La silenciosa pelea entre Bergoglio y el Grupo Clarín en torno a la Ley de Medios
Desde 2005 el Arzobispado posee una señal de TV que Cablevisión relega en su grilla porque la considera anticomercial.
http://tiempo.infonews.com/2012/12/07/argentina-92328-la-silenciosa-pelea-entre-bergoglio-y-el-grupo-clarin-en-torno-a-la-ley-de-medios.php
Aunque no haya trascendido, la Ley de Medios encontró al Grupo Clarín y al cardenal Jorge Bergoglio en veredas separadas. Mientras el holding de Ernestina Herrera de Noble y Héctor Magnetto la vio desde el comienzo como una amenaza directa a su posición dominante, el líder de la Iglesia Católica que más llegó a disgustar a Néstor Kirchner la entendió, en cambio, como una oportunidad.
Desde la sanción de la Ley 26.522 y hasta que Bergoglio fue presidente del Episcopado, a fines de 2011, la Curia se integró a las audiencias públicas para discutir la norma a través del obispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, titular de la Comisión de Comunicación Social de la Iglesia debido a la gran cantidad de licencias que tiene en todo el país. En paralelo, el arzobispado de Buenos Aires –que Bergoglio aún conduce– se propuso poner en marcha lo que, puertas adentro, se conoce como el principal proyecto comunicacional de la Iglesia: el canal 21, el canal del cardenal.
Se trata de una señal de televisión abierta que pertenece al arzobispado porteño y cuenta con una autorización que le concedió el ex COMFER en 2005, durante la gestión de Julio Bárbaro, y en el inicio del primer período de Bergoglio al frente del Episcopado.
Desde entonces, la esgrima silenciosa entre Clarín y el jesuita no hizo más que profundizar las diferencias. En el canal se quejan porque, con el argumento de que es anticomercial, Cablevisión no lo sube a la grilla pese a que se trata de un canal de TV abierta. El 21 se puede ver de 8 a 16 en el canal 78 de Cablevisión, lo que equivale para Bergoglio a una especie de confinamiento que no le permite llegar a donde quisiera. La señal tiene un alcance de 25 kilómetros de área primaria pero se ve las 24 horas en más de 300 localidades de todo el país vía satélite.
Las fuentes consultadas afirman que Magnetto y Bergoglio nunca llegaron a hablar personalmente del tema. Sin embargo, la historia de idas y venidas lleva sus años. En 2006, una comitiva encabezada por el director ejecutivo de la señal católica, Julio Rimoldi, se entrevistó con José Antonio Aranda. El vicepresidente del Grupo se mostró dispuesto a acceder al pedido de la Iglesia y derivó las tratativas al gerente de programación de Cablevisión, Antonio Álvarez, que hizo de policía malo y fue más intransigente que su jefe. Un tiempo después, un segundo intento con los mismos protagonistas terminó en idéntico resultado. Primero que sí, después que no.
Sin el protagonismo de otro tiempo pero sin dejar de influir en la política del Episcopado, Bergoglio afirma entre los suyos que el canal es una de sus prioridades y que pretende dejar la señal funcionando a manera de legado para cuando deba abandonar el arzobispado. El año pasado, cuando cumplió 75 años presentó su renuncia, como lo exige el derecho canónico, pero Benedicto XVI aún no se la aceptó. Otros sostienen que, en realidad, sería una herramienta extraordinaria para amplificar el trabajo político del cardenal en la ciudad de Buenos Aires. "El canal existe gracias al cardenal", dice Rimoldi. Sin embargo, el ex presidente del Episcopado nunca quiso hacer público su reclamo contra Cablevisión, quizás para no hacerle un favor al kirchnerismo o quizás para no enemistarse con un aliado estratégico como Clarín.
Paradojas del 7D, Bergoglio, que se para en las antípodas del kirchnerismo en muchos temas, acompaña en este caso en silencio. "En este tema, la relación es muy buena", admiten. Y Canal 21 tiene todo listo para transmitir. Los estudios están en la calle Rivadavia en el décimo piso del edifico del arzobispado, en Rivadavia 413, a metros de la Catedral, y la planta transmisora en el seminario de Villa Devoto.
Mientras esperan una resolución favorable, el arzobispado porteño avanza con la digitalización. En 2010, el arzobispado mandó a Japón junto con veinte ingenieros argentinos y funcionarios del gobierno nacional al ingeniero Martín Tuozzo, responsable técnico del canal, para que se interiorice sobre la norma japonesa ISDB-T que adoptó Argentina para la televisión digital. A su regreso, Tuozzo puso en marcha la digitalización de la señal.
Hoy están haciendo pruebas en televisión digital y en 2013 quieren empezar a transmitir en HD Full. Pensaron en presentar un recurso de amparo por discriminación –religiosa y comercial–, como lo hizo la señal infantil Paka Paka, pero finalmente lo descartaron. Cuando termine el año, de acuerdo a cómo se dé el escenario en cuanto a la aplicación de la Ley de Medios, volverían a evaluarlo. "Se nos van cerrando los caminos", dice Rimoldi, el director del canal, que es uno de los más fastidiados con el asunto y asegura contar con todo el respaldo del cardenal. "Es mentira que cumplen con ley. Ninguno lo hace", dice Rimoldi. El artículo 65 de la Ley 26.522 obliga a los cableoperadores a incluir en la grilla a los canales de televisión abierta en su zona de influencia. Y asegura que desde la AFSCA, que ahora conduce Martín Sabbatella, los ayudaron muchísimo en todas las gestiones. «
Desde la sanción de la Ley 26.522 y hasta que Bergoglio fue presidente del Episcopado, a fines de 2011, la Curia se integró a las audiencias públicas para discutir la norma a través del obispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, titular de la Comisión de Comunicación Social de la Iglesia debido a la gran cantidad de licencias que tiene en todo el país. En paralelo, el arzobispado de Buenos Aires –que Bergoglio aún conduce– se propuso poner en marcha lo que, puertas adentro, se conoce como el principal proyecto comunicacional de la Iglesia: el canal 21, el canal del cardenal.
Se trata de una señal de televisión abierta que pertenece al arzobispado porteño y cuenta con una autorización que le concedió el ex COMFER en 2005, durante la gestión de Julio Bárbaro, y en el inicio del primer período de Bergoglio al frente del Episcopado.
Desde entonces, la esgrima silenciosa entre Clarín y el jesuita no hizo más que profundizar las diferencias. En el canal se quejan porque, con el argumento de que es anticomercial, Cablevisión no lo sube a la grilla pese a que se trata de un canal de TV abierta. El 21 se puede ver de 8 a 16 en el canal 78 de Cablevisión, lo que equivale para Bergoglio a una especie de confinamiento que no le permite llegar a donde quisiera. La señal tiene un alcance de 25 kilómetros de área primaria pero se ve las 24 horas en más de 300 localidades de todo el país vía satélite.
Las fuentes consultadas afirman que Magnetto y Bergoglio nunca llegaron a hablar personalmente del tema. Sin embargo, la historia de idas y venidas lleva sus años. En 2006, una comitiva encabezada por el director ejecutivo de la señal católica, Julio Rimoldi, se entrevistó con José Antonio Aranda. El vicepresidente del Grupo se mostró dispuesto a acceder al pedido de la Iglesia y derivó las tratativas al gerente de programación de Cablevisión, Antonio Álvarez, que hizo de policía malo y fue más intransigente que su jefe. Un tiempo después, un segundo intento con los mismos protagonistas terminó en idéntico resultado. Primero que sí, después que no.
Sin el protagonismo de otro tiempo pero sin dejar de influir en la política del Episcopado, Bergoglio afirma entre los suyos que el canal es una de sus prioridades y que pretende dejar la señal funcionando a manera de legado para cuando deba abandonar el arzobispado. El año pasado, cuando cumplió 75 años presentó su renuncia, como lo exige el derecho canónico, pero Benedicto XVI aún no se la aceptó. Otros sostienen que, en realidad, sería una herramienta extraordinaria para amplificar el trabajo político del cardenal en la ciudad de Buenos Aires. "El canal existe gracias al cardenal", dice Rimoldi. Sin embargo, el ex presidente del Episcopado nunca quiso hacer público su reclamo contra Cablevisión, quizás para no hacerle un favor al kirchnerismo o quizás para no enemistarse con un aliado estratégico como Clarín.
Paradojas del 7D, Bergoglio, que se para en las antípodas del kirchnerismo en muchos temas, acompaña en este caso en silencio. "En este tema, la relación es muy buena", admiten. Y Canal 21 tiene todo listo para transmitir. Los estudios están en la calle Rivadavia en el décimo piso del edifico del arzobispado, en Rivadavia 413, a metros de la Catedral, y la planta transmisora en el seminario de Villa Devoto.
Mientras esperan una resolución favorable, el arzobispado porteño avanza con la digitalización. En 2010, el arzobispado mandó a Japón junto con veinte ingenieros argentinos y funcionarios del gobierno nacional al ingeniero Martín Tuozzo, responsable técnico del canal, para que se interiorice sobre la norma japonesa ISDB-T que adoptó Argentina para la televisión digital. A su regreso, Tuozzo puso en marcha la digitalización de la señal.
Hoy están haciendo pruebas en televisión digital y en 2013 quieren empezar a transmitir en HD Full. Pensaron en presentar un recurso de amparo por discriminación –religiosa y comercial–, como lo hizo la señal infantil Paka Paka, pero finalmente lo descartaron. Cuando termine el año, de acuerdo a cómo se dé el escenario en cuanto a la aplicación de la Ley de Medios, volverían a evaluarlo. "Se nos van cerrando los caminos", dice Rimoldi, el director del canal, que es uno de los más fastidiados con el asunto y asegura contar con todo el respaldo del cardenal. "Es mentira que cumplen con ley. Ninguno lo hace", dice Rimoldi. El artículo 65 de la Ley 26.522 obliga a los cableoperadores a incluir en la grilla a los canales de televisión abierta en su zona de influencia. Y asegura que desde la AFSCA, que ahora conduce Martín Sabbatella, los ayudaron muchísimo en todas las gestiones. «
un retiro con una cargada agenda
El cardenal Jorge Bergoglio parece estar en retirada pero no descansa. Desde que abandonó la presidencia de la Conferencia Episcopal –y mientras espera que el sumo pontífice, el papa Benedicto XVI elija a su remplazante en el arzobispado porteño–, el cardenal redobló su tarea pastoral y afianzó su trabajo político.
En 2012, mantuvo la labor en común con la organización La Alameda, de Gustavo Vera, y con el Movimiento de Trabajadores Excluidos, que lidera Juan Grabois. Además, tuvo varios disgustos con la discusión sobre el aborto no punible en especial con el macrismo, una fuerza con la que no logra entenderse del todo, sobre todo con su líder, el jefe de gobierno porteño. Quienes conocen a Jorge Bergoglio sostienen que considera que no puede haber dos liderazgos en el mismo territorio.
Sin embargo, entre lo más novedoso estuvo el acercamiento que el cardenal tuvo con el jefe de la Confederación General del Trabajo (CGT) Azopardo, Hugo Moyano. Fue el líder de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), Gerónimo "Momo" Venegas, el que los reunió al menos en dos oportunidades, según confirmaron fuentes eclesiásticas y sindicales. Venegas es amigo de Bergoglio desde hace tiempo y suele afirmar que el cardenal es "un político sin decirlo". Los dos se reivindican peronistas de la ortodoxia. No fue la fe lo que unió al jesuita y a Moyano, que es evangelista, sino la división en el sindicalismo cegetista. Lo visitaron en la catedral, en julio pasado. El primer encuentro fue una semana antes de que Moyano fuera reelecto al frente de la CGT y el segundo fue una semana después. Volvieron a converger con motivo de la misa en homenaje al ex secretario general de la CGT José Ignacio Rucci que se realizó en setiembre en la Catedral porteña. Bergoglio no se dejó ver ese día pero dispuso todo para el acto.
En 2012, mantuvo la labor en común con la organización La Alameda, de Gustavo Vera, y con el Movimiento de Trabajadores Excluidos, que lidera Juan Grabois. Además, tuvo varios disgustos con la discusión sobre el aborto no punible en especial con el macrismo, una fuerza con la que no logra entenderse del todo, sobre todo con su líder, el jefe de gobierno porteño. Quienes conocen a Jorge Bergoglio sostienen que considera que no puede haber dos liderazgos en el mismo territorio.
Sin embargo, entre lo más novedoso estuvo el acercamiento que el cardenal tuvo con el jefe de la Confederación General del Trabajo (CGT) Azopardo, Hugo Moyano. Fue el líder de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), Gerónimo "Momo" Venegas, el que los reunió al menos en dos oportunidades, según confirmaron fuentes eclesiásticas y sindicales. Venegas es amigo de Bergoglio desde hace tiempo y suele afirmar que el cardenal es "un político sin decirlo". Los dos se reivindican peronistas de la ortodoxia. No fue la fe lo que unió al jesuita y a Moyano, que es evangelista, sino la división en el sindicalismo cegetista. Lo visitaron en la catedral, en julio pasado. El primer encuentro fue una semana antes de que Moyano fuera reelecto al frente de la CGT y el segundo fue una semana después. Volvieron a converger con motivo de la misa en homenaje al ex secretario general de la CGT José Ignacio Rucci que se realizó en setiembre en la Catedral porteña. Bergoglio no se dejó ver ese día pero dispuso todo para el acto.
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