz cuando es opositora, es la misma que se convierte en lobo cuando gobierna. 


El golpe económico


El radical Ernesto Sanz ya dijo en su momento que la plata de la AUH se iba por la canaleta del vicio y de la droga. Ahora, confiesa que la economía debe empeorar para que la oposición tenga mejores chances en octubre. No importaría el bien común, según su criterio: sólo que al gobierno le vaya mal con los números, para ver si la sociedad rompe de una vez por todas con el conjuro kirchnerista.
Lo de Sanz es comparable al desliz revelador del sincericida Luis Barrionuevo, cuando dijo que había que dejar de robar durante dos años para sacar el país adelante. La frase del senador dejó al desnudo la estrategia del antikirchnerismo para acorralar al gobierno. Supone Sanz –y con él buena parte de la oposición– que el romance electoral del oficialismo con las mayorías electorales se debe pura y exclusivamente a la bonanza económica.
Pero reducir la potencia política del kirchnerismo solamente a su éxito en las cuentas es mirar la realidad con un solo ojo. Y siempre es aconsejable, usar los dos: una sociedad que transita turbulencias en medio de una crisis internacional de envergadura quizá no quiera debilitar la fuerza parlamentaria del gobierno. En la crisis, se sabe, los pilotos de tormenta son los más cotizados. Al kirchnerismo, de todos modos, la boutade de Sanz podría servirle para no bajar la guardia. El dólar ilegal a 9 o 10 pesos hoy es una operación psicológica que impacta en un mercado reducido, pero si se mantiene a lo largo de los meses, podría complicar el escenario general de precios.
El poder empresario concentrado trabaja fuertemente para que haya una devaluación. El sector financiero pretende que el país vuelva a endeudarse en el mercado internacional. Como se ve, varios cooperan con Sanz.

lunes, 29 de abril de 2013

31 MUERTOS A CERO


Treinta y uno a cero

 Por Horacio Verbitsky
Al aproximarse dos fechas clave (la del fallo definitivo sobre la ley audiovisual, la de las elecciones), tanto la oposición mediática como sus apéndices políticos entraron en un estado de sobreexcitación. Su propósito es minar, corroer, derruir a un gobierno que está capeando la peor crisis global en ochenta años con preservación del empleo, pese a la desaceleración brusca del crecimiento. La oposición mediática pasa el test de las expectativas racionales: el diario La Nación goza de una medida cautelar por la que desde hace diez años no paga impuestos que la AFIP estima en 280 millones de pesos y el Grupo Clarín arriesga su desmembramiento de aplicarse la ley audiovisual. La Cámara Civil y Comercial declaró inconstitucionales las cláusulas que interesan al Grupo: aquellas que obligan a elegir entre una licencia de televisión abierta o una por suscripción y que sólo permiten una señal de contenidos a quien opere una licencia de cable. Esto le permitiría conservar Canal 13, Cablevisión, TN y todas sus señales deportivas, artísticas y de entretenimiento. Además, su diario insignia padece una merma constante de ejemplares. Según el portal “Diario sobre Diarios”, las ventas de Clarín vienen en caída libre desde hace siete años y en 2012 fueron inferiores a las de 1960, cuando la Argentina tenía la mitad de habitantes que hoy. La Nación ha logrado mejorar el promedio semanal, gracias a su tarjeta de descuentos que se obtiene con el dominical, estrategia que ahora está implementando también Clarín, con su tarjeta 6-7-8. Perdón, 365.
La oposición política es más desconcertante, porque sus intereses no son económicos sino electorales y el camino elegido ya ha probado su ineficacia. Los gritos, los insultos, los botellazos, los manotones sobre el micrófono y la renuncia a debatir los proyectos no son prueba de fortaleza sino de impotencia. Es el camino que el radicalismo sigue desde la Convención Constituyente de 1949, que abandonó airado, privándose de discutir cuestiones de fondo, en las que su plataforma electoral no era antagónica a la del peronismo. Lo continuó en 1989 y 2001, con las renuncias de Alfonsín y De la Rúa a la presidencia, y en 2009, cuando la Cámara de Diputados votó la ley audiovisual. Si la UCR no logró destruir la República cuando gobernó, más improbable resulta que lo consiga ahora. La exasperación llegó al extremo de convocar a impedir que sesionara el Congreso (Elisa Carrió) o, en el modo más ambiguo de un buen abogado, a que el pueblo movilizado impidiera la sanción de los proyectos oficiales (Ricardo Gil Lavedra). Si en el Senado los bloques minoritarios discutieron en el recinto el contenido de las leyes, en Diputados casi todos los discursos fueron invectivas desmelenadas contra el gobierno y sus propósitos diabólicos, cuyo destinatario no eran las pocas bancas ocupadas sino las pantallas de televisión y posibles demandas de inconstitucionalidad posteriores, como también ocurrió con la ley audiovisual. Estimulados por haber podido poner el pie en la movilización del 18 de abril, los dirigentes partidarios opuestos al gobierno convocaron a movilizarse sobre el Congreso durante el debate y montaron una carpa en la Plaza, con la explícita intención de reproducir el clima de 2008, cuando se discutieron las retenciones móviles. Con ser numerosa, la plaza del 18 mostró una disminución respecto de las convocatorias de septiembre y noviembre de 2012, que tal vez se deba a la insatisfacción que los protestones sienten también respecto de la oposición política. Patricia Bullrich se atribuyó su organización, anunció su candidatura presidencial y en un alarde de coherencia se abrazó hasta con Hugo Moyano. La cita sobre el Congreso, en cambio, fue un fiasco completo. En el mejor momento no pasó de un par de miles y terminó en el ridículo cuando una voluntaria de 19 años contó que la habían dejado sola durante toda la noche, sin alimento, abrigo ni posibilidad de ir al baño. En cualquier caso, el saldo de aquellas tres movilizaciones, en las que los únicos lesionados fueron los periodistas agredidos a golpes por manifestantes, en un caso desde atrás, contrasta con las que sucedieron al finalizar el gobierno radical, en las que la represión ordenada desde la presidencia provocó 31 muertos en la Capital. La misma violencia descontrolada aplicó el viernes la policía brava de Maurizio Macrì contra trabajadores, enfermos psiquiátricos y periodistas en el Hospital Borda de Barracas, sin mandato judicial, como se encargó de precisar el tribunal a cargo, cuya tarea simplificó el gobierno al demoler la construcción en litigio. Para ello, Macrì desconoció una medida cautelar vigente, por lo cual fue sancionado y sumará una nueva causa judicial, y se introdujo de lleno en el reino del revés al acusar a “un grupo violento” por el estropicio que hicieron sus canas, con atuendo y actitud de desembarcar en una aldea afgana poblada de talibanes. Macrì y su vicejefe María Vidal, dijeron con una impavidez envidiable que la policía sólo se defendió. Entre los heridos estuvo Pepe Mateos, el mismo reportero que en 2002 documentó el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en Avellaneda, pero cuyas imágenes no fueron divulgadas por Clarín hasta que este diario publicó las que había registrado Sergio Kowalewski, un fotógrafo colaborador de organismos defensores de los derechos humanos. Además de herirlo en la cara lo tumbaron en el suelo, lo esposaron a la espalda y se lo llevaron a los empujones. Entre el deseo expresado por el radical Ernesto Sanz, de que la economía vaya mal para que mejoren sus chances electorales, y la demostración de Macrì sobre cómo tratar con la protesta social y la prensa, queda claro qué le esperaría al país si los republicanos que exploran fórmulas de unidad desplazaran del gobierno a los autoritarios que vienen por todo. Esa es la única cuenta en la que la oposición vence con comodidad y, si se permite la palabra, por paliza: 31 muertos a 0.

ENTREVISTA A HERNÁN ARBIZU, EL DENUNCIANTE DEL GRUPO CLARÍN


“Gracias a Lanata se volvió a hablar 

de la estafa de Clarín”

Año 6. Edición número 258. Domingo 28 de abril de 2013
Entrevista. Hernán Arbizu.
En el mismo horario en que se emitía el programa del Grupo Clarín que presenta los domingos Jorge Lanata, en el canal de noticias C5N, Hernán Arbizu, denunciante ante la Justicia del Grupo Clarín en 2008 por lavado de dinero, evasión y eventual fraude, volvía a ratificar su denuncia que cuenta con documentación, y pruebas fechacientes. Arbizu trabajó durante casi 20 años en el sistema financiero de bancos internacionales. Su último puesto durante cinco años fue en el banco JP Morgan con mandato de cuentas del Cono sur. Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay.
–¿Qué es lo que lo llevó a hacer pública la semana pasada su denuncia contra el Grupo Clarín?
–Se dio gracias a Lanata, que permitió que a partir de sus propios errores en su supuesta investigación, yo pudiera recordar que existe desde el año 2008 una denuncia radicada en la Justicia, que realicé de manera efectiva, con pruebas y documentación, y sin farandulismo, sobre lavado de dinero, fraude y estafa del Grupo Clarín a las AFJP, justamente desde el mismo medio en el que Lanata pretendía realizar denuncias de lavado de dinero. Y mi denuncia Lanata la conoce muy bien porque él mismo escribió notas sobre esto y me entrevistó para el diario Crítica.
–¿Cuál es el estado de la causa a cinco años de su denuncia?
–Congelada, no hubo movimientos posteriores a mi denuncia al Grupo Clarín ante la Justicia, centrada en lo que es evasión impositiva, si bien nombró el fraude de AFJP. Después, la Unidad de Información Financiera me llamó dos o tres veces a declarar, o a una indagatoria, y ahí hablé más también sobre la denuncia de lavado, evasión impositiva y las estafas a las AFJP.
–¿Cuándo fue la última vez que lo llamaron de la Justicia por la causa de denuncia contra Clarín?
–El día en que hice la declaración, en junio del 2008.
–¿Pudo tener acceso últimamente a la causa para observar su evolución?
–Yo no tengo acceso a la causa como parte. Mis abogados no pueden ver la causa.
–¿Por qué?
–Porque estoy excluido. Yo no soy parte, a pesar de ser denunciante.
–Usted afirmó, tiempo atrás, que desde los puestos que ocupó en diferentes bancos multinacionales vio pasar mucho dinero de argentinos, personas y empresas a lo largo de su carrera. Al menos de una parte de lo que se cuantifica del total de dinero de argentinos en el exterior 
–Sí, de ese monto que se calcula podría llegar a estar cerca de los 300 mil millones de dólares. Y sí, yo soy parte real y física de eso.
–¿Cuál fue el monto aproximado de dinero que manejó y salió del país durante el tiempo que trabajó en esos bancos?
–Cerca de 20 mil millones de dólares. Y repito algo que ya he dicho otras veces: vi deportistas, empresarios, gente del mundo del espectáculo, pero yo no vi políticos. Entre mis ex compañeros de trabajo la pregunta siempre era “¿dónde tienen la plata los políticos?”. No quiero ser necio y negar que pueda ocurrir, la corrupción, como en toda estructura social de todos los países del mundo, alcanza a políticos, empresarios, pero en mi caso yo no vi nunca a políticos, y los colegas míos nunca habían visto un político tampoco.
–Del J. P Morgan ¿qué queda en la Argentina?
–Del J. P. Morgan, la unidad de banca privada en enero de este año, les avisaron a su clientes argentinos que para el 29 de marzo pasado tenían que tener las cuentas cerradas y obviamente haber transferido la plata a otros bancos.
–¿Sabe adónde fueron esas cuentas, o cómo asesoraron a sus clientes en esa migración de fondos? ¿Perdieron a todos esos clientes? 
–Sí, los perdieron. Lo que hizo rápidamente el Citibank fue contratar al jefe de Cono Sur en la JP Morgan, Lucke Palacio.
–¿Dónde se encuentra operando Lucke Palacio? 
–En Miami. Estaba en Nueva York conmigo y ahora está en Miami. Justamente lo contratan para que lleve la mayor cantidad de clientes.
–Cuando menciona los casi 20.000 millones de dólares esos que vio pasar por las cuentas que usted manejaba ¿hay alguien, aunque sea una persona física o jurídica, aunque no la pueda nombrar, que sea el que pica en punta lejos en cantidad de dinero entre argentinos y argentinas? 
–Hay alguien muy claro sobre el resto y que está lejos de ser un empresario kirchnerista como pretende acusar Lanata. Digamos que son empresarios supragubernamentales porque han pasado por todos los gobiernos. Cuando vi publicada en algunos diarios esta semana la solicitada de la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA) en contra de la reforma del Poder Judicial, me reí porque todos los firmantes que vi, o eran clientes o eran prospects míos, es decir los que no eran clientes y que íbamos a buscar como clientes.
–En la experiencia que tuvo en ese período, ¿cuáles otros países tenían la dimensión de giro al exterior de dineros como la Argentina.
–Son números bastante veraces. La relación de inversión en el extranjero, ahorros en el extranjero y ahorros domésticos de un país era, Argentina, 70%-30%, 70 en el extranjero, 30 en el país, siendo generoso. Por ahí era más alto, era 80-20. Chile era al revés, 30 del extranjero, 70 local. De hecho, Morgan tenía una oficina de banca privada local para que invirtieran en la bolsa de comercio de Chile, les daba préstamos hipotecarios sobre un supermercado grande a los clientes... Brasil era 60 extranjero, 40 doméstico. El famoso flujo de ingresos de capitales que ha tenido Brasil son ellos mismos, son brasileños. Están repatriando los capitales, tal es así que también Morgan en Brasil está abriendo un fondo de inversión de acciones locales que en el término del lanzamiento a dos meses había juntado 3 mil millones de dólares, que eran clientes de Morgan que estaban trayendo la plata al país. Estaba pasando a ser mucho más la repatriación de capitales que la fuga de capitales. Muchísimo más.
–¿Y cuando se fugaban esos capitales en Brasil también tenían las características de evasión de la argentina? ¿O era salvaguardar dinero en la banca extranjera por temor a las inestabilidades propias de Brasil? 
–En Brasil, en plena inflación compraban reales, invertían en reales. Pasaba más por salvaguardar, que por evadir. No es como el lineamiento argentino que de entrada dice “yo mando la plata afuera” porque primero da un estatus social y además, “porque no pago impuestos”.
–También en Brasil hubo períodos de grandes salidas de capitales y con también una enorme laxitud.
–Sí, sí seguro. El problema es que acá en Argentina se culpa siempre a los gobiernos. Es decir, el ciudadano es víctima. Mencionaba hace un rato que en Brasil, en etapas de altas tasas y hasta de hiperinflación, por lo cual en teoría esos gobiernos estaban haciendo mal las cosas, se seguía invirtiendo en reales. La gente tenía confianza en la moneda y en el país por más que el gobierno en teoría hubiera sido malo porque tenían una inflación que volaba.
–Entre las inconsistencias de lo que pretendió ser una investigación de cómo lavar dinero, en el programa del Grupo Clarín, Lanata habló de cómo funcionaría la fuga del país de grandes cantidades de dinero, y que se lo sacaba en grandes cantidades de billetes transportados en bolsos.
–Es importante aclarar este punto: en la mayoría de los casos, un 80%-90%, del dinero que se dice se va del país no sale en billetes, en efectivo, sino por medio de transferencias electrónicas. ¿Cómo uno se da cuenta si sale o no del país? Cuando le dicen cuánto está el cable, si está muy caro traer dinero es porque obviamente todo el mundo está trayendo dinero y entonces hay que conseguirla por otra parte...
–¿Y dónde está toda esa plata?
–En cajas de seguridad, en la compra de propiedades o en propiedades de alguna manera simulando un crédito.
–¿Y cómo lo traen?
–Por transferencias también, y acá se les habilita ese efectivo que anda dando vueltas. Si está muy caro mandar dinero es porque está todo el mundo demandando. Es oferta y demanda. Hay veces, yo me acuerdo, que si alguien quería traer dinero no solamente no pagaba, le pagaban para que pudiera traerlo porque obviamente faltaba plata acá.

domingo, 28 de abril de 2013

NEO-MENEMISMO Y REPRESIÓN: DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA


Elogio del señor Mauricio Macri

 Por  Mempo Giardinelli
Este artículo conlleva una implacable paradoja: por un lado y ante todo, la condena más enérgica al uso de la fuerza bruta policial en el Hospital Borda, donde se evidenció el neomenemismo del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en su afán destructor de edificios históricos en aras de presumibles, repudiables negocios inmobiliarios.
Por el otro, una inesperada, sorprendente declaración del jefe de Gobierno porteño, que esta semana dijo que con una nueva conformación del Congreso, cuando sean mayoría los que hoy son opositores, promoverá la anulación de la reforma judicial que se ha aprobado.
Y en eso tiene razón; es lo mejor que ha dicho jamás.
Parto de la base de que al Sr. Mauricio Macri yo no le creo nada. Por sus dislates, su pobreza conceptual, su estilo cheto y su repetición de clichés y lugares comunes, incapaz como es de tener ideas propias. Y también por su manía de zafar siempre, su evidente haraganería y su reiterada ausencia cuando hay desastres que afectan a la ciudadanía.
No me gustan sus furcios cuando en realidad no sabe qué decir, como tampoco me gustan su concepción educativa si es que la tiene, su política dizque cultural, su desprecio clasista hacia los pobres y marginados, sus bicisendas, el desastre ecológico que está haciendo con la destrucción de la Avenida 9 de Julio, los presumibles negociados como esas bicicletas que compró carísimas y ahora privatizará, sospecho, para favorecer a algunos de sus amigos, e incluso algunas oscuridades de su pasado como las exportaciones truchas de autos al Uruguay. Y por supuesto detesto su vocación autoritaria, como ya se vio varias veces y ahora con la feroz represión que ordenó en el Borda.
Y sin embargo, ese mismo Sr. Macri anunció esta semana que cuando él y su partido tengan mayoría en el Congreso impulsará la anulación de la reforma judicial que acaba de sancionar el Congreso.
Que es exactamente lo que se espera de un demócrata y por eso este elogio.
Esperé dos días a ver si leía su desmentida, pero no. Lo dijo nomás. Lo que indica que lo cree.
O que no se dio cuenta de lo que dijo.
Pero bueno, en cualquier caso en esto le cabe un reconocimiento. Porque lo que dijo es lo que debe decir un político de oposición serio: que va a esperar a ganar las elecciones y entonces cambiar las leyes por las vías que ordena la Constitución. Perfecto.
Corresponde entonces tomarle la palabra en este punto al Sr. Macri. Yo por lo menos se la tomo a la luz del mamarracho político que vemos a diario, en el que sobresalen discursos y modos incendiarios en boca de los señores Moyano o De la Sota, Miceli o Venegas, Aguad o Carrió, Sanz o Buzzi y tantos más, por citar sólo algunos, y desde luego todos siguiendo a coro la mentirosa y agresiva prédica antidemocrática del diario La Nación.
A la vista de esos discursos pletóricos de odio de clase y desprecio por la verdad y las libertades que dicen defender, y a pesar incluso del uso brutal de su Policía Metropolitana, este enunciado del Sr. Macri merece un reconocimiento. Porque cuando parece que todos y todas en la oposición sólo quieren cosas horribles y antidemocráticas, y arrastran incluso a los más moderados, como Ricardo Alfonsín, y a los más confusos como Hermes Binner, a mí me parece que cabe este elogio.
Porque esa oposición ciega, suicida e inconscientemente antinacional, que judicializa, cacerolea e insulta con tal de ganar centimiles en los diarios que los incitan a odiar militantemente, demuestra a diario ser incapaz de palabras sensatas como las que ha dicho, inesperadamente, este Sr. Macri.
Que al menos en esta ocasión, y acaso sin saber lo que decía, ha dicho lo que debe decir un demócrata. Textualmente: “Revertiremos en el futuro con otro Congreso esta reforma que va en contra de la gente”. Lo que, traducido, significa que ahora se la banca y que en todo caso, cuando le llegue el turno, si es que le llega, se ocupará de proponer otras leyes con los cambios que considere necesarios. Como debe ser.
Por eso este elogio al político conceptual e ideológicamente más pobre de la Argentina.
Porque, asombrosamente, y aunque él mismo fue quien después ordenó la represión, con esto le tapó la boca a los odiadores seriales en que se han convertido la mayoría de los políticos de este país.
Vaya ahora Macri y gane las elecciones, si puede. Y si logra una nueva conformación del Congreso, con mayoría propia, promueva la anulación de esta reforma judicial, si puede. Así se hace en democracia: con leyes, no con palos ni artilugios.

POR QUE LA METROPOLITANA ES INCAPAZ DE MANEJAR CONFLICTOS SIN ABRIR FUEGO Y REPRIMIR BRUTALMENTE



Con la marca de nacimiento de la Federal

Sin respetar ninguna de las doctrinas de control sin violencia, amiga de la bala de plomo, incompetente hasta en cómo formarse frente a una protesta, la flamante fuerza acumula muertos y heridos en apenas treinta meses.
 Por Raúl Kollmann
En dos años y unos pocos meses, la Policía Metropolitana intervino sólo en cuatro conflictos: el Parque Indoamericano, el Parque Centenario, la Sala Alberdi del Teatro San Martín y el Borda. En los cuatro casos hubo heridos y en el Parque Indoamericano muertos, con imputación concreta por doble homicidio contra un jefe y 33 efectivos de la Metropolitana que integraban el grupo del que salieron los disparos con postas de plomo, que mataron a Bernardo Salgueiro y Rosemary Chura Puña e hirieron a cinco personas más. Ninguna de las víctimas estaba enfrentando a nadie, sino que eran vecinos que se iban del parque. Hay dos razones de fondo de la simultaneidad entre acción de la Metropolitana y muertos o heridos en los cuatro casos. La primera es que el núcleo central de cuadros de la Metropolitana son los 900 que ingresaron en el primer año reclutados por Jorge “El Fino” Palacios. Provenían de la Federal y de una tradición de Rambos. La segunda razón es que los jefes e integrantes de la Metropolitana tienen una gran autonomía: no aparecen los funcionarios del gobierno porteño en la escena de los hechos y las órdenes son abiertas, con margen a los policías para que actúen según su criterio. Por eso, los que el viernes portaban las escopetas aparecían muy adelante de las líneas de la Infantería y no detrás, en la retaguardia, como corresponde.
“El viernes se vio otra vez una policía de derecha”, señaló el ex interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y actual legislador de Nuevo Encuentro Marcelo Saín. “Al primer contratiempo, rápido van al uso de la fuerza, a una represión indiscriminada, donde les pegan a todos, se llevan preso a cualquiera. Y, además, avanzaban unos, otros no, disparaban desde cerca. Un verdadero desastre en el que se reflejó otro rasgo de la policía de derecha: dejan hacer a los jefes de uniforme, no hay conducción de los funcionarios políticos.”

De cuatro, cuatro

La jueza Silvia Ramond indagó el lunes al comisionado mayor de la Metropolitana, Ricardo Ferrón, quien orgullosamente le confirmó que él estuvo al frente del grupo sospechado por matar a los dos vecinos del Indoamericano. Su segundo, de apellido Castillo, le dijo a la jueza que dispararon 400 tiros disuasivos, aunque ninguno admite –de acuerdo con la minuciosa investigación que hizo el fiscal Sandro Abraldes– que entre las postas de goma metieron postas de plomo en las escopetas 12.70, las mismas que se vieron el viernes en el Borda. No sólo los muertos del parque tenían en el cuerpo restos de proyectiles de plomo, sino también los cinco heridos. Y los tiros salieron del mismo grupo de metropolitanos en dos lugares distintos: el propio parque y Autopista Cámpora y Castañares. En ambos sitios estaban los comandados por Ferrón. Abraldes acusa a 33 integrantes de la Metropolitana de homicidio en agresión, que es cuando no se puede determinar exactamente quién disparó.
En el conflicto por la Sala Alberdi, del Centro Cultural San Martín, en marzo se presentaron a la Justicia tres heridos con postas de plomo, también víctimas de la Metropolitana. Los médicos judiciales constataron que los proyectiles eran de plomo, rigurosamente prohibidos para cualquier efectivo que participe en un operativo de desalojo o que intervenga frente a una manifestación o concentración. Las postas de goma también pueden ser letales si se disparan desde cerca. Eso lleva a que la norma sea que los escopeteros estén detrás, en la retaguardia.
El desalojo de los vecinos que se oponían al enrejado del Parque Centenario también terminó con heridos. El caso fue de los más grotescos, porque los vecinos no constituían una organización férrea ni agresiva, eran asambleístas que igualmente fueron reprimidos con balas de goma y el saldo fue de cuatro heridos. Con la del viernes, entonces, en dos años y medio son cuatro intervenciones de la Metropolitana en conflictos con manifestantes. Siempre hubo heridos, las escopetas se cargaron con postas de plomo al menos en dos casos; tiraron con balas de goma invariablemente a corta distancia, resultaron apaleados decenas de manifestantes y en los operativos se privilegió la violencia a las modernas normas de intervención que se usan en protestas sociales (ver aparte).

Núcleo duro

El núcleo duro de la Metropolitana son los jefes y oficiales que reclutó El Fino Palacios al principio, todos provenientes de la Federal y con el modelo de la Federal en las venas. Tras los escándalos del propio Palacios y el espía Ciro James, fueron apartados unos 30 o 40 hombres, pero el contingente principal de jefes y oficiales siguió intacto y en el centro de la fuerza. El ADN de la Federal se marcó en décadas. Una fuerza que fue un Estado en sí mismo, que guardaba los antecedentes de toda la población, incluyendo los que nunca habían cometido un delito; la fuerza que emitía los documentos y pasaportes, una prerrogativa que perdieron en estos años y que sólo se explicaba como gigantesco mecanismo de control social. La Federal ejerció durante décadas un fuerte dominio sobre la vida cotidiana –hasta hoy sigue otorgando certificados de domicilio–, la calle y, al mismo tiempo, su influencia se extendió a las bandas, los prostíbulos, la droga y un largo listado de ilícitos.
La característica fundamental siempre fue el autogobierno, el poder de los comisarios, lo que se tradujo en que la Metropolitana la armó el comisario Palacios reclutando a su gente más cercana y cada uno de ellos a su vez convocó a quienes fueron sus oficiales subordinados a lo largo de la última década. Tras el escándalo Palacios hubo un tímido intento de poner una conducción civil, por lo que fue designado Eugenio Burzaco al frente de la Metropolitana. Pero ya por entonces todas las voces indicaban que los comisarios se subordinaban poco y nada, pero que además el gobierno de Mauricio Macri y el ministro Guillermo Montenegro –hijo de un capitán de navío– más bien respaldaba el modelo de que la seguridad es cosa de gente de uniforme. El tema se terminó blanqueando cuando Burzaco dejó el cargo y la fuerza quedó a cargo de la dupla de ex hombres de la Federal: Horacio Giménez y Ricardo Pedace.
Mauricio Macri nunca se apartó un milímetro de Palacios, pese a que se le imputa encubrimiento en el caso AMIA, escuchas telefónicas ilegales y hasta se hizo público un diálogo del Fino con un reducidor de autos y marcador de la banda de secuestradores que mató a Axel Blumberg. El jefe de Gobierno respaldó objetivamente una forma de actuación policial que se tradujo en la Metropolitana. Eso permitió que los privilegios se fueron sumando. Los metropolitanos cobran sueldos que rondan el doble de la Federal y son los únicos exentos de una norma establecida hace años –por Aníbal Ibarra y Jorge Telerman– y que impide que un funcionario porteño que cobra un sueldo pueda, a la vez, cobrar un retiro. O sea, si cobra de la Ciudad debe suspender su retiro. Los integrantes de la Metropolitana, que tienen algún retiro, cobran ambas cosas: sueldo y retiro.
El poder de los comisarios se traduce en autogobierno y dinero.

El modelo

Oficialmente, la Metropolitana ha dicho que tiene tres mil efectivos, de los cuales unos dos mil vienen de la Federal, aunque lo importante es que los cuadros de mando salieron de allí. Es una policía con escasa capacidad, lo que se evidencia en que no cubre las zonas calientes: el sur de la ciudad, las villas. Su actuación se inició en barrios menos conflictivos como Saavedra, Villa Urquiza o Coghlan, y avanzó hacia otros barrios como Chacarita o Villa Crespo, pero la impresión es que para cubrir toda la Ciudad, y sobre todo los sectores conflictivos, hacen falta unos 13.000 hombres, cifra que ni por presupuesto ni por capacidad de formación la Metropolitana puede alcanzar. Aunque se hicieron anuncios de operativos antidrogas en villas, incluyendo un ingreso a la 31, la realidad es que no hay efectivos ni preparados ni especializados para que esos operativos sean exitosos.
Sobre la Infantería, que es la que actuó el viernes, hay versiones cruzadas. Lo que se dice es que la Metropolitana no tiene efectivos suficientes y por lo tanto en la represión del viernes actuaron policías que durante la semana están en un patrullero. La falta de capacidad se traduce rápidamente en recurso a la violencia. El viernes, por ejemplo, la Metropolitana llegó a las siete de la mañana cuando no había manifestantes. Cualquier fuerza organizada pone vallas rodeando el lugar en el que se iba a hacer la demolición. Las vallas justamente evitan los choques, tal como sucede habitualmente frente a la Casa Rosada o el Congreso en días en que hay manifestaciones. Los empleados del Borda ingresaron al predio que querían defender y luego la Metropolitana tuvo que sacarlos, en lo que ya implicaba un contacto cuerpo a cuerpo. Encima algunos efectivos avanzaban, otros retrocedían y los escopeteros terminaron haciendo punta con sus armas. El recurso en el que confiaron fue el de la brutalidad, como ocurría antaño con la Federal. Y la ausencia de conducción civil redondeó todo.
Cuando existe control de los funcionarios de gobierno las instrucciones son precisas: el operativo se debe hacer de tal manera, hasta en los mínimos detalles. Cuando el poder lo tienen los comisarios, las instrucciones son vagas: despeje el área. Esto es lo que ocurrió el viernes. Y no hubo muertos de pura casualidad: el desorden, la falta de diálogo con los manifestantes, la ausencia de autoridad política terminó en que le pegaron palazos y balazos –de cerca– a cualquiera que tuvieran delante.
raulkollmann@hotmail.com

sábado, 27 de abril de 2013

POLICÍA MACRISTA, HISTORIAL DE ALGUNO DE SUS INTEGRANTES


La matriz militarizada de una policía adicta a reprimir a los pobres

Desde un comienzo, la fuerza estuvo integrada por ex funcionarios de la Policía Federal y la SIDE duhaldista. 
Casos de gatillo fácil y constante represión de la protesta social.

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La Policía Metropolitana nació en la ilegalidad. Sus agentes son violentos y lastiman con impunidad porque saben que cuentan con el aval de sus jefes políticos. Sólo el blindaje mediático que protege al jefe de gobierno porteño Mauricio Macri logra disfrazar la brutalidad de una fuerza que destila terror y acumula víctimas.   
Delineada operativamente por el trazo grueso de Jorge "Fino" Palacios, vinculado al encubrimiento del atentado terrorista a la AMIA en 1994 y actualmente detenido por liderar una red de espionaje montada para escuchar a dirigentes opositores y empresarios, la policía soñada por el alcalde fue resistida desde su génesis por la oposición.
Ocurre que para concretar el anhelo de su mentor, Palacios reclutó a sus compañeros de la Policía Federal que habían sido desafectados en la purga ordenada por Néstor Kirchner en marzo de 2004. Muchos de esos oficiales –38 de los 52 jefes iniciales que tuvo la Metropolitana– fueron señalados de haber integrado la Superintendencia de Seguridad Federal, órgano que realizaba tareas de inteligencia durante la última dictadura cívico- militar. En 2010, la "Comisión de Evaluación de la incorporación de personal proveniente de otras fuerzas de seguridad a la Policía Metropolitana" organizada por la Legislatura porteña, alertó sobre el desembarco sistemático de ex agentes de la PFA en la tropa macrista.  
Entre sus armadores políticos se puede distinguir a Cristian Ritondo, actual vicepresidente 1° de la Legislatura de Buenos Aires, y a Miguel Ángel Toma, ex jefe de la SIDE durante el gobierno de Eduardo Duhalde. Gracias a los contactos con Toma fue que Ricardo Pedace llegó a la Metropolitana. Hasta diciembre de 2010, Pedace había oficiado como vocero de prensa de la Policía Federal. Pero con la asunción de Nilda Garré, el comisario tuvo que retirarse. Luego sería invitado a ocupar la Superintendencia de Seguridad y Policía Comunitaria de la Metropolitana. Pedace conservaba buena relación con Toma desde la época en que encabezaba la custodia presidencial de Duhalde. Pero los vínculos políticos de Pedace, actual subjefe de la fuerza, no se agotan allí: su esposa, la abogada Susana Beatriz Espósito, es comunera del PRO en Caballito.

UNA HISTORIA VIOLENTA. "Queremos contar con policías íntegros y de gran profesionalidad, que se  destaquen por su capacidad de equilibrio y reflexión, la solidaridad y el respeto hacia el prójimo." Este es el perfil de agente al que aspira la Metropolitana; así lo define el portal web de la fuerza. Sin embargo, la historia de pólvora contradice la premisa.  
La primera cita de fuego de la policía de Macri fue la toma del Parque Indoamericano, en Villa Soldati. A fines de 2010, más de 3000 familias ocuparon los predios de la zona sur de la Ciudad en reclamo de viviendas El 7 de diciembre el gobierno porteño ordenó un operativo para desalojar a los ocupantes. La represión fue brutal: participaron efectivos de la Policía Federal, Gendarmería y la Metropolitana, quienes dispararon con gases, balas de goma y de plomo, y mataron a tres personas.
En enero de este año, los soldados macristas desalojaron por la fuerza a los vecinos que cortaban la Avenida Díaz Vélez y Marechal en protesta porque el gobierno porteño había decidido enrejar el Parque Centenario. Usaron gas pimienta y balas de goma para disuadir a los artesanos y vecinos que luchaban por detener la obra. Durante los ataques, los agentes metropolitanos hirieron a Julieta Elgul, periodista de la TV Pública.  
Otro capítulo de la historia violenta de la Metropolitana fue el desalojo de la Sala Alberdi del Centro Cultural San Martín (CCSM). Diez detenidos y más de 30 heridos fue el saldo de la represión. En esta ocasión también hubo periodistas lastimados: dos de ellos recibieron balas de plomo y fueron atendidos en los hospitales Argerich y Durand.
Pero no sólo de repartir palos a manifestantes y viciar el aire de gas lacrimógeno vive la milicia que soñó Mauricio. Desde su creación, esta fuerza estuvo emparentada a casos de gatillo fácil como los de Bruno Pappa, Rodrigo Alfredo Romero, Jesuán Ariel Marchioni y Francisco Nirta. Estos cuatro chicos fueron asesinados en 2011 por balas porteñas. Las mismas que ayer lastimaron a periodistas, obreros y pacientes, símbolo de que la democracia macrista no discrimina. «

viernes, 26 de abril de 2013

INTERNET Y UNASUR


Súper Nodo UNASUR



Hoy en día internet está montada sobre cuatro nodos ubicados físicamente en EE.UU. Estos nodos son supercomputadoras con gigantescas capacidades de procesamiento y almacenamiento.

Recientemente un senador del partido Republicano, presento un proyecto para que el presidente de EE.UU. “llegado el caso” como siempre dicen ellos, tenga la posibilidad mediante “un botón rojo” de apagar toda la internet dentro del país, o sea “bajar” los 4 nodos por el tiempo que el considere necesario en caso de un ciber ataque.

Ya conocemos el modo de actuar del gran país del norte (armas químicas: petróleo; dictaduras en el Magreb: petróleo; Armar Israel: controlar petróleo árabe; gobierno “democrático” de Sudan del sur: petróleo; gobiernos títeres en Centroamérica: controlar el canal de Panamá etc.)  y podría hacer una lista interminable.

El peligro de este botón es que no hay copia o “mirroring” de esos nodos en ningún lugar del mundo, cerca del 80% de las páginas web de Sudamérica están montadas sobre esos nodos, ellos controlan las terminaciones de los web sites por lo que hipotéticamente pueden dejar al planeta sin internet si se les ocurre. Para que el lector no familiarizado entienda, como bien lo explico Mariana Moyano en un programa de radio: “Es como jugar un partido de futbol nocturno, los 22 jugadores tienen la libertad de hacer lo que quieran, hasta que uno y solo uno que conoce donde está la llave de luz, se le ocurre apagar las luces, se terminó el partido”.

Europa intento en 2009 pedirle a EE.UU. que le deje copiar los nodos en Europa y le dijeron que no. Nótese que hablo de Europa  (socio de la OTAN), no de Cuba, China o Irán. EE.UU. recibe de los países integrantes de internet dinero anual para mantener esos nodos, pese a ello los consideran propiedad norteamericana, como la información que contienen y actúan en consecuencia. Una posición natural para un país que se cree el dueño del planeta.

Por lo que es prioritario para UNASUR tener un plan de acá a 5 o 10 años para montar 1 o 2 nodos que contengan el 100% de las páginas de la región y por lo menos un 50% de las paginas mundiales (se calcula que existen 300 millones de sitios web), para no depender del “loco de turno” que presida EE.UU. A mi entender esto debiera tener la misma prioridad, que un parlamento sudamericano o un banco sudamericano que apoye obras de infraestructura.

Es un tema geopolítico y de soberanía el poder controlar y ser dueños de la información regional y extra regional que usamos. Hablo de información (websites), no de violación de correos electrónicos o información privada de cada usuario. Tenemos los recursos (humanos, técnicos y de hardware/software), este proyecto es muy sensible y costoso (estimo 5000 millones de dólares en 10 años), o sea 500 millones por año que deberían aportar los 10 países de UNASUR.

Aquí hago un resumen de los puntos más importantes de este proyecto:

1)      Ubicar estratégicamente un bunker donde estaría el nodo, preferentemente bajo tierra, con nivel de protección máximo y bajo custodia militar de UNASUR. En Argentina tenemos a Falda del Carmen como un ejemplo.

2)      Equipado con supercomputadoras que debiéramos armar y montar en la región, tenemos la gente y los materiales para hacerlo.

3)      UNASUR debiera obligar , mediante leyes en cada país, a todos los proveedores de internet de la región a copiar en este nodo:

a.       Todas las páginas web de la región.

b.      Todas las búsquedas de datos que se hagan en la región y las respuestas a esas búsquedas.

c.       Todos los “uploads” y “downloads” que se hagan en la región.

d.      Todas las páginas web que se consideren necesarias y vitales para UNASUR, que estén fuera de la región.

4)      Llegado el caso este nodo debe asumir la provisión y transmisión datos a toda la región.

5)      Este nodo deberá tener todas las protecciones de redes militares en lo que a hardware y software se refiere.

6)      Los servidores extra regionales podrán acceder al nodo, por los nodos regionales, no directamente.

7)      UNASUR debe fomentar con subsidios que todas las web de la region tengan su servidor en la region (web hosting), y no fuera de ella. Usando dominios Sudamericanos (.ar,.br,.ch,.uy etc.), que saldrán más baratos que los servidores extraregionales (.com etc.).

8)      Asegurar que el futuro de la “computación en nube” (cloud computing), se haga sobre servidores de datos (data centers) que estén en la region, y no fuera de ella, para no aumentar la dependencia extra regional. Esto es, inversión en equipos, redes y software. No se necesita más que ello y voluntad politica.

9)      Otro punto importante es el acceso a la red o “caño” (tamaño del acceso en bites por segundo), los hay de clase 1, los más rápidos ( “.gov y .gob”, de EE.UU. y gobiernos amigos como: Francia, Alemania, Japón, India, Kenia, Colombia, Canadá y el Reino Unido), de clase 2 (Resto de los gobiernos del planeta, ONG´s, .com, .info), de clase 3 (los sitios comerciales de los países fuera de EE.UU.: por ejemplo: .com.ar, .com.br, .com.ch, .com.uy etc.) y luego vienen otras clases inferiores, mayor es la clase, menor es la velocidad de acceso. Pese a esta division, “monstruos” como Coca-Cola o Procter & Gamble hicieron lobby y tienen conexiones clase 1, lo que demuestra quien tiene el dominio de la red. Nosotros deberemos intrarregionalmente modificar esa clasificación y darle mejor acceso a nuestros gobiernos y empresas. Y de ser necesario ponerles “rulos”, “nidos”, “delays” (demoras) a los sitios que tengan hospedaje fuera de la region. Esta medida sería extrema, porque si logramos una buena arquitectura de redes y buen hospedaje, debido a las distancias menores no sería necesaria.

10)   Controlar muy de cerca los data center (como www.terremark.com con nodos en San Pablo, Bogotá y Republica Dominicana, y que tiene entre sus clientes al FBI…) que tienen nodos en la region y que están copiando actualmente más del 90% de tráfico de voz y datos, en sus instalaciones, con la excusa del cloud computing (almacenamiento en la nube de internet).

Es útil recalcar y hacer entender a los usuarios que los puntos 7 ,8, y 9 van a ser más rápidos en sus respuestas (por las redes y distancias), que trabajar con sitios fuera de la region.

Seguramente aparecerán las criticas diciendo que como se va a gastar ese dinero en este proyecto con las carencias que aún tiene nuestra región. Pero piensen solo un instante lo que ocurriría en la región con un “apagón” de internet, millones de computadoras sin acceder a sus páginas habituales, bolsas de valores, bancos, clearings bancarios, operaciones comerciales caídas, redes de educación, sistemas militares y de navegación sin operar, transportes sin funcionar en un “abrir y cerrar de ojos”. Creo que es un tema lo suficientemente grave como para empezar a discutirlo ya.

Si vamos a ser una región autónoma este proyecto es vital para ese objetivo. Sé que es un tema “árido” y “de difícil comprensión”, para el lector no familiarizado, pero si lo discutimos y se lo mostramos a los ciudadanos pedagógicamente, nos terminaran entendiendo.

Nuestro líderes de la región debieran formar comisiones con plazos, que discutan este tema y fijen prioridades. Acerco una idea:

Comisión Técnica:

            Integrada por Ministerios de tecnología, educación, defensa y planificación.

Comisión Política:

            Integrada por parlamentarios, Ministerios de interior, economía, relaciones exteriores.