35 años Para Reflexionar

Por Luis Juan Rodriguez

Lo despiadado del accionar represivo masivo para imponer un plan económico del paladar de la oligarquía tuvo elementos que aún hoy golpean con fuerza a la sociedad argentina.                  

El impacto tremendo de la pérdida de 30.000 compañeros de todos los sectores, fundamentalmente peronistas, dejó un vacío que ha sido difícil de llenar, habida cuenta que no solo se los eliminó físicamente sino que existió un plan fríamente elaborado para borrar todo lo que fuera accionar político popular.                 

Así llegamos a un individualismo desenfrenado, donde solo vale el progreso económico personal aún a costa de olvidar cualquier principio e incluso a todos los que nos rodean, impulsados solo por el afán de trepar en la escala social y económica.

Esto llegó hasta la primavera de Nestor Kirchner, que con sus actitudes de romper con la situación que vivíamos, comenzó una marcha hacia la reconquista de la solidaridad social, terminar con el "no te metas" para comenzar la era de convocar a todos los argentinos a una epopeya creadora, superadora de la mezquindad y  el orden económico establecido desde 1976, orden que no había sido cuestionado seriamente desde la restauración democrática, primero por Raúl Alfonsín que  al comienzo de su gobierno intentó realizar algunas reformas, pero rápidamente cambió el rumbo aplicando un plan económico neoliberal que nos llevó al abismo de la hiperinflación.                   

Aquí haremos un comentario que es vital para entender la forma de actuar de los grupos dominantes, siendo el más claro en este momento el de Magnetto y Clarín, sin duda representativo de todo el arco opositor del país.

Estos sectores fueron los autores de los planes de los gobiernos, pero cuando estos fracasan no solo miran para otro lado, sino que olvidan expresamente lo que antes habían hecho, apareciendo el desastre como responsabilidad de los políticos que lo implementaron y no como receta de los que detentan el poder económico.

Así, la hjiperinflación fue responsabilidad exclusiva de Alfonsín, cuando ellos le habían sido los ideólogos del accionar económico de ese gobierno; con de la Rúa algo parecido: llevaron al país al abismo defendiendo la convertibilidad, la desindustrialización y la precarización laboral, al extremo de comprar votos en el senado para aprobar una ley que según ellos solucionaba todos los problemas de la nación y en la realidad significó lo que era, solo una transferencia de recurso hacia los que lo proponían, sin que significara  la creación de puestos de trabajo, sino que siguió aumentando la desocupación. 

Este breve comentario nos lleva a analizar la situación actual, valorar profundamente lo que se ha logrado en el gobierno de Nestor primero y ahora Cristina, quien ha profundizado el accionar del estado, tendiente a reindustrializar el país, dar participación a la juventud, sector social que se ha incorporado con la voluntad de cambio y avance social que la caracteriza, utilizar la herramientas que el estado tiene para desarrollar el país,  tratando de implementar una nación realmente federal, apoyando las provincias mas pobres, reduciendo la deuda externa a límites razonables, levantando la bandera de la unidad americana con el UNASUR, todos elementos que nos llevan directamente a sostener que este gobierno transformador ha seguido las mejores tradiciones del peronismo, camino que debe consolidarse y profundizarse.

Para ello no debemos caer en el juego de la desunión, las peleas estériles, el considerar al adversario interno como una suerte de ogro, teniendo presente que para seguir construyendo un país con más justicia y solidaridad, con crecimiento económico, es necesario mantener sólidamente la unidad de todos los sectores que adherimos decididamente a este proyecto nacional de transformación, dejando de lado las confrontaciones innecesarias, como lo ha sostenido Cristina en sus discursos, en especial el de Avellaneda.