El ajuste afecta a 533.401 jubilados 

Los haberes de más de $ 574 que se cobrarán en agosto tendrán una quita del 13% 
Martes 24 de julio de 2001 | Publicado en edición impresa 


El recorte en los haberes previsionales afectará a 533.401 jubilados, que representan al 16% del total de la clase pasiva del país. Así lo establece el decreto 926 que dio a conocer ayer el Gobierno, y que prevé un ahorro de 68,6 millones de pesos sólo en este sector. 

La medida reduce un 13% el monto que perciben los jubilados que ganan más de 574 pesos. Sin embargo, en el Gobierno esperan que los incrementos en la recaudación permitan elevar ese monto a 1000 pesos a partir de los haberes que se percibirán desde septiembre. 

Así lo afirmó ayer el secretario Legal y Administrativo del Ministerio de Economía, Alfredo Castañón. "La previsión es que muy rápidamente se cumpla con empleados y jubilados. Esto es lo que se calculó y lo que seguramente va a suceder, porque lo que surge de la ley es que con los mayores recursos se va a poder hacer frente a un piso de 1000 pesos", dijo el funcionario. 

La idea del Gobierno es que el ajuste no perfore el piso de 500 pesos en las jubilaciones y los salarios del Estado. Por ejemplo, a quien tiene un sueldo de 530 pesos, el recorte debe ser de sólo 30 (un 5,66% de quita) para que no se viole esa condición. 

Así, el recorte del 13% se hará efectivo sobre un haber o salario de 574,70 pesos. 

La Argentina tiene actualmente 3.274.868 beneficiarios del sistema previsional. El 16% de los jubilados estará sometido a las bajas que establecen las medidas del Gobierno. El monto total que percibe este segmento de argentinos es de 528,1 millones de pesos, exactamente el 45% del presupuesto destinado a pagos previsionales. 

Quienes estarán exceptuados del impacto alcanzan el 84%: 2.741.467 jubilados que perciben, en total, 656,9 millones de pesos (el 55% del monto total de lo que destina el Estado a estas prestaciones). 

"En este marco resulta necesario establecer determinadas salvaguardias a los fines de asegurar la mayor equidad posible en la aplicación de las medidas", dice el decreto, firmado por el presidente Fernando de la Rúa y los ministros Domingo Cavallo, Chrystian Colombo y Patricia Bullrich. 

Reunión en Economía 

Anoche, diputados de la Alianza se reunieron en el Palacio de Hacienda con el ministro Domingo Cavallo para intentar disminuir el alcance del ajuste tanto en las jubilaciones como en los salarios que cobran los empleados estatales. 

Pero el radical Jesús Rodríguez y los frepasistas Darío Alessandro y Rodolfo Rodil no lograron ponerse de acuerdo con el ministro, que estuvo acompañado por Castañón y por el secretario de Hacienda, Jorge Baldrich, e insistió en realizar el recorte desde los 500 pesos hasta que la mejora fiscal permita elevar el monto desde el que se calcula el recorte. 

En la madrugada del sábado último, la Cámara de Diputados aprobó una ley que garantiza la devolución de los montos perdidos por el ajuste a los haberes previsionales inferiores a 1000 pesos, en la medida en que haya un repunte en las cuentas del Tesoro. Pero no modificó el piso propuesto por el Poder Ejecutivo. 

Es decir que, según lo que permite observar la aprobación en la Cámara baja, los legisladores y el Palacio de Hacienda coinciden en un punto: se compensarán los recortes sólo si lo permiten las condiciones. 

De esta manera, la disminución regirá para las jubilaciones correspondientes a julio, que se cobrarán en agosto. Y si las condiciones lo permiten, se podrá reducir el alcance de la medida para el mes siguiente. 

"Yo no sé si para julio vamos a alcanzar a subir los descuentos de los que ganan más de 500 pesos. Pero vamos a hacer todos los esfuerzos, porque esto no es un problema de querer o no querer hacerlo", dijo ayer el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, que agregó que los afectados inicialmente por la medida eran más. 

Diferencias sobre el piso del recorte 

Quinientos, setecientos, mil. Desde que fue aprobado en la Cámara de Diputados, el piso del recorte de los sueldos estatales y de los haberes jubilatorios no dejó de subir y de bajar, mareando hasta a los especialistas más avezados. 

Ni que hablar de la gente, que desde temprano llamó a radios, diarios y canales de TV para obtener precisiones sobre cuánto dinero menos llegará a sus bolsillos el mes próximo. 

Se encontraron con tantas respuestas como políticos y economistas del Gobierno fueron consultados. Así,la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, desayunó a la gente con el anuncio de que el Poder Ejecutivo "ya mandó a liquidar" con el descuento del 13% las jubilaciones y los sueldos de estatales que se encuentren por encima de los 500 pesos. 

La versión contraria no tardó en llegar. Desde el radicalismo los diputados Leopoldo Moreau y Juan Carlos Farizano recordaron a "la gladiadora", como llaman a Bullrich, que "el Gobierno tiene la obligación de cumplir con el piso de los 1000 pesos" para el recorte. De lo contrario, advirtieron, habrá "serios problemas sociales". 

Mientras que en la Jefatura de Gabinete intentaban aclarar que la ley aprobada en Diputados "sólo es una regla presupuestaria", que no se compromete con "pisos" para el recorte, Chrystian Colombo salió al ruedo. El jefe de Gabinete pintó otro panorama: "Las estimaciones de Hacienda daban para este mes que solamente se podía pagar a partir de los 300 pesos", dijo. 

Por su parte, el secretario Legal y Administrativo del Ministerio de Economía, Alfredo Castañón, ratificó que el recorte para los pasivos se hará desde los 500 pesos. Pero intentó llevar tranquilidad con la promesa de que el piso de los $ 1000 se alcanzará "rápidamente" en la medida en que ingresen recursos fiscales adicionales.





Clarín: más allá de la ley 


por Marcelo De AngelisCuando Luis D´Elía dijo “Clarín es una pistola en la cabeza de la democracia”, advertía –desde la boca del lobo, en el programa “A dos voces” del multimedio- que esa corporación económica, con su poderosa maquinaria de propaganda y sus innumerables voceros, es capaz de marcarle los límites al pueblo argentino en su avance por la construcción de una democracia plena. 
El andar prepotente del Grupo Clarín, sumado a su capacidad de propagar la manipulación informativa de acuerdo a sus intereses, nos permite visualizar la dimensión de los desafíos que tenemos por delante. Dejando de lado el triunfalismo que genera el descrédito que sufre día a día como consecuencia de sus prácticas cuasi mafiosas, el episodio del bloqueo a su planta de distribución nos recuerda la capacidad de daño que todavía posee esa corporación.Esa capacidad le ha valido colocar entre la dirigencia política a verdaderos lobbystas de sus intereses, y mantener de rehenes a otros que apuestan a mantenerse en el sistema político sin hacer enojar a los poderosos.Gracias a ese poder coercitivo, el Grupo Clarín -una corporación de negocios que se oculta detrás de la actividad periodística- ha logrado disciplinar a partidos de la vieja y de la nueva política, a dirigentes tradicionales y a otros surgidos de la antipolítica neoliberal y la maquinaria marketinera del propio multimedio.La corporación, propiedad de Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto, Lucio Pagliaro y José Antonio Aranda, logró así imponer un orden jurídico e institucional de uso exclusivo, distinto al del resto de los mortales, aplicado sistemáticamente por jueces y funcionarios adictos.El resultado es siempre el mismo: una acumulación infinita de poder económico y de capacidad extorsiva hasta llegar a ser, tal como lo gritara en su propia cancha Luis D´Elía, “una pistola en la cabeza de la democracia”.Al menos ese era el resultado hasta que Néstor Kirchner se plantó y decidió no ser un rehén más en la historia de los presidentes argentinos. Para el Grupo Clarín, eso fue una “declaración de guerra”, tal como suelen arengar sus altos ejecutivos en las habituales reuniones con los mandos medios.La firmeza de Néstor y Cristina para resistir “más de cinco tapas” permitió exponer ante la vista de todos las miserias y las prácticas delictivas de la corporación, entre ellas el atropello y la sistemática vulneración de derechos de sus trabajadores.La respuesta del Grupo Clarín fue una tapa en blanco. Todo un símbolo para una corporación que ocultó y reprimió durante siete años un conflicto y que ahora no tiene nada para decir al respecto.O mejor aún, para qué decir algo, si cuenta con un ejército de voces que rápidamente se alinean y propagan el discurso que sus verdaderos dueños no pueden decir de cara a la sociedad.Sería un acto de ingenuidad reclamarle a sus voceros periodísticos, propios y ajenos, un acto de dignidad. En definitiva defienden un estilo de vida que se define entre un mundo de privilegios o el exilio y la desesperación de golpear las puertas buscando trabajo en un mercado monopólico.Hay algo que es mucho más grave y preocupante. Varios de los representantes del pueblo están hipotecando su capital político, acumulando una deuda impagable con el Grupo Clarín, que los convierte en simples gestores de sus intereses corporativos. El multimedios impone la agenda, fija prioridades, marca los tiempos y escribe los discursos. Algunos intentan pasar de deudores a socios. Mauricio Macri, Jefe de Gobierno porteño y precandidato a Presidente, acaba de preadjudicarle a la corporación un negocio por 274 millones de dólares en apenas cinco años. Otros, más obedientes, han tomado a su enemigo como propio. Ignorando y ocultando la situación de los trabajadores de una de las empresas de la corporación, reproducen la “hipótesis de conflicto” del Grupo, apuntando a la Presidenta Cristina Fernández y al titular de la CGT, Hugo Moyano. Silvana Giúdici (precandidata de la UCR a Jefa de Gobierno porteña), Ricardito Alfonsín, Julio Cobos y Ernesto Sanz (precandidatos de la UCR a Presidente), Felipe Solá (precandidato a Presidente tal vez por el PJ disidente), Pino Solanas (precandidato a Presidente de Proyecto Sur), y todo el arco opositor conocido como “Grupo A”, prefieren convertirse en cómplices de las prácticas antisindicales de la corporación y propagar el libreto del “ataque a la libertad de prensa” escrito en las oficinas del Grupo Clarín. Algunos de ellos son simples gestores corporativos, pero otros ingenuamente creen que pueden tener una alianza “táctica” con la corporación para las elecciones de octubre, sin comprender que la maquinaria del Grupo se alimenta de la vanidad de esos minúsculos dirigentes. “Papel menor”, como dijera Héctor Magnetto, en referencia al papel del Presidente de la Nación.Más previsible es el caso de Patricia Bullrich, privilegiada funcionaria corporativa, quien en noviembre del 2000, siendo Ministra de Trabajo de la Alianza, avaló el despido de 117 trabajadores del diario Clarín, permitiendo así el desmantelamiento de la última comisión gremial interna y el comienzo de las sistemáticas prácticas antisindicales en la empresa, que incluye despidos, aprietes y amenazas.También apoyó la reforma previsional exigida por los organismos de crédito internacionales para conceder el blindaje, que establecía el aumento de la edad jubilatoria para las mujeres, reducción de la prestación básica y establecer límites al sistema de reparto. “Necesitamos que el blindaje financiero se fortalezca para que la Argentina crezca”, fue su argumento. Por entonces, Hugo Moyano llamaba a resistir el avance neoliberal y convocaba a un paro de 36 horas.Más preocupante resulta la postura pública de Daniel Scioli, quien en un breve comunicado expresó que "Rechazo el bloqueo al diario Clarín, pues más allá del reclamo laboral, las consecuencias que ha traído fue la de impedir la normal expresión de un medio periodístico".Para el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, la esperanza blanca del neoliberalismo residual, hay un “más allá” del reclamo laboral. Para Scioli, “más allá” de los derechos de los trabajadores se encuentran los intereses del Grupo Clarín.


“Contra Clarín no se puede” 


Se suma un relato de otro ex delegado de Clarín, Daniel Luna, que pinta de cuerpo entero el modo en que los gobiernos siempre actuaron frente al poder de Clarín. 
Sigue la serie de notas dedicadas a los 10 años que se cumplen de los masivos despidos en Clarín, que también terminó con la vida sindical adentro de la redacción, donde desde hace una década no hay comisión gremial interna. Todos aquellos que deseen aportar datos u opiniones pueden hacerlo a yonocompromasclarin@gmail.com. 

“En esos días nos reunimos con Patricia Bullrich, ministra de Trabajo, y en una de esas reuniones nos dijo claramente: ‘No se puede hacer nada contra Clarín, yo no puedo. Con dos tapas del diario la que se queda en la calle soy yo’. 
Esta reunión fue en el Ministerio de Trabajo, y recuerdo que estaban (los entonces delegados) Ana (Ale), Olga (Viglieca), (Daniel) Ponzo, el doc (Héctor) Recalde (abogado de los trabajadores), yo y algunos compañeros más. 



 

 

 

http://www.lanacion.com.ar/322304-el-ajuste-afecta-a-533401-jubilados 
http://www.viejolobo.net/20110328170676/clarin-mas-alla-de-la-ley.html 
http://yonocompromasclarin.wordpress.com/page/12/