miércoles, 5 de enero de 2011

CONCURSO DE ERRORES


Leemos en Rosario 12 una de las tantas noticias que circularon por estos días sobre el tortuoso proceso de convocatoria a concurso de ingreso para profesores de enseñanza media, convocado por el  Ministerio de Educación de la provincia. Aquí la secretaria general de AMSAFE abunda en detalles sobre los mamarrachos evidenciados en el trámite.
Pero hagamos un poco de historia para saber de que se trata.
La provincia de Santa Fe realizó su último concurso de ingreso a la docencia a través de la convocatoria del año 1991, que según la normativa imperante en aquel momento fue concurso de títulos y antecedentes, los que consistían en antigüedad, publicaciones, cursos dictados, asistidos, seminarios y otros.
De ese concurso surgió un escalafón único por disciplina, y el orden de mérito estuvo dado como resultado de la sumatoria de la ponderación establecida a cada uno de los antecedentes. El ofrecimiento de las vacantes del concurso se demoró muchos años por un amparo presentado al concurso de incremento previo (para catedráticos titulares que debían completar horas), pero finalmente se concretaron los dos (primero  el concurso de incremento para los titulartes, luego el de ingreso para los interinos).
La provincia de Santa Fe, a diferencia de otras, no tiene Estatuto del Docente, es decir una norma básica que regule los movimientos que el docente puede tener a lo largo de su carrera profesional; pero allí donde esa norma existe, el principio general es que primero se convoca a concurso de incrementación de horas de cátedra (para permitirles a los catedráticos titulares acrecentar sus horas hasta el límite de compatibilidad permitido, facilitando además la concentración de la tarea del docente en menos establecimientos simultáneamente), y luego sobre la base de los cargos u horas remanentes, se convoca a concurso de ingreso para que los docentes interinos, puedan titularizar.
La lógica indicaba que a la fecha de la convocatoria del reciente concurso de titularización debía haberse procedido de idéntico modo, previendo dos convocatorias: una de incremento y otra de ingreso, y en ese orden ofrecer, sin embargo no ha sido así: el gobierno provincial  ha querido inventar una nueva modalidad de un sólo concurso (dos en uno), donde la antigüedad como titular sea ponderada de tal manera que garantice a los profesores titulares los primeros puestos en los escalafones, de modo tal que quede contenido en forma solapada el concurso de incremento, dentro del concurso de ingreso.
El gremio docente Amsafe acordó o aceptó esta forma inédita de concurso, que tiene otro inconveniente y muy  serio: no se hace un escalafón único por disciplina, materia o espacio curricular, como quieran llamarlo, sino que se hacen escalafones por materia por escuela a las que los aspirantes se tienen que inscribir con anticipación, hasta en cinco. Esto es demasiado aleatorio porque el docente puede correr mejor o peor suerte según esté desempeñándose en una escuela o en otra, porque como todo el mundo sabe existen escuelas más codiciadas que otras.
Ejemplo: si un profesor es interino con varios años de antigüedad en una escuela céntrica de Santa Fe o Rosario, corre más riesgos que esa escuela sea elegida por un titular que nunca pisó esa institución, y puede quedar sin las horas interinas si no tuvo la suerte de elegir además otra escuela que no haya sido elegida por otros aspirantes, elección previa que -por cierto- es absolutamente azarosa.
Por otra parte es un concurso que contempla sólo títulos y antigüedad, argumentando una razón de reparación histórica, para ello también han ponderado la pertenencia a la institución y a la asignatura, pero los efectos de los titulares en el mismo concurso con los interinos son insalvables; a lo que hay que sumarle el efecto más distorsivo que está dado por el requerimiento de la elección previa de los establecimientos educativos por el aspirante, metodología que tuvo un antecedente enel concurso de directores.
En cuanto a los errores en los puntajes, en realidad  son el menor de los problemas que el concurso genera: pueden aparentar ser muchos y no serlo tanto, porque a través del sistema informático arreglado el error se soluciona lo que sale mal en cada uno de los escalafones, y de hecho ya se estuvieron corrigiendo según la información recabada en los organismos de aplicación.
Los cambios en realidad deben venir en el plano de la política de concursos docentes ,  recuperando el sentido de justicia en el otorgamiento de las titularizaciones, aunque en esta instancia y tal como fueron aceptadas por el gremio las reglas de juego fijadas por el gobierno, las vacantes deben ofrecerse y el procedimiento concluirse.
Fue esta otra muestra más de la improvisación del gobierno del Frente Progresista , pese a los pergaminos académicos que esgrimen muchos de sus funcionarios como la ministra Rasino (que por sí solos, no garantizan la eficacia en la gestión como se ve); que terminan defraudando una y otra vez a un sector que los acompañó mayoritariamente con su voto y con su apoyo en el 2007, e incluso a las entidades que lo representan; que vieron en la nueva administración y su política de "tierra arrasada" respecto de muchas iniciativas de las anteriores, una esperanza de cambio para mejor.

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