domingo, 30 de diciembre de 2012
AMERICA LATINA ANTE UN NUEVO EMBATE DEL PENTÀGONO
¿Una acción militar de EE.UU. en América del Sur?
Año 5. Edición número 241. Domingo 30 de diciembre 2012
Por
Raúl Zibechi. La Jornada
El Pentágono norteamericano estudia incrementar el número de operaciones bélicas y la cooperación en defensa en el Cono Sur.
La última edición de la Revista de Anticipación Política-MAP, publicada por el Laboratorio Europeo de Anticipación Política (Leap), está en gran parte dedicada al análisis de las tendencias regionales en América del Sur entre 2012 y 2016. El capítulo dedicado al tema tiene un título sugerente: “Incertidumbre entre dominación estadunidense e independencia regional”.
La publicación sostiene que el actual escenario regional e internacional presenta condiciones excepcionales para que Suramérica se constituya en una región geopolíticamente soberana, luego del fracaso del Consenso de Washington y de la estrategia de integración orientada por Estado Unidos a través del ALCA. Analiza brevemente la política estadunidense de construir una alianza con sus aliados del Pacífico, con el objetivo de crear una barrera que podría dificultar las relaciones comerciales con Asia a los países de la zona del Atlántico.
El punto álgido del análisis es el militar. Los analistas del Leap sostienen que América del Sur debe prepararse para una posible acción militar estadunidense, país que está militarizando el territorio latinoamericano para fortalecer su posición de dominio. El think tankgeopolítico europeo, cercano al presidente François Hollande, se detiene en la creciente presencia militar del Comando Sur en la región y concluye que con el éxito del golpe institucional en Paraguay contra Fernando Lugo, Estados Unidos ha consolidado su poder militar en el corazón de países del Unasur.
La convicción de que la superpotencia en decadencia pretende recolonizar la región recurriendo a acciones militares no es novedosa, salvo por el hecho de provenir de un importante centro europeo y por llevar los análisis hasta las últimas consecuencias. El hombre siempre ha utilizado las armas que ha desarrollado, y el mundo acostumbra a salir de las crisis sistémicas con una gran guerra, después de la cual se dan las condiciones para el nuevo orden, son dos de las ideas-guías de ese análisis.
Surgen de inmediato dos preguntas. ¿Está la región preparada para enfrentar una acción militar recolonizadora del Pentágono? ¿Cómo imaginamos, y cómo nos preparamos para la transición a un mundo nuevo, quizá sólo multipolar, ojalá también socialista?
La primera respuesta es que aún no están dadas las condiciones para enfrentar, como región, a Estados Unidos. Sólo Brasil y Venezuela tienen conciencia de las dificultades que vendrán en el futuro inmediato y se están preparando para ello, según las capacidades de cada cual. Brasil se dotó de una Estrategia Nacional de Defensa bajo el segundo gobierno de Lula; está procediendo a revitalizar su industria militar y a construir los medios necesarios para su defensa, incluyendo, como ya se ha dicho en esta columna, la construcción de submarinos nucleares.
Sin embargo, tropieza con algunas dificultades y limitaciones. La nueva postergación de la compra de cazas de última generación, proceso que ya lleva dos décadas, y sobre todo la reciente inclinación por los F-18 de Boeing en vez de los franceses Rafale, revela cómo las presiones de la Casa Blanca consiguen resultados en países que parecían firmes en sus decisiones.
Como se sabe, Venezuela también ha dado pasos importantes para defenderse de eventuales acciones militares pero sigue estando en el ojo del huracán desestabilizador de Washington y las derechas regionales. En los demás países predomina o bien un claro alineamiento con la política del Pentágono (casos de Chile, Colombia, Perú y ahora también Paraguay) o posiciones ambiguas como las de Uruguay. En todo caso, en la mayor parte de los gobiernos de la región prevalece la convicción de que no habrá que enfrentar situaciones extremas.
La segunda pregunta sigue requiriendo un debate estratégico sobre cómo prevemos la llegada de los cambios y cómo nos preparamos para hacerlos realidad. En este punto se impone una reflexión lateral: los cambios de verdad, los que se relacionan con abrir el escenario político a nuevas relaciones sociales, a nuevas formas de poder y por lo tanto a una nueva sociedad, no vendrán de los gobiernos sino de los abajos, de la gente común organizada en movimientos.
Lo contrario no puede ser sino la continuidad de la opresión bajo otras formas. ¿Hemos aprendido algo de las revoluciones independentistas que sólo cambiaron las élites y dejaron sin tocar las relaciones sociales y de poder? En un texto luminoso, “El problema primario del Perú”, José Carlos Mariátegui sostuvo: “La república ha significado para los indios la ascensión de una nueva clase dominante que se ha apropiado sistemáticamente de sus tierras. Fue más lejos y aseguró que el virreinato fue menos culpable de la situación del indio que los republicanos que los adormecieron al inscribir demagógicamente sus demandas en un programa que nunca cumplieron”.
Así las cosas, surge el tercer problema: prepararnos para un futuro de guerras y confrontaciones impuestas por el imperio y las clases dominantes supone, en primer lugar, construir la convicción subjetiva de la inevitabilidad de estos escenarios. Un análisis que incluya como eje central la preparación de fuerzas para esa eventualidad, que no se reduce a una cuestión sólo militar sino implica algo más profundo y previo: la disposición anímica, que pasa por una ética de no involucrarse con los de arriba, se llamen burguesía, Estado, medios de la derecha u ONG.
Desde este punto de vista, en América del Sur estamos aún muy lejos. En la medida en que no tenemos recetas prontas para aplicar sobre cómo hacer y qué rumbos tomar, los ejemplos y referencias pueden ser de enorme ayuda. Esos hombres, esas mujeres y esos niños que el 21 de diciembre levantaron el puño en silencio en cinco ciudades de Chiapas nos muestran el estado anímico y organizativo necesarios para afrontar este periodo histórico. Escuchémonos a nosotros, bien adentro, para identificar lo que nos falta.
La publicación sostiene que el actual escenario regional e internacional presenta condiciones excepcionales para que Suramérica se constituya en una región geopolíticamente soberana, luego del fracaso del Consenso de Washington y de la estrategia de integración orientada por Estado Unidos a través del ALCA. Analiza brevemente la política estadunidense de construir una alianza con sus aliados del Pacífico, con el objetivo de crear una barrera que podría dificultar las relaciones comerciales con Asia a los países de la zona del Atlántico.
El punto álgido del análisis es el militar. Los analistas del Leap sostienen que América del Sur debe prepararse para una posible acción militar estadunidense, país que está militarizando el territorio latinoamericano para fortalecer su posición de dominio. El think tankgeopolítico europeo, cercano al presidente François Hollande, se detiene en la creciente presencia militar del Comando Sur en la región y concluye que con el éxito del golpe institucional en Paraguay contra Fernando Lugo, Estados Unidos ha consolidado su poder militar en el corazón de países del Unasur.
La convicción de que la superpotencia en decadencia pretende recolonizar la región recurriendo a acciones militares no es novedosa, salvo por el hecho de provenir de un importante centro europeo y por llevar los análisis hasta las últimas consecuencias. El hombre siempre ha utilizado las armas que ha desarrollado, y el mundo acostumbra a salir de las crisis sistémicas con una gran guerra, después de la cual se dan las condiciones para el nuevo orden, son dos de las ideas-guías de ese análisis.
Surgen de inmediato dos preguntas. ¿Está la región preparada para enfrentar una acción militar recolonizadora del Pentágono? ¿Cómo imaginamos, y cómo nos preparamos para la transición a un mundo nuevo, quizá sólo multipolar, ojalá también socialista?
La primera respuesta es que aún no están dadas las condiciones para enfrentar, como región, a Estados Unidos. Sólo Brasil y Venezuela tienen conciencia de las dificultades que vendrán en el futuro inmediato y se están preparando para ello, según las capacidades de cada cual. Brasil se dotó de una Estrategia Nacional de Defensa bajo el segundo gobierno de Lula; está procediendo a revitalizar su industria militar y a construir los medios necesarios para su defensa, incluyendo, como ya se ha dicho en esta columna, la construcción de submarinos nucleares.
Sin embargo, tropieza con algunas dificultades y limitaciones. La nueva postergación de la compra de cazas de última generación, proceso que ya lleva dos décadas, y sobre todo la reciente inclinación por los F-18 de Boeing en vez de los franceses Rafale, revela cómo las presiones de la Casa Blanca consiguen resultados en países que parecían firmes en sus decisiones.
Como se sabe, Venezuela también ha dado pasos importantes para defenderse de eventuales acciones militares pero sigue estando en el ojo del huracán desestabilizador de Washington y las derechas regionales. En los demás países predomina o bien un claro alineamiento con la política del Pentágono (casos de Chile, Colombia, Perú y ahora también Paraguay) o posiciones ambiguas como las de Uruguay. En todo caso, en la mayor parte de los gobiernos de la región prevalece la convicción de que no habrá que enfrentar situaciones extremas.
La segunda pregunta sigue requiriendo un debate estratégico sobre cómo prevemos la llegada de los cambios y cómo nos preparamos para hacerlos realidad. En este punto se impone una reflexión lateral: los cambios de verdad, los que se relacionan con abrir el escenario político a nuevas relaciones sociales, a nuevas formas de poder y por lo tanto a una nueva sociedad, no vendrán de los gobiernos sino de los abajos, de la gente común organizada en movimientos.
Lo contrario no puede ser sino la continuidad de la opresión bajo otras formas. ¿Hemos aprendido algo de las revoluciones independentistas que sólo cambiaron las élites y dejaron sin tocar las relaciones sociales y de poder? En un texto luminoso, “El problema primario del Perú”, José Carlos Mariátegui sostuvo: “La república ha significado para los indios la ascensión de una nueva clase dominante que se ha apropiado sistemáticamente de sus tierras. Fue más lejos y aseguró que el virreinato fue menos culpable de la situación del indio que los republicanos que los adormecieron al inscribir demagógicamente sus demandas en un programa que nunca cumplieron”.
Así las cosas, surge el tercer problema: prepararnos para un futuro de guerras y confrontaciones impuestas por el imperio y las clases dominantes supone, en primer lugar, construir la convicción subjetiva de la inevitabilidad de estos escenarios. Un análisis que incluya como eje central la preparación de fuerzas para esa eventualidad, que no se reduce a una cuestión sólo militar sino implica algo más profundo y previo: la disposición anímica, que pasa por una ética de no involucrarse con los de arriba, se llamen burguesía, Estado, medios de la derecha u ONG.
Desde este punto de vista, en América del Sur estamos aún muy lejos. En la medida en que no tenemos recetas prontas para aplicar sobre cómo hacer y qué rumbos tomar, los ejemplos y referencias pueden ser de enorme ayuda. Esos hombres, esas mujeres y esos niños que el 21 de diciembre levantaron el puño en silencio en cinco ciudades de Chiapas nos muestran el estado anímico y organizativo necesarios para afrontar este periodo histórico. Escuchémonos a nosotros, bien adentro, para identificar lo que nos falta.
LA BOSTA Y LA CARNE
EL CAMPO EN BUENOS AIRES
Somos poco más que carne. Y en este bendito pais la carne humana se somete a la carne de vaca con reiteración. Aunque la comida light, la pasión vegana y vegetariana se gane el apetito de las clases medias, en el 2012 comimos un cinco por ciento más de carne vacuna que el año anterior: unos 57 kilos per cápita, manducados, en promedio, unos 17 días al mes, en algo así como 24 comidas.
Al mismo tiempo que se conocía el estudio en el que se revelan esas cifras, el Gobierno expropió el predio centenario en el que la patria ganadera ha expuesto, orgullosa, sus animales y desde donde ha atacado a gobiernos democráticos como el de Raúl Alfonsín, el de Néstor Kirchner y el de Cristina Fernández de Kirchner. El jueves, en una ceremonia de desagravio, los ganaderos y sus amigos se reunieron para cantar el himno e insultar a la presidenta. A pocos kilómetros, en el mercado de hacienda de Liniers, el más grande del mundo, los reseros, rematadores y parrilleros cuentan sus propias cuitas, y se muestran ajenos al odio de los dueños del campo que lloran por el predio perdido.
Llegar a La Rural enardecida por la expropiación recuerda el 2008 de la batalla por la 125. El merchandising de banderas argentinas con el escudo de la Sociedad Rural Argentina en lugar del sol sale a diez pesos y adentro del predio, del otro lado de las rejas, se agita por sobre el olor a bosta que inunda el aire porteño ajeno al smog y la basura podrida del cotidiano. Los cálculos más patricios, como el de La Nación, dirán que aquí hay tres mil opositores reunidos; los menos campechanos que no superan los 500. Como sea, un grupo de paisanos de a caballo rodean a la multitud que viste en un Cardón style inconfundible y clásico.
Es jueves a la tardecita y del otro lado de la reja del predio, entre las gradas por las que pasean orgullosos la hacienda y la calle, hay alrededor de 3 mil personas, dirán algunos, mil y monedas, dirán otros. Un grupo de paisanos a caballo rodea a la multitud en una medialuna que hiede a bosta. En el final del himno, muchos agitan el brazo derecho y se escucha, atronador: “Oh juremos con gloria morir”. Más calmos, dispuestos al desfile de discursos que se vienen, tres amigos que no llegan a los 30, de de camisa con insignia de polista, pantalón pinzado y mocasines, al fondo, conversan. Uno, rubión, le dice a los otros: “Salí del trabajo y me fui a dejar el auto a casa. No pienso pagar los 200 mangos que sale el parking acá. No da, ni que fuera New York City”. No alcanza a imaginar qué pasará con la administración del lugar cuando en 30 días ya no sea manejado por la SRA, que lo supo conseguir por un decreto del menemismo a la mitad de su valor, continuando así con la generosidad de antiguas dictaduras, siempre amigas del campo.
Algunos llegan remolones, cuando la cosa está empezada, como esas señoras bien que se saludan, efusivas, y en el abrazo dejan mezclar como en jardín bien cuidado el floreado del pantalón de una con el de la blusa de la otra.
-Hola María, que alegría verte por acá.
-Hay Lidia, es que me preocupa tanto lo que pasa con el país. Me da un miedo.
-Yo también, María, si hasta estuve tentada de traerla a Chucha con la silla de ruedas y todo, pero a ver si se me resfriaba la pobre.
El zaino sobre el que monta el resero Orlando Alegre tiene el lomo café, las cuatro patas blancas y una mancha clara en la frente: lo gobierna con la soltura del gaucho, y arrima el anca del caballo a las vacas para trasladarlas desde el atracadero, adonde llegan, hasta los corrales de su consignatario cada noche. Tiene el ojo del mejor cubero: sabe, en la penumbra, con solo mirar por encima, cual de todas es la vaquillona más valiosa, porque siempre se empieza por lo mejor. Cada calidad en su corral: luego las vaquillonas pesadas, el novillo, la vaca conserva, la vaca de consumo. Siempre al final, el toro. De boina y bombacha de campo, como las últimas cuatro generaciones de Alegre –desde su abuelo a su hijo de 34- don Orlando se siente orgulloso no de las cocardas que reciben vacas y toros en la Rural cada año, ni de las diez mil cabezas de ganado que se venden por semana en el Mercado de Liniers, sino de ser “un paisano rústico”.
-No manejo computadora ni mando mails ¿Para qué?
-¿Qué es para usted la tradición?
-Que mi abuelo haya venido muy joven de Corrientes. Los indios le habían matado el padre y la madre allá; la vida era otra en esos años. Huérfano, trabajó manejando una estancia, y los patrones lo trajeron a San Fernando. Entonces se venía por arreo hasta el Mercado de Hacienda. Y para la quinta vez se vino con toda su tropilla, sus pocas pilchas, se quedó en Mataderos y no se fue más.
En Mataderos se respira carne. Apenas se baja de la General Paz, en el kilómetro 14, y se avanza por Juan Bautista Alberdi, se siente y se ve: una hilera de carnicerías con los mejores precios de plaza antecede a la puerta colonial, de paredes rosadas. Adentro, se cruza una playa de estacionamiento en la que otrora hubo un saladero, y el mercado se revela cuando se comprende que hay una especie de avenida central en la que de un lado están las oficinas de las 50 consignatarias, el intermediario entre el ganadero productor y el del frigorífico que compra. Por esa avenida Orlando Alegre arrea su tropilla desde hace 54 años. Por esa misma vía lo hace su hijo. Y a las nueve de la mañana, no solo respiran bosta, y carne, sino el humo de la parrilla del Bocha, Enrique Piorno, que ofrece, hace 40 años, esos sánguches de vacío. Los saca del mostrador verde inglés de a cinco, como una máquina. Su padre empezó en el 60 con un canasto de sánguches de fiambre. Luego consiguió este espacio, al lado de las consignatarias de apellidos como Álzaga, Saenz Valiente, Lanusse, Tatersall, o Lartirigoyen.
Las sillas de todos los tipos, del pino al plástico, están todas llenas. Así es cada lunes, cada miércoles, cada viernes como este en el que salieron más de diez mil cabezas de ganado porque venimos de una semana rara con ese paro del miércoles, cuando hubo, a pesar de la proximidad de las fiestas, solo tres mil cabezas vendidas.
El resero no es cualquier resero. Es el secretario general del Sindicato de empleados de consignatarias, y es un tipo que cree que el campo también puede ser peronista, porque fue su padre fue el que firmó el primer acuerdo laboral cuando Perón era ministro de trabajo. Ahora, esta semana de expropiación del predio feria, recuerda otras épocas, cuando él y sus compañeros solían ir a Palermo para competir con los animales de trabajo en las pruebas de rienda. Hace tiempo, dice, las cosas cambiaron. Y ya no tuvieron razones para ir.
-¿Cree que está bien que el predio de La Rural sea manejado por el Estado?
-Es un tema un poco odioso –dice desde al zaino-, porque es un predio que hace tantos años que lo manejan ellos que no termino de decidirme. No estoy ni de acuerdo, ni en desacuerdo. Es un tema para conversar profundamente. Es un tema delicado.
En el Predio Ferial de Palermo el clima es de solidaridad extrema entre viejos conocidos. Llevan el pecho ancho por el relativo éxito del paro del miércoles, en el que además se quejaron porque el Gobierno le quitó el manejo de un servicio de formularios de granos a la Federación Agraria Argentina. Se saludan y se palmean, como afectados en un bien familiar. Aún no sabían que la jueza Silvina Bracamonte rechazaría el pedido de la SRA para frenar la expropiación del predio. Una y otra vez comentaban que la estrategia para resistir era la judicial, como en el caso de Clarín ante la Ley de Medios.
Un hombre de traje negro, sesenta y largos, pelado, bigote marcial, estrecha la mano de un señor corpulento de pantalón pinzado y chomba rosa. Se dicen:
-¿Cómo anda? Lo que se debe decir del país en el exterior…
-Por eso mismo venimos –le responde el de bigote-. Acá estamos, haciendo patria.
Una mujer, pelo de rubio perfecto, cerca de los 50 años, blazer verde loro, dice: “Si no lo echan a Etchegaray del Gobierno, este verano le escracho la casa. No sabes el caserón que se compró cerca de Manantiales. Compro unos aerosoles y voy de noche a pintarle: “chorro, devolvé la guita”. Mi hermana me dice que estoy loca, que voy a ir presa. Y este chico anota todo. Ya me veo mañana en los medios pintada como si fuera una criminal”.
Ellas tienen una fuerte preocupación por lo impositivo. El cronista encara a una mujer en los cincuenta, bombacha de campo, sweter azul sobre camisa clara, pañuelo morado al cuello.
-Me llamo Mechi. ¿Para qué querés el apellido? ¿Qué, sos de la AFIP?
-Para nada. Sólo pregunto. ¿Qué significa el campo para usted?
-El campo es mi vida. No sería nada sin mi campo. Y no es por exagerar. Sería otra persona sin el campo. Me críe ahí. El campo está en la familia hace años ya.
-¿Sabemos que los convoca, pero qué los motiva a venir?
-El atropello total de este gobierno para con la gente de trabajo, porque la gente de campo es gente de trabajo.
-¿Le gusta la carne?
-Claro que sí. ¿Qué hay más rico y más argentino que el asado? Es un privilegio que no se dan muchos países que son potencias mundiales. Nosotros fuimos benditos con este campo tan rico para nuestro país. Pero la Presidenta lo desaprovecha con caprichos y revanchismo.
Poco más allá, el dueño de las cejas más blancas y tupidas de la feria, Ernesto Barileti, dice que a sus 72 años va y viene de San Telmo en subte para protestar en Palermo. “Yo soy un conservador”, se define. Como muchos otros de los asistentes mayores pasó todos los veranos de su infancia y juventud en el campo. Como muchos otros lo perdió por esas cuestiones familiares insalvables, y como muchos otros lo añora, lo vive por su hijo ingeniero agrónomo que sigue trabajando en el campo, de otros, claro. Don Ernesto se explaya, se deja ir, y se envenena a medida que avanza en su discurso:
-El país es el campo. Las industrias son un desastre, no pueden competir con China ni con nadie. El país es el campo. La producción argentina es el campo. El campo ha desarrollado novedosas técnicas, buscalas y vas a ver que marcaron tendencia en el mundo y fueron desarrolladas por argentinos. El país es el campo. El resto es caca de foca.
Don Ernesto sabe de historia: conoce por libros, por familia, por tradición. Dice que fue Sarmiento socio honorario de la SRA, un tipo convencido de que los ganaderos nacionales tecnificarían la actividad, serían productores de punta. Por eso fue el que les entregó el predio con la primera concesión, y aconsejó a los gobiernos liberales que lo sucedieron a seguir otorgándoselos. Hasta que vino Carlos Menem y lo hizo: vendió a precio ridículo –14 hectáreas en Palermo a 30 millones de dólares—en cuotas que jamás se terminaron de pagar. Cuando el cronista intenta argumentar sobre el tema, Ernesto se saca.
-Querido, el país se respalda en el campo. ¡No me hagas amargar! Las políticas del gobierno son caca de foca. ¡Caca de foca! La yegua esta es una bruta del año cero. Una bruta resentida. No hay otra razón. Aplica políticas perimidas en el mundo entero. Este es un acto en apoyo a la tradición agraria argentina. Por eso estaban el Momo Venegas, De Angeli de Entre Ríos, que son los promotores de las políticas públicas que debería aplicar el gobierno para el sector. Y en cambio, hacen esto. Caca de foca.
De fondo, los paisanos se retiran con sus caballos, y la bosta de zaino y alazán deja sus huellas, evidentemente mejores que las de la foca, mamífero anfibio y austral, que de campo, nada.
Eduardo Herrera dejó el secundario en segundo, medio confundido, y se metió a trabajar a una carnicería de Merlo. Era rudo ese laburo, dice, y él tenía un sueño: entrar a un Coto. Lo hizo. La ilusión le duró dos años. Salió, y como su padre trabajaba para un consignatario lo hizo comenzar en Liniers como maestranza: limpiaba los corrales con una pala y un cepillo; sacaba, dice, unos 8 metros cúbicos de bosta diarios. Por suerte en Liniers se asciende con el tiempo, y hace nueve años que está en Recursos Humanos. En una oficina con banderín de Nueva Chicago, el club que tiene sede a pocas cuadras, con foto de la hinchada verdinegra, con imágenes de viejos reseros, recuerda sus aventuras: una vez un cebú lo persiguió por el corral y ni que lo esquivara en zigzag dejaba de darle topetazos, así que Herrera se metió de cabeza en un bebedero.
A Herrera la expropiación del predio de Palermo tampoco lo emociona. Sí, claro, ha ido, y le gustan los gauchos formados, prolijos, y los animales campeones. Lo que muestran los Saenz Valiente Bullrich lo ha impresionado: esos objetos de cuero, esas monturas que venden. Pero más allá de eso, cree que si el Gobierno dispone que tiene que volver al Estado, el traspaso debería hacerse rápido y prolijo. No le interesa o deja de interesar que cambie de manos. Prefiere que estaticen La Rural a que lo hagan con el Zoológico. Y si piensa en la relación entre esos dos terrenos, esos dos mundos, dice:
-No hay mucha relación entre La Rural y el Mercado de Liniers. Es como si fueran primos lejanos. Tienen algo que ver, pero no tienen nada en común desde hace mucho.
En la parrilla del Bocha la muchachada se afana en alimentarse. “Carne comemos todos los días” dice Toto, un gringo de camisa abierta, pelo del pecho entrecano, que viene a comprar ganado para un frigorífico del cual es socio en zona sur. “Yo lo que miro es la clase y la estructura del animal”, dice de cuando compra para distribuir. Heredero de este territorio, como casi todos los tipos a los que se entrevista, tuvo un campo en el que había trabajado su abuelo, en Alejandro Korn. Hasta que vio mejor negocio en asociarse con un frigorífico. “Como te decía, comemos carne todos los días” dice mientras desaparece un
sándwich de matambre.
-Yo después de comprar los animales, vengo y me como algo acá, con eso estoy listo. Qué me voy a andar haciendo mala sangre si andamos bien o andamos mal, si nos expropian o no nos expropian la rural.
Informe: Martín Ale y Federico Schirmer
http://www.telam.com.ar/notas/201212/2914-la-bosta-y-la-carne.html
Los dos enclaves "del campo" en la Ciudad, el predio ferial de Palermo y el Mercado de Hacienda de Liniers, son como primos lejanos: tienen algo que ver, pero no tienen nada en común desde hace mucho tiempo.
Somos poco más que carne. Y en este bendito pais la carne humana se somete a la carne de vaca con reiteración. Aunque la comida light, la pasión vegana y vegetariana se gane el apetito de las clases medias, en el 2012 comimos un cinco por ciento más de carne vacuna que el año anterior: unos 57 kilos per cápita, manducados, en promedio, unos 17 días al mes, en algo así como 24 comidas.
Al mismo tiempo que se conocía el estudio en el que se revelan esas cifras, el Gobierno expropió el predio centenario en el que la patria ganadera ha expuesto, orgullosa, sus animales y desde donde ha atacado a gobiernos democráticos como el de Raúl Alfonsín, el de Néstor Kirchner y el de Cristina Fernández de Kirchner. El jueves, en una ceremonia de desagravio, los ganaderos y sus amigos se reunieron para cantar el himno e insultar a la presidenta. A pocos kilómetros, en el mercado de hacienda de Liniers, el más grande del mundo, los reseros, rematadores y parrilleros cuentan sus propias cuitas, y se muestran ajenos al odio de los dueños del campo que lloran por el predio perdido.
PALERMO
Llegar a La Rural enardecida por la expropiación recuerda el 2008 de la batalla por la 125. El merchandising de banderas argentinas con el escudo de la Sociedad Rural Argentina en lugar del sol sale a diez pesos y adentro del predio, del otro lado de las rejas, se agita por sobre el olor a bosta que inunda el aire porteño ajeno al smog y la basura podrida del cotidiano. Los cálculos más patricios, como el de La Nación, dirán que aquí hay tres mil opositores reunidos; los menos campechanos que no superan los 500. Como sea, un grupo de paisanos de a caballo rodean a la multitud que viste en un Cardón style inconfundible y clásico.
El merchandising de banderas argentinas con el escudo de la Sociedad Rural Argentina en lugar del sol sale a diez pesos
Es jueves a la tardecita y del otro lado de la reja del predio, entre las gradas por las que pasean orgullosos la hacienda y la calle, hay alrededor de 3 mil personas, dirán algunos, mil y monedas, dirán otros. Un grupo de paisanos a caballo rodea a la multitud en una medialuna que hiede a bosta. En el final del himno, muchos agitan el brazo derecho y se escucha, atronador: “Oh juremos con gloria morir”. Más calmos, dispuestos al desfile de discursos que se vienen, tres amigos que no llegan a los 30, de de camisa con insignia de polista, pantalón pinzado y mocasines, al fondo, conversan. Uno, rubión, le dice a los otros: “Salí del trabajo y me fui a dejar el auto a casa. No pienso pagar los 200 mangos que sale el parking acá. No da, ni que fuera New York City”. No alcanza a imaginar qué pasará con la administración del lugar cuando en 30 días ya no sea manejado por la SRA, que lo supo conseguir por un decreto del menemismo a la mitad de su valor, continuando así con la generosidad de antiguas dictaduras, siempre amigas del campo.
Algunos llegan remolones, cuando la cosa está empezada, como esas señoras bien que se saludan, efusivas, y en el abrazo dejan mezclar como en jardín bien cuidado el floreado del pantalón de una con el de la blusa de la otra.
-Hola María, que alegría verte por acá.
-Hay Lidia, es que me preocupa tanto lo que pasa con el país. Me da un miedo.
-Yo también, María, si hasta estuve tentada de traerla a Chucha con la silla de ruedas y todo, pero a ver si se me resfriaba la pobre.
LINIERS
El zaino sobre el que monta el resero Orlando Alegre tiene el lomo café, las cuatro patas blancas y una mancha clara en la frente: lo gobierna con la soltura del gaucho, y arrima el anca del caballo a las vacas para trasladarlas desde el atracadero, adonde llegan, hasta los corrales de su consignatario cada noche. Tiene el ojo del mejor cubero: sabe, en la penumbra, con solo mirar por encima, cual de todas es la vaquillona más valiosa, porque siempre se empieza por lo mejor. Cada calidad en su corral: luego las vaquillonas pesadas, el novillo, la vaca conserva, la vaca de consumo. Siempre al final, el toro. De boina y bombacha de campo, como las últimas cuatro generaciones de Alegre –desde su abuelo a su hijo de 34- don Orlando se siente orgulloso no de las cocardas que reciben vacas y toros en la Rural cada año, ni de las diez mil cabezas de ganado que se venden por semana en el Mercado de Liniers, sino de ser “un paisano rústico”.
-No manejo computadora ni mando mails ¿Para qué?
-¿Qué es para usted la tradición?
-Que mi abuelo haya venido muy joven de Corrientes. Los indios le habían matado el padre y la madre allá; la vida era otra en esos años. Huérfano, trabajó manejando una estancia, y los patrones lo trajeron a San Fernando. Entonces se venía por arreo hasta el Mercado de Hacienda. Y para la quinta vez se vino con toda su tropilla, sus pocas pilchas, se quedó en Mataderos y no se fue más.
En Mataderos se respira carne. Apenas se baja de la General Paz, en el kilómetro 14, y se avanza por Juan Bautista Alberdi, se siente y se ve: una hilera de carnicerías con los mejores precios de plaza antecede a la puerta colonial, de paredes rosadas. Adentro, se cruza una playa de estacionamiento en la que otrora hubo un saladero, y el mercado se revela cuando se comprende que hay una especie de avenida central en la que de un lado están las oficinas de las 50 consignatarias, el intermediario entre el ganadero productor y el del frigorífico que compra. Por esa avenida Orlando Alegre arrea su tropilla desde hace 54 años. Por esa misma vía lo hace su hijo. Y a las nueve de la mañana, no solo respiran bosta, y carne, sino el humo de la parrilla del Bocha, Enrique Piorno, que ofrece, hace 40 años, esos sánguches de vacío. Los saca del mostrador verde inglés de a cinco, como una máquina. Su padre empezó en el 60 con un canasto de sánguches de fiambre. Luego consiguió este espacio, al lado de las consignatarias de apellidos como Álzaga, Saenz Valiente, Lanusse, Tatersall, o Lartirigoyen.
Una hilera de carnicerías con los mejores precios de plaza antecede a la puerta colonial, de paredes rosadas
Las sillas de todos los tipos, del pino al plástico, están todas llenas. Así es cada lunes, cada miércoles, cada viernes como este en el que salieron más de diez mil cabezas de ganado porque venimos de una semana rara con ese paro del miércoles, cuando hubo, a pesar de la proximidad de las fiestas, solo tres mil cabezas vendidas.
El resero no es cualquier resero. Es el secretario general del Sindicato de empleados de consignatarias, y es un tipo que cree que el campo también puede ser peronista, porque fue su padre fue el que firmó el primer acuerdo laboral cuando Perón era ministro de trabajo. Ahora, esta semana de expropiación del predio feria, recuerda otras épocas, cuando él y sus compañeros solían ir a Palermo para competir con los animales de trabajo en las pruebas de rienda. Hace tiempo, dice, las cosas cambiaron. Y ya no tuvieron razones para ir.
-¿Cree que está bien que el predio de La Rural sea manejado por el Estado?
-Es un tema un poco odioso –dice desde al zaino-, porque es un predio que hace tantos años que lo manejan ellos que no termino de decidirme. No estoy ni de acuerdo, ni en desacuerdo. Es un tema para conversar profundamente. Es un tema delicado.
PALERMO
En el Predio Ferial de Palermo el clima es de solidaridad extrema entre viejos conocidos. Llevan el pecho ancho por el relativo éxito del paro del miércoles, en el que además se quejaron porque el Gobierno le quitó el manejo de un servicio de formularios de granos a la Federación Agraria Argentina. Se saludan y se palmean, como afectados en un bien familiar. Aún no sabían que la jueza Silvina Bracamonte rechazaría el pedido de la SRA para frenar la expropiación del predio. Una y otra vez comentaban que la estrategia para resistir era la judicial, como en el caso de Clarín ante la Ley de Medios.
Un hombre de traje negro, sesenta y largos, pelado, bigote marcial, estrecha la mano de un señor corpulento de pantalón pinzado y chomba rosa. Se dicen:
-¿Cómo anda? Lo que se debe decir del país en el exterior…
-Por eso mismo venimos –le responde el de bigote-. Acá estamos, haciendo patria.
Una mujer, pelo de rubio perfecto, cerca de los 50 años, blazer verde loro, dice: “Si no lo echan a Etchegaray del Gobierno, este verano le escracho la casa. No sabes el caserón que se compró cerca de Manantiales. Compro unos aerosoles y voy de noche a pintarle: “chorro, devolvé la guita”. Mi hermana me dice que estoy loca, que voy a ir presa. Y este chico anota todo. Ya me veo mañana en los medios pintada como si fuera una criminal”.
Ellas tienen una fuerte preocupación por lo impositivo. El cronista encara a una mujer en los cincuenta, bombacha de campo, sweter azul sobre camisa clara, pañuelo morado al cuello.
-Me llamo Mechi. ¿Para qué querés el apellido? ¿Qué, sos de la AFIP?
-Para nada. Sólo pregunto. ¿Qué significa el campo para usted?
-El campo es mi vida. No sería nada sin mi campo. Y no es por exagerar. Sería otra persona sin el campo. Me críe ahí. El campo está en la familia hace años ya.
-¿Sabemos que los convoca, pero qué los motiva a venir?
-El atropello total de este gobierno para con la gente de trabajo, porque la gente de campo es gente de trabajo.
-¿Le gusta la carne?
-Claro que sí. ¿Qué hay más rico y más argentino que el asado? Es un privilegio que no se dan muchos países que son potencias mundiales. Nosotros fuimos benditos con este campo tan rico para nuestro país. Pero la Presidenta lo desaprovecha con caprichos y revanchismo.
Poco más allá, el dueño de las cejas más blancas y tupidas de la feria, Ernesto Barileti, dice que a sus 72 años va y viene de San Telmo en subte para protestar en Palermo. “Yo soy un conservador”, se define. Como muchos otros de los asistentes mayores pasó todos los veranos de su infancia y juventud en el campo. Como muchos otros lo perdió por esas cuestiones familiares insalvables, y como muchos otros lo añora, lo vive por su hijo ingeniero agrónomo que sigue trabajando en el campo, de otros, claro. Don Ernesto se explaya, se deja ir, y se envenena a medida que avanza en su discurso:
-El país es el campo. Las industrias son un desastre, no pueden competir con China ni con nadie. El país es el campo. La producción argentina es el campo. El campo ha desarrollado novedosas técnicas, buscalas y vas a ver que marcaron tendencia en el mundo y fueron desarrolladas por argentinos. El país es el campo. El resto es caca de foca.
Don Ernesto sabe de historia: conoce por libros, por familia, por tradición. Dice que fue Sarmiento socio honorario de la SRA, un tipo convencido de que los ganaderos nacionales tecnificarían la actividad, serían productores de punta. Por eso fue el que les entregó el predio con la primera concesión, y aconsejó a los gobiernos liberales que lo sucedieron a seguir otorgándoselos. Hasta que vino Carlos Menem y lo hizo: vendió a precio ridículo –14 hectáreas en Palermo a 30 millones de dólares—en cuotas que jamás se terminaron de pagar. Cuando el cronista intenta argumentar sobre el tema, Ernesto se saca.
-Querido, el país se respalda en el campo. ¡No me hagas amargar! Las políticas del gobierno son caca de foca. ¡Caca de foca! La yegua esta es una bruta del año cero. Una bruta resentida. No hay otra razón. Aplica políticas perimidas en el mundo entero. Este es un acto en apoyo a la tradición agraria argentina. Por eso estaban el Momo Venegas, De Angeli de Entre Ríos, que son los promotores de las políticas públicas que debería aplicar el gobierno para el sector. Y en cambio, hacen esto. Caca de foca.
-Querido, el país se respalda en el campo. ¡No me hagas amargar! Las políticas del gobierno son caca de foca. ¡Caca de foca!
De fondo, los paisanos se retiran con sus caballos, y la bosta de zaino y alazán deja sus huellas, evidentemente mejores que las de la foca, mamífero anfibio y austral, que de campo, nada.
LINIERS
Eduardo Herrera dejó el secundario en segundo, medio confundido, y se metió a trabajar a una carnicería de Merlo. Era rudo ese laburo, dice, y él tenía un sueño: entrar a un Coto. Lo hizo. La ilusión le duró dos años. Salió, y como su padre trabajaba para un consignatario lo hizo comenzar en Liniers como maestranza: limpiaba los corrales con una pala y un cepillo; sacaba, dice, unos 8 metros cúbicos de bosta diarios. Por suerte en Liniers se asciende con el tiempo, y hace nueve años que está en Recursos Humanos. En una oficina con banderín de Nueva Chicago, el club que tiene sede a pocas cuadras, con foto de la hinchada verdinegra, con imágenes de viejos reseros, recuerda sus aventuras: una vez un cebú lo persiguió por el corral y ni que lo esquivara en zigzag dejaba de darle topetazos, así que Herrera se metió de cabeza en un bebedero.
A Herrera la expropiación del predio de Palermo tampoco lo emociona. Sí, claro, ha ido, y le gustan los gauchos formados, prolijos, y los animales campeones. Lo que muestran los Saenz Valiente Bullrich lo ha impresionado: esos objetos de cuero, esas monturas que venden. Pero más allá de eso, cree que si el Gobierno dispone que tiene que volver al Estado, el traspaso debería hacerse rápido y prolijo. No le interesa o deja de interesar que cambie de manos. Prefiere que estaticen La Rural a que lo hagan con el Zoológico. Y si piensa en la relación entre esos dos terrenos, esos dos mundos, dice:
-No hay mucha relación entre La Rural y el Mercado de Liniers. Es como si fueran primos lejanos. Tienen algo que ver, pero no tienen nada en común desde hace mucho.
En la parrilla del Bocha la muchachada se afana en alimentarse. “Carne comemos todos los días” dice Toto, un gringo de camisa abierta, pelo del pecho entrecano, que viene a comprar ganado para un frigorífico del cual es socio en zona sur. “Yo lo que miro es la clase y la estructura del animal”, dice de cuando compra para distribuir. Heredero de este territorio, como casi todos los tipos a los que se entrevista, tuvo un campo en el que había trabajado su abuelo, en Alejandro Korn. Hasta que vio mejor negocio en asociarse con un frigorífico. “Como te decía, comemos carne todos los días” dice mientras desaparece un
sándwich de matambre.
-Yo después de comprar los animales, vengo y me como algo acá, con eso estoy listo. Qué me voy a andar haciendo mala sangre si andamos bien o andamos mal, si nos expropian o no nos expropian la rural.
Informe: Martín Ale y Federico Schirmer
sábado, 29 de diciembre de 2012
ARGENTINA, DICIEMBRE 2012: INTENTO DE GOLPE INSTITUCIONAL
Saqueos
Por Luis Bruschtein
El Gobierno estuvo dos días con el corazón en la boca pero finalmente los saqueos terminaron favoreciéndolo. Un final de año con suspenso. La remake de otros finales de año que se llevaron puestos a otros presidentes. Imágenes persistentes de un país sumergido, de necesidades insoportables y desbordadas. Pero nada era real, era nada más que una imitación y por eso no pudo expandirse como en esos otros finales de año explosivos y definitorios. Dos presidentes, Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, no sobrevivieron a esos escenarios. Y Cristina Kirchner hubiera seguido ese mismo camino si el país hubiera sido el mismo. Si faltaba algo para comprobar que las cosas han cambiado, la sobrevivencia del Gobierno sin demasiado sobresalto a esta embestida, que hasta ahora había sido imbatible, se suma como prueba de parte.
El país no es el mismo ni siquiera en el contexto de uno de los años más difíciles para la economía. Una cosa es segura, si hubiera habido otro gobierno con otra política, los saqueos se hubieran extendido, la clase media empobrecida se hubiera sumado con los desocupados a la cabeza y de la mano de los jóvenes sin destino. Fue lo que pasó en los saqueos anteriores, organizados por punteros, que funcionaron como disparadores en un contexto inflamable.
Hay muchos problemas económicos, sociales, laborales y demás sin resolver, pero la instancia de la violencia y el saqueo es la última, la que se dispara en una situación sin salida, una que genera hambre y no da de comer. El saqueo no es una característica del pobre, sino del desesperado en todos los niveles. Ser pobre no es sinónimo de saqueador, por eso los pobres no se sumaron a los saqueos. Por esa misma razón, la violencia quedó muy focalizada en siete u ocho puntos en todo el país, en cada uno de los cuales participaron entre trescientas y cuatrocientas personas. En los hechos que se produjeron en esas siete u ocho localidades en todo el país habrán participado en total unas tres mil personas. El intento de generar una insurrección violenta fracasó estrepitosamente. Todo lo que se hizo fue organizado.
El fracaso de los organizadores fue justamente que no lograron que se sumaran hechos espontáneos a los que debían funcionar como disparadores. Y ese fracaso se convirtió en el mayor triunfo del gobierno. El pobre que tiene trabajo se quedó en su casa y el que tiene la asignación también. El enojado de clase media se alegró con los saqueos pero no salió a la calle como en el 2001. Lo pensó dos veces y se dio cuenta de que no le convenía, de que le va bien. El fracaso de los saqueos puso en evidencia un país con problemas pero contenido, muy lejos de los escenarios caóticos de la hiperinflación de 1988 y el corralito de 2001. Pero trajeron a la memoria aquellos momentos y a sus responsables, muchos de los cuales hoy se hacen los distraídos.
El país no es un paraíso, bajaron mucho la pobreza, la indigencia y la desocupación en relación con 2003, pero son problemas que todavía subsisten y que golpean siempre sobre los sectores más vulnerables. Que no son los caceroleros, ni las patronales rurales, ni los que tienen que pagar Impuesto a las Ganancias. Los problemas están en los miles de trabajadores en negro o con trabajo chatarra que no son incluidos en las protestas de Pablo Micheli y Hugo Moyano. Aun así, esos trabajadores pobres prefirieron su trabajo chatarra al saqueo. Ellos van a luchar por mejorar sus condiciones laborales en vez de saquear un shopping.
Todos los indicios apuntan a sectores de la derecha del PJ, punteros de las distintas variantes del peronismo disidente cuyas bases territoriales muchas veces se mezclan con expresiones gremiales opositoras, en líneas clientelares que se superponen. En ese desorden hay una sintonía que funciona como orquesta en los desmanes. Hay dinero que se ofrece, promesas de que se va a liberar un supermercado, maleantes que son atraídos por la idea del delito fácil y algunos que de buena fe acuden a la posibilidad de mejorar la mesa de las fiestas.
Los corresponsales extranjeros, ideológicamente hostiles en general a los gobiernos populares latinoamericanos, se apresuraron a magnificar los desórdenes y a equipararlos con los de finales de 2001. Anunciaron y festejaron el supuesto derrumbe del país. Se enfocaron principalmente en los planes sociales, a los que en algunos casos definen como mentiras del oficialismo y en otros como medidas populistas que no resuelven los problemas de los pobres.
La evaluación errónea de este pequeño sector del peronismo que incitó y organizó los desmanes terminó por fortalecer lo que quería debilitar. Fue traicionado por una especie de sentimiento triunfalista que en general suele atacar en forma cíclica a la oposición. Se habla de encuestas desfavorables para el oficialismo, de una situación similar a la de 2009 y se festejan por anticipado derrotas que después no se producen. Nunca se sabe si un opositor habla en serio cuando subestima lo que se hizo en estos diez años y describe cuadros apocalípticos, o si lo hace para enfatizar su lugar de opositor. Si cree en lo que dice, seguramente va a derrapar. Este Gobierno ha logrado una empatía con los sectores más humildes que no tenía en 2009. Esa empatía no es militancia, ni siquiera es voto asegurado. Es nada más y nada menos que colocarse en el lugar que estos sectores humildes sienten como más próximo a ellos en política. Esto quiere decir que con poco esfuerzo el oficialismo mantiene un piso que está muy por encima del piso de cualquiera de sus contendientes dentro del peronismo y fuera de él. Y es un piso superior aún al piso histórico del peronismo, que rondó por encima del 30 por ciento.
El 2012 ha sido un año difícil, pero 2013 se anuncia alentador. El Gobierno pudo sortear este año sin tantas bajas sobre la base de un hiperactivismo en el plano de la economía y en el de la política. No es un protagonista que baja los brazos y se deja ganar fácilmente. En cambio, la oposición se mantiene en un punto de ambigüedad. Por un lado actúa como si pensara que el kirchnerismo ya no tiene ningún apoyo, pero por el otro lado no oculta su preocupación ante cualquier posibilidad de re reelección de Cristina Kirchner. Y tanto rechazo quiere decir que piensan que ella es imbatible. Mientras la oposición no achique diferencias, si la Presidenta es imbatible, a cualquier candidato que ponga estará en condiciones de ganarle, aunque la diferencia no sea tan grande.
Ninguna fuerza es imbatible, pero es una equivocación subestimar el impacto que han tenido las políticas sociales, porque allí se ha producido un cambio. Y en ese sentido, ha sido muy útil la experiencia que dejaron los saqueos. En las zonas suburbanas de mayor concentración popular –en el sur y en La Matanza, por ejemplo– prácticamente no se movió nada durante los saqueos. En cambio éstos se produjeron en localidades como Bariloche o San Fernando, en Rosario, Campana y Zárate. Campana es el lugar del país con menos desocupación. Allí se montó un saqueo con grupos de barrabravas que no lograron convertirlo en masivo. En Bariloche y Gobernador Gálvez, se montaron sobre situaciones sociales graves. En el primer caso, por el desempleo originado en la caída del turismo por la ceniza del volcán Copahue, de la que recién ahora se está recuperando, así como por la lentitud del nuevo intendente en dar respuestas. En la localidad santafesina, por las inundaciones recientes que sufrió esa localidad y la misma lentitud del gobierno local para actuar.
El fracaso de los saqueos tiende a expresar que la situación tiene muy pocos puntos de contacto con la de 2001 y que para regresar a un cuadro parecido habría que desmontar varios de los avances que se han producido y a los que la sociedad ya considera como derechos adquiridos.
INFLACIÒN Y CRECIMIENTO
Inflación
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-210833-2012-12-29.html
Por Alfredo Zaiat
La inflación se ha convertido en uno de los temas centrales de la economía argentina. Es uno de los principales problemas, pero no el único. El crecimiento con equidad social, la generación de empleo y el perfil productivo son también aspectos importantes del debate económico. Al incluir estos objetivos, el análisis es más interesante y aleja las soluciones simplistas de la ortodoxia. La inflación no es un asunto en sí mismo, como ha instalado el saber económico convencional. Lo relevante es determinar qué impacto tiene el aumento de precios en la expansión de la producción de bienes y servicios, en el mercado laboral y en la distribución del ingreso. Es una cuestión sensible debido a la larga historia de inestabilidad de la economía argentina. Por ese motivo es importante precisar el diagnóstico y las medidas para disminuir la tasa de variación de precios. Sería más enriquecedor porque se analizaría lo que hace o no hace el gobierno con la inflación, las propuestas de los economistas del establishment para bajarla y cuáles fueron los resultados sociolaborales cuando se aplicaron sus recetas. El relato diario es insistente con dos ideas de la ortodoxia: la inflación tiene su origen en la elevada emisión monetaria y en el aumento del gasto público. Ambas se complementan con que el Gobierno niega la inflación y no habla del tema.
Es tan persistente ese discurso que hasta sectores de la heterodoxia lo repiten. Más sencillo sería hacer el esfuerzo de leer “Programación 2013 Banco Central de la República Argentina. Objetivos y planes para el desarrollo de la política monetaria, financiera, crediticia y cambiaria”. Luego de esa tarea, el análisis pasa a ser más amplio que la reiteración de slogans políticos revestidos en afirmaciones técnicas supuestamente neutrales de quienes ya mostraron el rostro del fracaso.
El informe del Banco Central ofrece la posición oficial a respuestas de varias preguntas sobre la marcha de los precios.
- ¿El Gobierno está preocupado por la evolución de la inflación?
–Sí, y lo expresa del siguiente modo: “La inclusión del desarrollo económico como objetivo de la política del BCRA no hace más que explicitar la centralidad de esta problemática para una economía como la argentina, que debe profundizar las políticas que permitan el desarrollo de un entramado productivo más denso y diversificado, y hagan posible superar los cuellos de botella sectoriales que presionan sobre el nivel de precios.
- ¿La emisión monetaria es la causa de las actuales subas de precios?
–No, y lo explica: “La estabilidad monetaria no se concibe en forma aislada, y como un objetivo puntual de inflación, sino que se entiende en un sentido más amplio y articulado con la posibilidad de que la economía pueda seguir creciendo e incorporando valor agregado”.
- ¿Cuál es la evaluación del Banco Central sobre ese postulado básico de la ortodoxia?
–Lo cuestiona en su base teórica y lo fundamenta: “En su diagnóstico, el BCRA parte de una concepción teórica en la cual el dinero es endógeno. Así, la expansión de la cantidad de dinero adecuada y compatible con la estabilidad monetaria es aquella que resulta coherente con la política cambiaria de flotación administrada, con el aumento del crédito al sector privado –en especial aquel destinado al financiamiento de la actividad productiva– y también con la posibilidad establecida por ley que tiene el BCRA para financiar al Tesoro”.
- ¿Esto significa emisión de dinero sin control?
–No, y lo precisa: “Para garantizar que la cantidad de dinero sea la adecuada para la consecución de estos objetivos intermedios (cambiarios, de crédito y de asistencia al Tesoro), el BCRA llevará a cabo una política de esterilización con los instrumentos de regulación monetaria disponibles (Lebac y Nobac, operaciones de pases, encajes y otros)”.
- ¿El Banco Central tiene como uno de sus objetivos la estabilidad monetaria?
–Sí, pero no en forma excluyente de otros objetivos. En el informe “Programación 2013” detalla que “la estabilidad monetaria continúa siendo parte del mandato (de la Carta Orgánica del BCRA), aunque en la nueva redacción se reconoce que la misma es producto de las condiciones macroeconómicas y no puede ser entendida en forma aislada de lo que sucede con otras variables de la economía”.
- ¿Qué implica estabilidad monetaria?
–Está explicada de esta manera: “Se entiende en concurrencia con los restantes objetivos del mandato, es decir, no debe implicar que su consecución dañe el empleo, las posibilidades de desarrollo con equidad o la estabilidad financiera. La estabilidad monetaria no se concibe en forma aislada, y como un objetivo puntual de inflación, sino que se entiende en un sentido más amplio y articulado con la posibilidad de que la economía pueda seguir creciendo e incorporando valor agregado”.
- ¿Por qué no frena la emisión de dinero, sube la tasa de interés o atrasa el tipo de cambio en términos nominales como ancla inflacionaria?
–Esta es la propuesta de la ortodoxia que el Gobierno rechaza y explica las razones: “La combinación de apreciación cambiaria nominal y tasas de interés excesivamente altas constituyen una estrategia equivocada que reduce el crecimiento total, disminuye la inversión (reduciendo el crecimiento potencial) y distorsiona la composición del Producto (afectando la producción de bienes transables, factor fundamental para eludir la restricción externa). A su vez, al impactar negativamente sobre las capacidades nacionales de producción, las recetas convencionales restan espacio para la recuperación de la participación del salario en el ingreso, promueven la sustitución de trabajo nacional por trabajo importado y deterioran las economías regionales menos competitivas”.
- ¿Cuáles son entonces las causas de la inflación en Argentina según el Banco Central?
–En el informe precisa cinco fuentes de base inflacionaria:
1 La presencia de desequilibrios en la estructura productiva.
2 Los “cuellos de botella” en determinados sectores.
3 La puja distributiva.
4 La formación oligopólica de precios.
5 Los shocks exógenos de los precios internacionales.
- ¿Cuál es la propuesta antiinflacionaria?
–La definición es terminante: “No existe otro camino que el desarrollo productivo con inclusión social. En un contexto en el cual las presiones inflacionarias son mayoritariamente causadas por la concurrencia de los factores previamente mencionados y no por los excesos de demanda, las soluciones ortodoxas resultan insatisfactorias”.
- ¿Qué índices de precios analiza el Banco Central para hablar de inflación?
–En el documento presenta dos gráficos. El primero tiene cuatro curvas: una recorre el índice de precios nivel general (IPC-Indec) y otras tres, la de los precios regulados (tarifas de servicios públicos), los estacionales y los reunidos en la categoría “el resto”. El primer índice es el de la polémica. Los otros ofrecen otra perspectiva, con verosímil volatilidad: la evolución de los regulados refleja un sendero ascendente a partir del tenue descongelamiento de las tarifas, y el estacional verifica aumentos desde 2009 del 15 al 22 por ciento en los registros mensuales interanuales. El segundo gráfico muestra la evolución del índice de precios mayoristas (del 10 al 16 por ciento) y el de precios implícitos del PIB (cociente entre el Producto Interno Bruto a precios corrientes y el PIB a precios del año base), con muchísima más volatilidad en un rango del 10 al 20 por ciento, en ese período medido al cuarto trimestre de cada año.
- ¿Cuál es la estimación de lo que puede pasar con los precios en 2013?
–Las previsiones del Banco Central son que “en un escenario que supone que las cotizaciones internacionales de las materias primas se mantengan en los actuales niveles elevados y dado que los cambios en la estructura productiva son necesariamente graduales, se proyecta una trayectoria para los precios internos similar a la observada durante el corriente año”.
La postura del Banco Central enriquece la discusión sobre la inflación. Es material para el debate. Se puede estar de acuerdo en todo, en parte o en nada. En un tema sensible dominado por repetidos lugares comunes, es un desafío a la ortodoxia porque ya no podrá argumentar que no existe un análisis oficial, o que el gobierno no habla ni se ocupa de la inflación. Además, lo más importante del informe es que deja en evidencia lo poco que se ha transitado y lo mucho que falta para modificar cuestiones estructurales de la inflación en la economía argentina. En base a los resultados conocidos en décadas pasadas, se trata de un objetivo que no se alcanzará con las propuestas de ajuste de quienes precisamente más hablan sobre los aumentos de precios.
LA RURAL Y LA CÁMARA EN LO CLARÍN Y COMERCIAL
LA JUSTICIA RECHAZO EL PEDIDO DE LOS RURALISTAS DE SUSPENDER EL DECRETO QUE LES QUITA EL PREDIO DE PALERMO
A La Rural le falló el primer vizcachazo
La Sociedad Rural presentó una cautelar para frenar la transferencia del terreno de Palermo al Estado. Sin embargo, la jueza de primera instancia la declaró improcedente. La entidad agropecuaria apeló ante la misma Cámara que debe resolver sobre la ley de medios.
Por Sebastián Premici
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-210832-2012-12-29.html
Silvina Bracamonte rechazó ayer un pedido de la Sociedad Rural Argentina (SRA) para frenar mediante una medida cautelar la recuperación del predio ferial de Palermo por parte del Estado. Esta es la segunda victoria judicial del Gobierno en este tema (la primera fue el resultado de la investigación realizada por el juez Sergio Torres) que promete tener otros capítulos. La entidad patronal movió rápido sus fichas y apeló la decisión de Bracamonte. Ahora será la Sala II de la Cámara Civil y Comercial la que deberá definir el tema, probablemente durante la feria judicial. Un dato a tener en cuenta: el presidente de la Sala II es Ricardo Guarinoni, quien forma parte también del tribunal que tiene que resolver la constitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA), luego del fallo de primera instancia. Guarinoni fue recusado por el Gobierno por haber viajado a Miami a un evento de telecomunicaciones auspiciado por el Grupo Clarín.
Según fuentes judiciales, Bracamonte rechazó el pedido de la Sociedad Rural por considerarlo “improcedente hasta tanto no se resuelva la denuncia de fondo”. La semana pasada, el Gobierno declaró nula la entrega de las 12 hectáreas del Predio Ferial de Palermo –conocido como La Rural– realizada por el ex presidente Carlos Menem y el ministro Domingo Cavallo en 1991. Según los fundamentos del decreto 2552/12, dicho inmueble “fue sustraído del patrimonio del Estado nacional mediante la maniobra de asignarle un menor valor”.
En aquel momento, los bancos Ciudad e Hipotecario, junto a un grupo de inmobiliarias, tasaron el terreno en 30 millones de dólares. Pero en una investigación posterior, el Tribunal de Tasaciones de la Nación determinó que su valor real era de 60 millones. Según la resolución del Gobierno, la Sociedad Rural tiene hasta el 30 de enero para desalojar el predio. Además, el Estado nacional dio a entender en sus fundamentos que la entidad deberá pagar lo adeudado. Esa cifra ascendería a 157 millones de pesos.
La Sociedad Rural, actualmente conducida por Luis Etchevehere, buscó poner un freno a la medida oficial, pero obtuvo un revés en primera instancia. No bien se enteró de la decisión de Bracamonte, apeló ante la Cámara. Como ayer fue el último día hábil del año, la entidad solicitó la habilitación de la feria, para que la Sala II se expida en los próximos días. En este sentido, será la jueza de primera instancia la que deberá definir si la cautelar planteada por la Sociedad Rural amerita el tratamiento durante la feria. Dicha Sala se conforma con los distintos jueces que forman parte del mismo fuero.
Los jueces de la Sala II de la Cámara Civil y Comercial tienen un fuerte vínculo con los jueces de la Sala que prorrogó la medida cautelar de Clarín en contra de la ley de SCA. La mirada está puesta en el juez Ricardo Guarinoni, quien tiene intervención en ambas salas y fue recusado por el Gobierno.
Incluso, la Sala II es la misma que unificó dos causas del Grupo Clarín, una iniciada por la empresa Supercanal y una mucho más antigua vinculada con la fusión de Multicanal y Cablevisión. Esta decisión fue firmada por Guarinoni y Santiago Kiernan, un juez jubilado que renunció a su cargo luego de que se conociera su viaje a Miami para participar del congreso de telecomunicaciones vinculado con el Grupo Clarín. Incluso existe un dictamen de la jefa de los fiscales, Alejandra Gils Carbó, quien determinó que existieron “irregularidades” en la unificación de ambas causas con la intención de favorecer al Grupo Clarín.
La Sociedad Rural acusó al Gobierno de cometer un “acto de revancha” por la Resolución 125. Sin embargo, los cuestionamientos sobre cómo la entidad patronal se hizo del predio de Palermo datan de muchos años atrás. Luego de una investigación en la que intervino la Procuración del Tesoro de la Nación, la Sigen y el Tribunal de Tasaciones, el juez federal Sergio Torres procesó en 2010 por el delito de “peculado” al ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, y al ex presidente de la Sociedad Rural, Eduardo de Zavalía. El ex presidente Carlos Menem fue beneficiado por una resolución de prescripción dictada por la Cámara Federal de Casación Penal, pero fue apelada y la causa penal –diferente de la patrimonial abierta por la Rural– se encuentra en la Corte Suprema con dictamen de la Procuración favorable a la reapertura de dicha causa.
jueves, 27 de diciembre de 2012
COMPAÑERO ANARQUISTA ALBERTO "POCHO" MECHOSO
Secuestrado en Buenos Aires en 1976
Fueron identificados los restos del uruguayo Alberto Mechoso, “fundido” en cemento con Marcelo Gelman
La Secretaria para los Derechos Humanos de la Presidencia de la República comunica que los restos óseos hallados oportunamente en Buenos Aires pertenecen al ciudadano uruguayo Alberto Cecilio Mechoso Méndez, detenido en la República Argentina el 26 de setiembre de 1976.
Jueves 24 de mayo de 2012 | 02:28
La Secretaría para los Derechos Humanos de la Presidencia de la República informó que a partir de las muestras genéticas proporcionadas por esta Secretaría al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), éste comunicó en el día de la fecha la identificación – mediante exámenes de ADN – de restos óseos hallados oportunamente en la ciudad de Buenos Aires, como pertenecientes al ciudadano uruguayo Alberto Cecilio Mechoso Méndez, detenido en la República Argentina el 26 de setiembre de 1976 y que permaneciera desaparecido desde entonces.
Alberto Mechoso Mendez era nacido en el Departamento de Flores el 1° de noviembre de 1936 y era militante de la Federación Anarquista Uruguaya y luego de la Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales y en Argentina, del Partido por la Victoria del Pueblo. Fue asimismo militante gremial en la Federación de Obreros de la Industria de la Carne y de la Convención Nacional de los Trabajadores.
La Secretaría para los Derechos Humanos de Presidencia de la República, en la que se desempeñan en distintas áreas 35 personas, y que mantiene contacto permanente con organismos similares de todos los países de la región, tiene entre sus cometidos prioritarios completar el Banco de muestras genéticas de familiares de detenidos desaparecidos, en el que se trabaja actualmente y que permitió en esta oportunidad la identificación de referencia, habiéndose alcanzado a cubrir el 80% del universo de los casos denunciados.
Una historia terrible
Alberto Mechoso y Adalberto Soba. Posteriormente secuestran a los integrantes de sus familias. Efectivos miitares uruguayos y argentinos allanaron su domicilio donde se encontraba el resto del núcleo familiar. Con picos y macetas, destrozaron todo, reunieron el dinero que había y se lo llevaron.
La familia de Mechoso estaba integrada por Beatriz Inés Castellonese Techera, y sus dos hijos Alberto José Mechoso Castellonese y Beatriz Elizabeth Mechoso Castellonese, de 6 y 8 años respectivamente.
Concluido el operativo dejaron dos guardias en la casa y llevaron a la esposa de Alberto Mechoso y a sus dos hijos, a una casa. “Luego de hacer un viaje de aproximadamente 40 minutos, llegamos a un lugar, era una casa particular. Mi esposo reconoció el lugar donde nos mantenían a mis hijos y a mí, como el domicilio de Mauricio Gatti y Sara Méndez, donde había estado él más de una vez. Mi esposo me dijo que el oficial que lo acompañaba, que estaba en la habitación con nosotros, era el Mayor Gavazzo del ejército uruguayo”.
El día 27 de setiembre por la mañana Beatriz Castellonese recibe la información de que ella y sus hijos iban a ser llevado para Uruguay. “El día lunes 27, de mañana, me dijeron que me iban a llevar para Uruguay; (…)cerca de las cuatro de la tarde nos dicen que vamos a tener una visita, y aparece mi marido. Me dice que la persona que lo detuvo fue el mayor Gavazzo, que fue el que realizó el procedimiento en mi casa”.
Una hora más tarde se llevaron a Alberto Mechoso y poco después son sacados el resto de los secuestrados de la casa y llevados hasta Aeroparque, para abordar un avión de pasajeros de línea comercial con destino a Montevideo. Gavazzo, simuló ser el esposo de Beatriz Castellonese y padre de los dos menores.
A la llegada al aeropuerto de Carrasco, en Montevideo, las familias Soba y Mechoso y sus custodias eran esperados por cuatro o cinco coches con hombres de particular armados. Las dos mujeres y los cinco menores son conducidos a un local clandestino de detención, conocido como Cárcel de “Punta Gorda”, donde se les informa que estarían allí hasta que terminaran los procedimientos que continuaban realizando en Buenos Aires.
El 5 de octubre Beatriz Castellonese es puesta en libertad, siendo conducida en un vehículo policial, hasta la casa de sus familiares en Montevideo.
El 14 de octubre en Argentina, Marcelo Gelman, hijo de Juan y padre de Macarena, es asesinado y su cuerpo, metido en un tanque con cemento, es arrojado a las aguas del canal de San Fernando, junto a otras siete personas, entre ellos Alberto Mechoso, cuyos restos se acaban de identificar. (Datos basados en texto de Raúl Olivera, dirigente del PVP)
Carta de Alberto “Pocho” Mechoso Méndez
Escrita escrita durante su estadía en el 5to. de Artillería, cuartel ubicado el costado del Cementerio Norte, del cual se fuga.
Compañeros:
Desde el 6 de agosto hasta ahora, me parece que he aprendido más, mucho más de lo que me enseñaron los 6 años que pasé en Punta Carretas, me parece que he aprendido mucho más que en los 35 años que llevo de vida. Por un lado está la experiencia de adentro del Cuartel, el enfrentamiento a los verdugos, la mano solidaria de los compañeros. Por el otro lo que pasó después, afuera. La noche siguiente a la fuga me vi. en la televisión.
Me requerían por ‘sabérsele vinculado a…’ y en ningún lado una sola línea de lo que realmente había pasado. Después leí nuevas listas de requeridos. Una de ellas la encabezaba mi compañera. Me enteré que la casa donde vivía con mi madre, con mi compañera y mis hijos, estaba sellada, custodiada por las Fuerzas Conjuntas. Me enteré que un militar con varios galones, dijo que esa casa sólo iba a ser devuelta si yo me entregaba.
Y todo esto que uno vive tan intensamente, lo están viviendo de un modo u otro, centenares de miles de orientales. Son muchos los chiquilines separados de sus padres, porque están presos o porque tienen que irse a otros lados a buscar el trabajo que aquí no encuentran. Son muchas las madres que no ven a sus hijos, porque están perseguidas o porque trabajan de sol a sol para ayudar a parar la olla. Son muchas las mujeres que al final de una vida de trabajo no tienen un techo donde guarecerse, porque no pueden pagar con jubilaciones miserables, o porque la mente podrida de los verdugos venga en ellos la rebeldía de los hijos que con inmenso cariño ellas supieron criar.
Y ante todo esto, ¿qué otro camino nos queda? Ante todo esto, ¿de qué manera vale la pena vivir la vida?
Hay un solo camino, hay una sola manera de vivir, sin vergüenza: peleando. Ayudando a que la rebeldía se extienda por todos lados, ayudando a que se junten el perseguido y el hombre sin trabajo, ayudando a que el ‘sedicioso’ y el obrero explotado se reconozcan como compañeros, aprendan luchando, que tienen por delante un mismo enemigo. Por todo eso, compañeros, quiero que me hagan un lugar… por todo eso no voy a tardar en volver. Libertad o Muerte.
“Pocho”.
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