LOS SUEÑOS HÚMEDOS DE LA DERECHA

Leemos en Infobae esta nota,  en la que el diario de Daniel Hadad (que disputa con Ambito Financiero el favor de los economistas e inversores de la city porteña, y acapara la atención del facho argentino promedio que escucha Radio 10); según la cual las experiencias que ellos denominan de izquierda (y que en algunos casos se reconocen a sí mismas como tales) están a las puertas de una pesadilla, porque naufraga el sueño de construir el socialismo del siglo XXI.

Para Infobae -y para tantos que piensan igual- el muro de Berlín se cayó para un solo lado, y luego de asegurarse de haber rematado por Internet hasta  el último cascote, montan guardia en las ruinas para que a ningún okupa de la historia se le ocurra volver a construirlo.

Con la sutileza de Jack el Destripador, Infoabe retrata a diario a los líderes de los gobiernos que conforman su propio "eje del mal", como los culpables de todos los males que azotan no ya a sus propios pueblos, sino a la humanidad en su conjunto; con un lenguaje propio de las inolvidables "Selecciones del Reader's Digest" yanquis de las décadas del 50 y el 60, en plena Guerra Fría, aunque a veces lo quieran embellecer con el vuelo literario de un Mario Vargas Llosa.

Y en esa sutileza de carniceros, no vacilan en afirmar -como lo hace la nota- que esos líderes y esos gobiernos "vulneran principios básicos de la democracia", mientras ellos desconocen el primero y elemental: en democracia gobierna el que el pueblo ha elegido, y muchos de esos gobiernos (por caso Evo Morales en Bolivia, o Hugo Chávez en Venezuela) han revalidado su autoridad una y otra vez en las urnas, durante años.

También obvian deliberadamente otro denominador común de esas experiencias populares: son, en mayo o menor medida, gobiernos bajo ataque constante, de su propia y feroz oposición interna, de los grupos de poder económico nacionales y extranjeros y -sobre todo- de un contumaz imperialismo norteamericano para el cual la Guerra Fría parece no haber conluido, sino simplemente cambiado de escenarios.

Al mismo tiempo Infoabe, como tantos pseudo defensores de la libertad (de mercado) y de las instituciones, minimizan las reiteradas tentativas golpistas a que esos mismos gobiernos se ven sometidos. Lo hacen en la nota con el levantamiento policial contra Correa en Ecuador, lo hicieron en su momento con la destitución de Zelaya en Honduras, o con los intentos separatistas de los prefectos bolivianos de la Media Luna.

Pero lo más curioso del caso es que el disparador de la nota sean los presuntos (o reales, para el caso da lo mismo) fracasos económicos económicos de esos gobiernos, o las dificultades que tienen que afrontar en ese plano.

Y es curioso porque si uno repasa los hechos trascendentes ocurridos en el mundo en el año que acaba de finalizar (y los que vienen ocurriendo desde el estallido de la burbuja financiera hacia inicios del 2008), verá que el telón de fondo es la crisis económica de los países centrales (Estados Unidos y la Unión Europea); crisis que no parece tener fin ni punto de solución.

Para no abundar en detalles, en ésta edición de hoy del diario "El País" de Madrid (insospechado de ser un pasquín anarquista o libertario), hay una muy interesante reseña -con los correspondientes enlaces a cada nota- de los devastadores efectos de la crisis en el Primer Mundo; efectos que las recetas tradicionales de ajuste, lejos de revertir, contribuyen a profundizar día a día.

Y también se puede apuntar como dato curioso, que muchos de los países periféricos que han ensayado políticas económicas heterodoxas alejadas de los dictados de las usinas neoliberales como el FMI -tal el caso de la Argentina, sin ir más lejos- son los que encabezan las estadísticas mundiales de crecimiento.

Este informe de la CEPAL da cuenta de eso, en la mayor parte de América Latina; lo cual no implica que esos países estén exentos de conflictos o problemas: muy por el contrario, se irán agudizando en la medida que sus gobiernos intenten profundizar las reformas, precisamente porque los grupos concentrados -que son la derecha real, y manejan a su vez los medios masivos de comunicación- manejan aún resortes e instrumentos claves de sus estructura económicas.

Y otra curiosidad es que la nota de Infobae -en la que los sueños húmedos de la derecha vernácula se traslucen con transparencia: crear las condiciones propicias para abortar cualquier experiencia de cambio en América Latina- mencione entre las dificultades de esos gobiernos conflictos limítrofes con otros Estado, como es el caso de Nicaragua y Costa Rica.

Esos gobiernos no mantienen guerras a control remoto ni experiencias de imperialismo explícito en rincones alejados de sus propias fronteras -lo que es a su vez otro de los disparadores de la crisis económica, sobre todo en el caso de los EEUU-, ni, por caso, una vasta red de prisiones clandestinas para torturar presuntos terroristas. 

Es muy posible que no exista una doctrina o sistema político y económico perfecto, capaz de lograr la felicidad perpetua de los hombres; y es probable también que la crisis de los socialismos reales en Europa del Este y en otras partes del mundo, tenga que ver con el fracaso de esa ilusión.

Pero si hay algo que queda más claro aun (en un mundo donde los países poderosos parecen hoy colosos con pies de barro, y sus gobiernos simples títeres del poder financiero y corporativo), es que, de exitir esa doctrina o sistema perfectos, no sería jamás el neoliberalismo;  que no puede nunca ser parte de la solución porque es el problema.