sábado, 27 de octubre de 2012

Ojo que no estamos conspirando

noviembre 12, 2009




Es interesante ver la velocidad a la que el olvido nos invade. Mucho se habla del clima destituyente y mucho se lo niega desde sectores de la derecha y el escepticismo militante. Pero quizás sea útil traer a la memoria del lector algunas cuestiones que han quedado en el triste olvido y que están relacionadas con este tema.

En principio habría que remontarse al inicio del gobierno de Néstor Kirchner. El 5 de mayo de 2003 Claudio Escribano, ex subdirector del diario La Nación, le presenta una especie de ultimatum a un Kirchner que todavía no había asumido en el cual le plantea cinco puntosalineamiento incondicional con Estados Unidos, denuncia internacional de Cuba, relaciones especiales con el sector empresario, olvido de los crímenes de la guerra sucia y mano dura contra la inseguridad. A estos planteos Kirchner respondió de la siguiente manera: “mi mayor preocupación es que me acompañen los argentinos, por eso no empiezo por los empresarios ni por el embajador de ningún país. Tampoco pienso en un alineamiento automático con Estados Unidos ni en buscar que me aprueben como precondición para gobernar mi país. Ocurre que usted y yo tenemos visiones distintas del país”.

La respuesta de los factores de poder que exigían estos lineamientos al nuevo gobierno no se hizo esperar: en su columna del 15 de Mayo de 2003 -una semana antes de asumir- a través de la pluma de Claudio Escribano y utilizando como medio al diario La Nación expresaron de manera terminante que "la Argentina ha resuelto darse gobierno por un año". Imagínense cómo serán las cosas que hasta Elisa "perdón Duhalde" Carrió en aquel contexto llamó a sostener al gobierno porque la derecha estaba conspirando.

Un segundo caso que increiblemente desapareció de la memoria de la mayoría de los argentinos ocurrió al año siguiente. Desde el poder en las sombras había un malestar creciente debido a las políticas que el gobierno kirchnerista estaba tomando ante una sociedad apoyaba contundentemente el proceso de transformación. En Mayo de 2004 un grupo de empresarios, militares y políticos se reunieron en secreto en el regimiento Patricios. Kirchner se enteró de esta reunión y mandó inmediatamente a su ministro de defensa, José Pampuro, que fue a ver qué sucedía. Apenas llega se callan todos y Enrique "Coti" Nosiglia rompe el silencio con una frase para la posteridad: “Ojo que no estamos conspirando”. Aquello, como bien aclaró Nosiglia, no era una conspiración.

El tercer caso que me gustaría traer a colación sucedió el domingo 24 de Octubre de ese mismo año y parece sacado de una película. Durante la madrugada un hombre saltó el cerco de uno de los lugares más seguros del país, custodiado por varias fuerzas de seguridad y con sofisticados sistemas de alarmas y sensores: un intruso se metía en la quinta de Olivos. Algunos por aquel entonces hablaban de un loquito o un borrachín pero como veremos es más fácil creer en los reyes magos que sustentar racionalmente aquello. No sólo este extraño ser humano se metió: se paseó por la quinta desde las 3:45 de la madrugada por unas 3 horas y en un determinado momento, a esas horas, golpeó una de las ventanas de la casa de huéspedes (donde descansaba una asistente de la primera dama apodada "Maquena") y pidió un vaso de agua. Tomó el vaso de agua y luego de pasearse impunemente por la quinta de Olivos saltó el muro y se fue sin que nadie nunca más haya sabido de él. Algún escéptico podría argumentar que los equipos de seguridad no funcionaban, pero luego se comprobó que los sistemas de seguridad funcionaban perfectamente, el tema era que ninguno de los integrantes de las fuerzas de seguridad a cargo de la seguridad presidencial reaccionó durante las 3 horas que el extraño se paseó por la residencia presidencial.

Y obviamente no podríamos dejar de mencionar el clima destituyente que denunciaba Carta Abierta en su primera carta. En este espacio le hemos dedicado varios posts al embate de la derecha aglutinada bajo el paraguas del conflicto con los patrones del campo. Para no aburrir podríamos resumirlo en el hecho de que dirigentes opositores y agentes corporativos de información celebraron, alentaron y se aliaron detrás de sectores que declaradamente armados "para resistir" (lo resalto esto dedicado a Morales yCarrió y sus denuncias de piqueteros armados) mientras cortaban las rutas de todo el país con el objetivo declarado de desabastecer a las ciudades. Por supuesto, tampoco es que hagan demasiado esfuerzo por disfrazarse, como podemos ver en el célebre diálogo ameno entre Biolcatti y Grondona:



¿Cuál es el objeto de traer a colación estos hechos? Básicamente a refrescar la memoria a los escépticos que con argumentos delirantes y utilizando los medios masivos como arma de propaganda están instalando la idea de que este gobierno va a caer o lo van a voltear. Declaraciones como las recurrentes en Carrió acerca de que se viene elapocalipsis que nunca llegó, De Narváez negando que el golpe de Estado en Honduras es un golpe, Aguinis hablando de las FARC en Argentina o incluso las de dirigentes sociales como el aliado de la rural (a cambio de 50 vacas) Raúl Castells aportan sus granitos de arena para que parezca normal y hasta razonable que un gobierno democrático termine antes de tiempo. Buscan legitimar sus embates golpistas.

Lamentablemente hay un hipócrita escepticísmo militante por parte de los cínicos títeres que utilizan los dueños de las corporaciones mediáticas para instalar sus ideas. Intentan que la gente crea que acá no pasa nada y que en todo caso si pasara algo la culpa es del Gobierno. Se soslaya sistemáticamente todo lo expuesto en este post y que cualquiera con dos dedos de frente puede deducir con sólo prestar atención a las noticias que van pasando y las declaraciones de los actores políticos.

Tenemos en contra a todo el aparato comunicacional y la oposición autodenominada "republicana" se está radicalizando. Las noticias de las protestas sociales se están mezclando peligrosamente en su relato con las referentes a la inseguridad. Se intenta generar la idea de que los manifestantes sociales son delincuentes y que, para peor, están armados cual grupo guerrillero. Y encima, como si esto fuera poco, dicen que responden a los Kirchner. Y ahí tenemos a Carrió llamando a los manifestantes del campo a no venir a la capital a protestar porque el ejército paraestatal de Kirchner los va a encerrar y masacrar. Así de complicadas están las cosas. Y el escenario que se viene no es nada alentador.

Ante esto necesitamos que más allá de las diferencias políticas que podamos tener nos unamos los que creemos que la historia argentina no puede seguir repitiendose. Tenemos que lograr que prevalezca la democracia que tanta sangre costó conseguir, hay que valorarla y sostenerla aún con todas las fallas y problemas. Si hay que combatir al gobierno hay un sólo medio y éste se llama elecciones. Y las próximas son en menos de un año y medio. La democracia permite que los conflictos de poder sean dirimidos en el ámbito de las instituciones, si no fuera así sería la ley del más fuerte y todo se dirimiría con violencia política.

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