Soros dice que pronto habrá motines en las calles estadounidenses
El inversor multibillonario, George Soros, predice que pronto habrá una guerra de clases en Estados Unidos que provocará motines a lo largo y ancho del país. En otras palabras, las protestas que hemos visto hasta ahora por parte del movimiento Ocuppy Wall Street es sólo un juego de niños comparado con lo que él espera.
El hombre de negocios de 81 años fue citado por el periódico en línea Daily Mail diciendo que prefiere "sobrevivir que seguir siendo rico ante el período terrible que le espera al mundo cuando Europa descienda al caos y el conflicto". Y es que, en esta economía global, si cae Europa cae Estados Unidos.
Soros se expresa como si la caída de EU dependiera de la caída de Europa y no estuviera sujeta la matriz imperial anglosajona de alfileres macroeconómicos y financieros.
Por cierto Soros no es el único que está dando la voz de alerta sobre esta lucha de clases que se avecina. Ya muchos sociólogos y economistas, tomando a Grecia como ejemplo, han dicho que cuando la gente llega al punto en que tienen poco o nada que perder, su respuesta es la violencia contra los gobernantes que, en nuestro sistema capitalista global, se ponen del lado del 1% que tiene el poder y el dinero y en contra del 99% que están perdiendo sus casas, se están ahogando en deudas de tarjetas de créditos y de préstamos estudiantiles.
En el caso de Estados Unidos también está el agravante, a diferencia de todos los países industrializados del planeta, de que hay más de 50 millones de personas que no cuentan con seguro médico. Esto es un escándalo tomando en cuenta que se trata del país más rico del mundo.
Algunos expertos incluso ahora están citando a Marx cuando al evocar su crítica al capitalismo solía decir que nuestro sistema económico..."tenía incorporada la tendencia de producir auges y colapsos cada vez más grandes y profundos y, a largo plazo, estaba destinado a destruirse a sí mismo".
Es posible que todo esto se hubiera evitado si la avaricia del mundo financiero y empresarial, con la complicidad de los políticos, cuyas lealtades han comprado, no hubiera llegado a los niveles de abuso a los que ha llegado en todo el mundo. Tal vez ahora los multimillonarios tendrán que invertir sus millones, en la prefiguración de Soros, en la construcción de bunkers para esconderse cuando el 99 por ciento de la población vaya tras ellos para que rindan cuentas.
Brzezinski también hace vaticinios
Asimismo, el sobresaliente geoestratega Zbigniew Brzezinski, quien fue asesor de Seguridad Nacional del presidente James Carter y es íntimo de Obama, está muy nervioso, a juzgar por su artículo comentado por el portal belga DeDefensa.org (04.01.12), dedicado a la reflexión política y psicosociológica (La cólera de Brzezinski, 15/12/11), que expresa cosas muy interesantes que son inexplicables cuando emanan de la cúpula del poder estadounidense. Es un adelanto del tema que Brzezinski aborda en su libro de próxima aparición en castellano: Visión estratégica: EU y la crisis del poder global, sintetizado en un artículo para Foreing Policy (diciembre 2011 /enero 2012.
Afirma que si Estados Unidos se tambalea, será muy poco probable que el mundo pueda ser dominado por un sustituto notable, ni siquiera por China. La moneda está en el aire y, según parece, todo dependerá del grado cualitativo del descenso de EU y el ascenso de China, lo cual determinará la nueva correlación global de fuerzas. Considera a la vez que la incertidumbre internacional, la tensión incrementada entre los competidores globales e incluso el absoluto caos condicionarán los epílogos más probables.
Zbigniew Brzezinski aduce que una nueva crisis financiera de Estados Unidos produciría una reacción vertiginosa que conduciría al desorden económico y político global. Arguye que una deriva continua de Estados Unidos a un decaimiento expansivo o la ampliación de una guerra sin fin con el islam sería improbable que produzca, aun en 2025, a un sucesor global efectivo. El crítico mexicano de las ramificaciones geopolíticas y geoeconómicas, Alfredo Jalife, dice (La jornada, 04.02.12) que Brzezinski se equivoca: el mundo no pasará, ni lo desea, de la unipolaridad de Estados Unidos a otra unipolaridad, como la de China. El mundo es ya multipolar (ver el libro de Jalife El híbrido mundo multipolar: un enfoque multidimensional, Orfila, 2010) y los dolorosos ajustes serán multidisciplinarios.
Le asiste la razón al geoestratega estadounidense cuando sentencia que ningún poder único estará listo entonces a ejercer el papel que el mundo, a la caída de la URSS en 1991, esperaba que Estados Unidos jugaría: líder de un nuevo orden mundial globalmente cooperativo. La desgracia es que el unilateral belicismo global del segundo George Bush dilapidó toda la esperanza que el mundo había puesto en Estados Unidos para reordenar con justicia la vida en el planeta. Por el contrario, el bloque atlantista anglosajón quiso adueñarse del mundo entero con su bárbara globalización.
Brzezinski vaticina una etapa prolongada de alineamientos inconclusos tanto del poder global como regional, sin vencedores en un entorno internacional de incertidumbre y de riesgos fatales al bienestar global.
La cosmogonía futura de Zbigniew Brzezinski es fatalista, mucho más que la sociedad mundial que hoy es forjadora de sueños de democracia que florecen sin cesar, y que por el contrario, según él está anunciado un mundo hobbesiano de seguridad nacional basada en fusiones variadas de autoritarismo, nacionalismo y religión. ¿No es acaso el choque de civilizaciones que abogó su ex asociado Samuel Huntingon desde 1993, en plena unipolaridad y la globalización decadente?
Mientras hay quienes imaginan regionalismos creativos (como Unasur), Zbigniew Brzezinski apuesta a la balcanización global, lo cual es discutible aunque coincida con la visión apocalíptica de Soros. Es evidente que por imperativos geopolíticos Estados Unidos y Gran Bretaña busquen la balcanización de sus competidores geoeconómicos con el fin de prolongar el caduco orden unipolar. Los regionalismos creativos en todos los rincones del planeta pueden constituir el óptimo antídoto para descarrilar los planes aviesos de la balcanización global.
El expositor manejó dos nociones previsoras pero discutibles: 1) Las ocho entidades geopolíticas en vías de extinción (Georgia, Taiwán, Corea del Sur, Belarús, Ucrania, Afganistán, Pakistán, Israel y el gran Medio Oriente); y 2) El peligro de la asociación estratégica de Estados Unidos con México; pero si la asociación de estos dos países es calificada de peligrosa, preguntamos, ¿cómo es que los ardientes partidarios sionistas de la anexión siguen proclamando la asociación territorial, por lo menos de los centros energéticos?
Zbigniew Brzezinski, antiguo consejero de seguridad nacional del presidente Carter, que sigue activo evaluando siempre la situación del sistema unipolar en decadencia y la política exterior estadounidense, se presentó en una mesa redonda organizada para homenajear a Brent Scowcroft de The Atlantic Council. En el texto concerniente a este acontecimiento que fue puesto en línea el 14 de diciembre de 2011, destaca el pasaje relacionado con las intervenciones del especialista en seguridad nacional:
«Brzezinski declaró “Tenemos una extraña situación en la que el partido en el poder muestra una indiferencia de hielo de cara a la complejidad, y el partido de oposición (el republicano) se ha puesto a proponer locuras”. El asesor de lujo del presidente Carter dijo además:“el público estadounidense es abismalmente ignorante de lo que ocurre en el mundo” y “carecemos de medios informativos que proporcionen la cantidad pertinente de información concerniente al planeta”.
Los comentarios que han merecido las palabras de Brzezinski se limitan a revelar su metodología “errónea” al analizar la política exterior de EU, y al alcance de ésta en la situación interior del país, consistente en una consternante parálisis, derivada de una obsesión enfermiza por la seguridad, a la vez marcada por la ceguera, la ineficacia, los grotescos automatismos que son los condicionamientos reinantes. Así, Brzezinski transmite una anécdota demostrativa de que, no obstante, no ha perdido su sentido del humor:
“No puedes caminar en la calle K sin ser abordado por alguien que pretende ser un guardia de seguridad, dijo. “Estoy tan cansado e irritado por ello,” agregó. “Con frecuencia firmo, cuando me piden escribir mi nombre, como Osama ben Laden. Y nunca he sido detenido”.