La avaricia permanece
Pablo Tigani // Viernes 02 de agosto de 2013 | 20:46
Jueves 9 de Octubre de 2008, el índice
Dow Jones caía 7.3% en un solo día; la riqueza o los ahorros de toda una
vida de los tenedores de acciones, en tan solo un año se reduciría
alrededor de 35%. Inglaterra nacionalizaba parte de la Banca, Estados
Unidos lo iba a seguir-dibujándola-, Islandia imponía un corralito a 200
mil depositantes británicos. La insensatez de Wall Street, se cobraba
victimas.He frecuentado Wall Street; siempre ha simbolizado muchas identidades, pero por sobretodo, ha encarnado una jurisdicción de poder mundial. Nadie puede objetar que ha sido un foco de corrupción, ni que su gente rindió culto al “dinero” y al “mercado”. Wall Street defraudó a los ahorristas y pensionados estadounidenses en 2008. Tenedores de pequeñas participaciones accionarias y ahorros para su vejez. La codicia de los CEO´s-gerente general-de los Bancos de Inversión fue una insignificante muestra de un sistema desalmado que condujo tropa a un cautiverio: “la codicia” como medio.
Pude ver al Presidente de Lehman Brothers, Richard Fuld, en su interpelación, ante la pregunta enfurecida de una diputada respondió: “No es así, no tuve sueldos y comisiones por 500 millones de dólares en los últimos años, sino 350 millones de dólares”. Tapa de las revistas de negocios, entre los hombres “mas admirados del mundo”; miedo, vergüenza, algo trasmitía su aspecto; luego a la salida del recinto, un grupo de ciudadanos lo insultó de un modo futbolero.
Wall Street se constituyó en un ícono representante del peor enemigo cultural de un pueblo maravilloso, de gente simple, confiada y trabajadora, como lo es el pueblo estadounidense.
Un tiempo atrás, era muy difícil hablar de estos temas sin ser objeto de burla o desprecio profesional, por aquellos que creían y defendían esa cultura nefasta, hoy callan. Los que reverenciaron esta ordenación, aceptaron todas sus indicaciones y aun hoy, actúan en consecuencia.
En general, es gente que sobrevalora el dinero (empresarios-profesionales y simplemente avaros). El poder y el placer; están por sobre todas las cosas temporales y trascendentes. Para estar allí, muchos profesionales y hombres de negocios han violado principios que dieron origen a la gran nación que fue Estados Unidos. Desde la época de los yuppies, los operadores se formaron y estimularon con la película Wall Street. El protagonista Gekko Gordon les dijo: “la avaricia es buena; es el motor del capitalismo”; pero en la vida real, dinero, fama y bienes; no permanecen para siempre.
Hoy el Dow Jones esta en 15.628 puntos, el doble de valor que en 2008.
¿Qué pasará con el consumo semi frenado pero que aun sigue tapando agujeros? - En 2014 comienza a develarse el secreto.
La sociedad mundial más rica, con mejor tecnología y mayor acceso al crédito; la que se encaminó al confort y al placer, como nunca en los últimos 30 años previos a 2008, está sufriendo ya hace 5, y todavía no vio nada.
Dinero y poder, en esto se basa la política, los negocios y la cultura en los últimos tiempos, motivaciones profundas que han captado aún a ciudadanos corrientes. Muchos economistas y hombres de negocios brillantes están motivados para sacar ventaja de cualquier sub sistema-dentro del sistema- que le permita enriquecerse, y esto enseña a sus hijos. El dinero en grandes proporciones ejerce un encantamiento que motoriza el deseo de darse “la gran vida”. Los ejecutivos y operadores de las empresas que cotizan en Wall Street, y quienes los admiran, siguen viviendo deleites y derroches.
Sigo viendo actitudes y respuestas que exteriorizan sensación de invulnerabilidad, seguridad y control de la situación, es peligroso.
¿A quien le venderán hoy sus servicios humanos, quienes actuando en Argentina, lucran mintiendo una recuperación falsa?
Sin duda en Argentina, los economistas “pro sistema” son los más afectados por la crisis de los mercados. ¿Dónde quedaron las virtudes y verdades absolutas? Donde están los países serios, el éxito=dinero, la figuración en el ranking, los beneficios de la libertad incondicional de los mercados sin regulaciones y sin controles. Seguimos sin respuestas, pero:
¡Cuidado! La avaricia no ha muerto y los mercados están muy arriba.
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