lunes, 8 de abril de 2013

HISTORIAS DE LA PATRIA GRANDE! NOS DESASNA EL CUMPA MARCELO LA ROSA


El 8 de Abril de 1818: Juan José Carrera, militar y patriota chileno. Juan José Carrera Verdugo (Santiago, Capitanía General de Chile, 26 de junio de 1782 - Mendoza, Argentina, 8 de abril de 1818) fue un militar y patriota chileno, que participó activamente en la primera fase de la Guerra de Independencia de Chile, etapa conocida como Patria Vieja. Secundando a su hermano José Miguel, y junto a su hermano menor Luis y otros oficiales republicanos, formó uno de los principales bandos dentro de los partidarios de la Independencia: el grupo carrerino. Murió fusilado en Mendoza junto a su hermano Luis, a manos de las autoridades de la ciudad.
Posteriormente, Juan José y su hermano Luis se envolvieron — de acuerdo a Benjamín Vicuña MacKenna, a instigación de su hermana Javiera — en la llamada conspiración de 1817. El plan era volver a Chile con el propósito de apresar a O'Higgins y San Martín, forzándolos a abdicar y darles el poder. Contaban para esto con el apoyo de sus partidarios en Chile, sector que creían era considerable y que estaba a su espera.

Esos planes estaban avanzados en junio de 1817, los conspirados incluso se habían repartido los puestos del futuro gobierno: Manuel Rodríguez seria "dictador en lo político". El general Brayer (quien había llegado con José Miguel y ahora daba servicio en el Ejército de Los Andes) estaría a cargo del ejército. José Miguel sería enviado de nuevo a Estados Unidos a organizar una nueva flota. Luis Carrera, a la cabeza de una de las columnas armadas de sus partidarios que se organizarían en Santiago, capturaría a O'Higgins, mientras Juan José, al mando de la otra, se reservaba la captura y juicio militar de San Martín. A principio de ese mes los conjurados empezaron a viajar, por separado y en grupos pequeños a Santiago. A fines del mismo, los siguió Luis Carrera, disfrazado de mozo de un oficial de apellido Cárdenas. Y, finalmente, el 8 de agosto, Juan José, como amigo y compañero de viaje de un impresor.

Vicuña Mackenna llama al plan, entre otras cosas, una “funesta y loca trama”, producto de ”el sueño de una mujer” (es decir, Javiera) agregando que cuando José Miguel se enteró, habría dicho: “Mis hermanos se pierden. No son hombres para estas empresas. No tienen ni discreción, ni recursos, ni es ésta tampoco la época”.1

Apropiado o no, el plan comenzó a desbaratarse rápidamente, aún antes que todos los implicados pudieran cruzar la Cordillera. Por algún motivo, Luis Carrera asaltó un postillón para robarle las cartas y fue apresado en Mendoza. Su compañero de viaje confesó de inmediato, lo que llevó al arresto de Juan José en la posta de Barranquita, Provincia de Cuyo, el 20 de agosto de 1817. Ambos hermanos fueron trasladados a la cárcel en Mendoza.
El resto de los conjurados fueron capturados en Chile, alrededor del 8 de febrero de 1818. Junto a ellos fueron arrestados numerosos carrerinos (incluyendo a Manuel Rodríguez). Los conspirados eran sólo doce, pero es posible que Rodríguez hubiera estado al tanto. Sin embargo, este juró que no sólo no sabía nada, sino que nunca estaría envuelto en tales maniobras.2

A pesar que los Carrera estaban detenidos en Mendoza y dado que los cargos eran de subversión contra el gobierno de Chile, los documentos relevantes fueron enviados a Santiago para la atención de O'Higgins y San Martín. En la práctica, eso significó que el juicio se alargaba indefinidamente: los dos generales tenían otras preocupaciones más urgentes. Al mismo tiempo, y de acuerdo a Benjamín Vicuña Mackenna, la falta de seriedad de la tentativa se hacía evidente. La mayoría de los acusados - incluidos Manuel Rodríguez - fueron puestos en libertad. Esto hacia prever un desenlace relativamente leniente para los hermanos.

Desgraciadamente para ellos, en Mendoza fueron adicionalmente acusados de querer escapar con la ayuda de prisioneros realistas, a quienes intentaron armar y organizar para derrocar las autoridades provinciales e invadir Chile (cargos que Luis Carrera reconoció implícitamente). A mayor desgracia, el descubrimiento de la tentativa coincidió con la noticia de la derrota patriota después de la Sorpresa de Cancha Rayada (1818). Se temía una invasión realista ya sea desde Chile o desde el sur de Argentina. Como consecuencia de todo esto fueron encontrados -en lo que a lo mejor puede ser llamado un juicio sumario- culpables de los delitos de "lesa patria" y "actos contra la plaza" y condenados a muerte por el gobernador de Mendoza, Toribio de Luzuriaga3

En Montevideo, José Miguel recibe la noticia de la ejecución que tuvo lugar el 8 de abril de 1818, tres días después de la Batalla de Maipú, que selló el triunfo patriota en Chile y poco más de un mes después de la publicación de su Manifiesto a los Pueblos. Su reacción deja poca duda que, a pesar de sus aseveraciones acerca de estar convencido que se buscaba el exterminio de ellos, él no esperaba este desenlace.4

Acerca de la inocencia o no de Manuel Rodríguez del cargo de conspiración, hay un elemento adicional al que los historiadores han dado poca importancia. Los "Húsares de la Muerte" - al mando de Rodríguez - no participaron en la Batalla de Maipú porque, de acuerdo al entonces capitán de ese regimiento, Ramón Allende, el cuerpo de oficiales, de capitán para arriba, decidió que "se trataría de conservar a todo trance el regimiento, con la casi seguridad de que próximamente debían llegar a Chile don Juan José y don Luis Carrera, presos en Mendoza, pero cuya libertad era inminente. En todo caso se contaba con don José Miguel, libre en Montevideo. En suma, el regimiento debía ser la base de una revolución contra aquel orden de cosas, que para ellos no era más que una persecución permanente, la cual tomaría mayores proporciones una vez pasada la presente situación."5 Sin embargo, esta versión contradice los enormes documentos y hojas de servicio, según el cual, el regimiento Húsares de la Muerte, combatió a las tropas realistas del mercenario chileno Angel Calvo, tomando 600 prisioneros, según consta en el Archivo Militar del Ejército de Chile.

A los pocos días que Manuel Rodríguez supo de la noticia de la muerte de los Hermanos Carrera, tomó ventaja de un Cabildo Abierto (17 de abril) y organizó una tentativa de revuelta, entrando a caballo al Palacio de Gobierno chileno a la cabeza de una turba que demandaba el fin de la "intromisión argentina" y la abdicación del "Huacho Riquelme" (apodo despectivo con el cual los carrerinos llamaban a O'Higgins debido a que su padre nunca le reconoció), a consecuencia de lo cual fue tomado prisionero6 y se le siguió un juicio que, se dice, no llevó a conocer datos concretos. Cabe considerar que la ausencia del regimiento del combate puede ser considerada deserción en tiempos de guerra, cargo que puede tener consecuencias serias. Lo mismo se puede decir de un oficial que demande la disolución de su ejército y trate de derrocar su gobierno. Al poco tiempo el regimiento fue disuelto y Manuel Rodríguez fue apresado y, según muchos historiadores, asesinado en Til Til, el 26 de mayo de 1818.

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