La idea surgió
–según fuentes del sector sindical– como respuesta a un pedido del Papa Francisco.
La CGT se reunificará después de las
elecciones primarias. Ese es al menos el deseo de varios dirigentes que
integran las centrales obreras que conducen el metalúrgico Antonio Caló y
el camionero Hugo Moyano. Son muchos los que reconocen las
conversaciones entre los distintos sectores sindicales. Sin embargo,
todos actúan con cautela respecto de si la reunificación será o no
posible y lo supeditan al resultado electoral.
"En varios puntos hay conversaciones", reconoció un dirigente del riñón de Hugo Moyano. Sin embargo, las consecuencias de esas conversaciones –admitió– "dependerán del resultado electoral". "Hay que ver la fortaleza con la que sale cada sector de las elecciones", dijo el sindicalista, quien dejó entrever que no será sencillo llegar a un acuerdo si uno de los sectores sale muy beneficiado por los votos. Las mayores aspiraciones las tienen los moyanistas, quienes lograron colocar en segundo lugar en la lista de De Narváez. Por el moyanismo, además, competirán el judicial Julio Piumato en la lista porteña del partido político que fundó Moyano en junio y el líder de los peones rurales, Gerónimo Venegas por Unión con Fe. La CGT oficialista, en cambio, sólo tiene un candidato en las listas del Frente para la Victoria: Oscar Romero, de SMATA.
El propio Caló aseguró que se busca que las dos CGT vuelvan a ser una. Y afirmó que está dispuesto a abandonar su cargo si eso garantizase la reunificación. "Después de las elecciones intentaremos buscar coincidencias. Si por mí fuera, doy un paso al costado por la unidad. Pero para bailar hacen falta dos y dejar los personalismos de lado", lanzó el metalúrgico. Caló se refirió –sin nombrarlo– a su contraparte en la CGT opositora, Hugo Moyano. Y son varios los que reconocen que el camionero podría ser el principal escollo de una reunificación, sobre todo después de las últimas fotos que el otrora fundador del Movimiento de Trabajadores Argentinos se sacó con el titular de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere y con el candidato a diputado ultraopositor Francisco De Narváez. Estos dos gestos sin duda generarán más incomodidad entre los dirigentes afines al gobierno y harán que para el camionero sea más complicado morigerar su discurso opositor.
La idea de reunificarse surgió –según fuentes del sector sindical– como respuesta a un pedido del Papa Francisco, quien pidió a los dirigentes que lo visitaron en el Vaticano que depongan sus diferencias en pos de la unidad. Además, otros factores influyeron en este intento, como la proliferación de gremios enojados con el gobierno por la falta de respuesta a distintos reclamos.
Los acercamientos entre dirigentes son evidentes y desde hace varias semanas se puede percibir un clima enrarecido en el que no queda claro quién está con quién o qué sindicalista está a punto de pasarse del otro lado del mostrador. Hoy, por ejemplo, el líder de la CGT opositora, Hugo Moyano recibirá en la sede de Azopardo 802 a los jefes de la Unión Tranviaria Automotor, Roberto Fernández, y de La Fraternidad, Omar Maturano (ambos integrantes de la CGT de Caló). No se descarta que este encuentro se traduzca en un importante desprendimiento de la central obrera oficialista y que UTA y La Fraternidad terminen regresando a las huestes de Moyano, especialmente si deciden adherir al paro que el camionero prepara para después de los comicios. El encono de estos dirigentes del transporte viene de larga data y cobró nuevos bríos con las pugna entre el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y los gremios ferroviarios tras el accidente de Castelar. Desde la Fraternidad cuestionan que el gobierno haya centrado la responsabilidad del siniestro en el motorman y rechazan la colocación de las cámaras de seguridad en las cabinas de conducción de los trenes. Ayer –un día antes del encuentro entre Maturano y Moyano– Randazzo dio a conocer los videos en los cuales se ve a diferentes maquinistas que duermen, hablan por celular o leen mientras manejan las formaciones.
Asimismo, quien fuera asesor de la CGT conducida por el camionero, el diputado nacional Héctor Recalde, se reunirá en los próximos días con el titular de la CGT oficialista, Antonio Caló, para terminar de redactar el proyecto para modificar el Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría y remplazar los ingresos destinados al fisco con un gravamen a la renta financiera.
Hace rato que pueden verse los cruces y las diferencias entre dirigentes –especialmente en torno a la posición a tomar frente a las decisiones del gobierno de Cristina Fernández–. Pero el mayor cimbronazo se produjo luego de la aparición de quien hasta ese momento era el secretario de prensa de la CGT oficialista, Héctor Daer (Sanidad) en la lista de candidatos a diputados de Sergio Massa.
Pero lo que sin duda actúa como aglutinante de los dirigentes de las dos CGT es el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el cual se declaró –para un caso puntual– inconstitucional el monopolio de la representación sindical, que ya había sido cuestionado por el máximo tribunal en otras causas y que viene siendo sistemáticamente objetado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La Corte declaró inconstitucional el artículo 31, inciso a, de la Ley 23.551 (de asociaciones sindicales), según el cual sólo los gremios con personería podían representar derechos colectivos. La decisión se tomó bajo el amparo del artículo 14 bis de la Constitución y del Convenio N° 87 de la OIT y eliminó privilegios que tenían los sindicatos mayoritarios frente a los simplemente inscriptos, que pugnan por ampliar sus derechos.
Este fallo reflota la vieja pugna entre la CGT y la CTA, quien busca obtener su personería gremial desde hace años. Tanto la CTA que conduce Hugo Yasky como la de Pablo Micheli celebraron el fallo y buscan que siente jurisprudencia, pero para Recalde, el mapa sindical no se modificará. Según indicó, no hubo demasiados cambios con los fallos anteriores y no ve por qué este debería modificar el panorama.
Según el integrante de la Comisión de Expertos en aplicación de convenios de la OIT, Mario Akerman, "los reproches de la OIT (al modelo sindical argentino) tienen más de 20 años, en primer lugar porque a la entidad más representativa, a la que se le otorga personería gremial, se le reconocen facultades exageradas con relación a las demás entidades."
Akerman detalló que a las entidades simplemente inscriptas no se les reconoce "ningún derecho". No tienen tutela contra los hechos de discriminación antisindical, sus dirigentes no tienen protección especial, no pueden recaudar cuota sindical y no pueden representar ni siquiera a sus afiliados.
El director del Departamento Jurídico de la CTA, Horacio Meguira, opinó en el mismo sentido que Akerman y agregó que, según la OIT, esos privilegios con los que cuentan las entidades con personería gremial no pueden exceder tres elementos: la negociación colectiva, la representación internacional y la representación ante instituciones del Estado. Pero el organismo internacional no admite privilegios respecto a la representación del conflicto, en el monopolio de la posibilidad de recaudar cuota sindical y de la convocatoria a la elección de delegados. Según Meguira, respecto de ser el representante en la negociación colectiva, "la OIT no dice que son el sindicato de exclusividad, sino el de prioridad".
Para Recalde, en cambio, el modelo argentino respeta los preceptos constitucionales y una modificación en el sentido que pretenden la OIT y la Corte redundaría en una atomización del movimiento obrero.
Ante estas objeciones que hallaron eco en los fallos de la Corte, los representantes de las CGT encendieron las señales de alerta y no se descarta que la preocupación sea el factor que vuelva a poner en la misma vereda a los dirigentes oficialistas y opositores, frente a un enemigo común: el cambio del modelo sindical que concibió Juan Domingo Perón en la década del '40.
http://tiempo.infonews.com/2013/08/01/editorial-106647-hacia-la-reunificacion--de-las-centrales-obreras.php
"En varios puntos hay conversaciones", reconoció un dirigente del riñón de Hugo Moyano. Sin embargo, las consecuencias de esas conversaciones –admitió– "dependerán del resultado electoral". "Hay que ver la fortaleza con la que sale cada sector de las elecciones", dijo el sindicalista, quien dejó entrever que no será sencillo llegar a un acuerdo si uno de los sectores sale muy beneficiado por los votos. Las mayores aspiraciones las tienen los moyanistas, quienes lograron colocar en segundo lugar en la lista de De Narváez. Por el moyanismo, además, competirán el judicial Julio Piumato en la lista porteña del partido político que fundó Moyano en junio y el líder de los peones rurales, Gerónimo Venegas por Unión con Fe. La CGT oficialista, en cambio, sólo tiene un candidato en las listas del Frente para la Victoria: Oscar Romero, de SMATA.
El propio Caló aseguró que se busca que las dos CGT vuelvan a ser una. Y afirmó que está dispuesto a abandonar su cargo si eso garantizase la reunificación. "Después de las elecciones intentaremos buscar coincidencias. Si por mí fuera, doy un paso al costado por la unidad. Pero para bailar hacen falta dos y dejar los personalismos de lado", lanzó el metalúrgico. Caló se refirió –sin nombrarlo– a su contraparte en la CGT opositora, Hugo Moyano. Y son varios los que reconocen que el camionero podría ser el principal escollo de una reunificación, sobre todo después de las últimas fotos que el otrora fundador del Movimiento de Trabajadores Argentinos se sacó con el titular de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere y con el candidato a diputado ultraopositor Francisco De Narváez. Estos dos gestos sin duda generarán más incomodidad entre los dirigentes afines al gobierno y harán que para el camionero sea más complicado morigerar su discurso opositor.
La idea de reunificarse surgió –según fuentes del sector sindical– como respuesta a un pedido del Papa Francisco, quien pidió a los dirigentes que lo visitaron en el Vaticano que depongan sus diferencias en pos de la unidad. Además, otros factores influyeron en este intento, como la proliferación de gremios enojados con el gobierno por la falta de respuesta a distintos reclamos.
Los acercamientos entre dirigentes son evidentes y desde hace varias semanas se puede percibir un clima enrarecido en el que no queda claro quién está con quién o qué sindicalista está a punto de pasarse del otro lado del mostrador. Hoy, por ejemplo, el líder de la CGT opositora, Hugo Moyano recibirá en la sede de Azopardo 802 a los jefes de la Unión Tranviaria Automotor, Roberto Fernández, y de La Fraternidad, Omar Maturano (ambos integrantes de la CGT de Caló). No se descarta que este encuentro se traduzca en un importante desprendimiento de la central obrera oficialista y que UTA y La Fraternidad terminen regresando a las huestes de Moyano, especialmente si deciden adherir al paro que el camionero prepara para después de los comicios. El encono de estos dirigentes del transporte viene de larga data y cobró nuevos bríos con las pugna entre el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y los gremios ferroviarios tras el accidente de Castelar. Desde la Fraternidad cuestionan que el gobierno haya centrado la responsabilidad del siniestro en el motorman y rechazan la colocación de las cámaras de seguridad en las cabinas de conducción de los trenes. Ayer –un día antes del encuentro entre Maturano y Moyano– Randazzo dio a conocer los videos en los cuales se ve a diferentes maquinistas que duermen, hablan por celular o leen mientras manejan las formaciones.
Asimismo, quien fuera asesor de la CGT conducida por el camionero, el diputado nacional Héctor Recalde, se reunirá en los próximos días con el titular de la CGT oficialista, Antonio Caló, para terminar de redactar el proyecto para modificar el Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría y remplazar los ingresos destinados al fisco con un gravamen a la renta financiera.
Hace rato que pueden verse los cruces y las diferencias entre dirigentes –especialmente en torno a la posición a tomar frente a las decisiones del gobierno de Cristina Fernández–. Pero el mayor cimbronazo se produjo luego de la aparición de quien hasta ese momento era el secretario de prensa de la CGT oficialista, Héctor Daer (Sanidad) en la lista de candidatos a diputados de Sergio Massa.
Pero lo que sin duda actúa como aglutinante de los dirigentes de las dos CGT es el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el cual se declaró –para un caso puntual– inconstitucional el monopolio de la representación sindical, que ya había sido cuestionado por el máximo tribunal en otras causas y que viene siendo sistemáticamente objetado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La Corte declaró inconstitucional el artículo 31, inciso a, de la Ley 23.551 (de asociaciones sindicales), según el cual sólo los gremios con personería podían representar derechos colectivos. La decisión se tomó bajo el amparo del artículo 14 bis de la Constitución y del Convenio N° 87 de la OIT y eliminó privilegios que tenían los sindicatos mayoritarios frente a los simplemente inscriptos, que pugnan por ampliar sus derechos.
Este fallo reflota la vieja pugna entre la CGT y la CTA, quien busca obtener su personería gremial desde hace años. Tanto la CTA que conduce Hugo Yasky como la de Pablo Micheli celebraron el fallo y buscan que siente jurisprudencia, pero para Recalde, el mapa sindical no se modificará. Según indicó, no hubo demasiados cambios con los fallos anteriores y no ve por qué este debería modificar el panorama.
Según el integrante de la Comisión de Expertos en aplicación de convenios de la OIT, Mario Akerman, "los reproches de la OIT (al modelo sindical argentino) tienen más de 20 años, en primer lugar porque a la entidad más representativa, a la que se le otorga personería gremial, se le reconocen facultades exageradas con relación a las demás entidades."
Akerman detalló que a las entidades simplemente inscriptas no se les reconoce "ningún derecho". No tienen tutela contra los hechos de discriminación antisindical, sus dirigentes no tienen protección especial, no pueden recaudar cuota sindical y no pueden representar ni siquiera a sus afiliados.
El director del Departamento Jurídico de la CTA, Horacio Meguira, opinó en el mismo sentido que Akerman y agregó que, según la OIT, esos privilegios con los que cuentan las entidades con personería gremial no pueden exceder tres elementos: la negociación colectiva, la representación internacional y la representación ante instituciones del Estado. Pero el organismo internacional no admite privilegios respecto a la representación del conflicto, en el monopolio de la posibilidad de recaudar cuota sindical y de la convocatoria a la elección de delegados. Según Meguira, respecto de ser el representante en la negociación colectiva, "la OIT no dice que son el sindicato de exclusividad, sino el de prioridad".
Para Recalde, en cambio, el modelo argentino respeta los preceptos constitucionales y una modificación en el sentido que pretenden la OIT y la Corte redundaría en una atomización del movimiento obrero.
Ante estas objeciones que hallaron eco en los fallos de la Corte, los representantes de las CGT encendieron las señales de alerta y no se descarta que la preocupación sea el factor que vuelva a poner en la misma vereda a los dirigentes oficialistas y opositores, frente a un enemigo común: el cambio del modelo sindical que concibió Juan Domingo Perón en la década del '40.
http://tiempo.infonews.com/2013/08/01/editorial-106647-hacia-la-reunificacion--de-las-centrales-obreras.php
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