Leemos en El Litoral a dos simpáticos y cachetones senadores provinciales de la UCR -Felipe Michlig y Carlos Fascendini- reinvindicar como un logro no ya del Frente Progresista -recordar que se viven tiempos de internas republicanas, y no muy pacíficas que digamos-, sino del centenario partido de las boinas blancas, el incremento de los fondos transferidos por la provincia a los municipios y comunas, comparados con las cifras del año 2007, cuando se iniciara la gestión de Hermes Binner.
Es tanta su euforia, que en la nota prácticamente llegan a atribuirse el mérito del incremento de los recursos que provienen de la coparticipación federal, y las partidas del Fondo Solidario Federal (vulgarmente llamado Fondo Soja), que como bien aclara la nota no existía en el 2007, pues fue creado por DNU 206 de Cristina en el año 2009; es decir que los gordis fueron a la verdulería y mandaron fruta, pero mal: confundieron peras con manzanas.
Que los ingresos fiscales han crecido desde el 2007 a la fecha no es ninguna novedad, como consecuencia del crecimiento espectacular de la actividad económica, el PBI y la recaudación (cosas todas en las que los radicales no tuvieron nada que ver), y -por que no decirlo- de la inflación, algo en lo que los muchachos de la UCR pueden dar cátedra, pero acerca de como llevarla a las nubes.
Para constatar ese crecimiento (y demostrar la inconsistencia del análisis de esta gente) baste señalar que el presupuesto provincial del año 2007 (el elegido por ellos como punto de partida) tuvo recursos por un total de 9868 millones de pesos, y el del 2011 que acaban de aprobar los aliados del Frente Progresista (en sociedad con el obeidismo y el reutemanismo), eleva los recursos a 24.852 millones, lo que implica que los ingresos provinciales crecieron en ese período en un 151,84 %.
Fascendini señala como destacable que los recursos recibidos por los municipios y comunas habrían crecido en el mismo tiempo un 157,5 % (sumando coparticipación federal, impuestos provinciales y fondo soja), lo cual implica algo muy sencillo: si a esos recursos se les resta el Fondo Soja (que en el 2007 no existía y fue creado por una decisión política de Cristina), los municipios y comunas vieron crecer los recursos que reciben de la provincia, en un porcentaje mucho menor que el crecimiento que experimentaron los que ésta recibe de la Nación.
Pero analicemos otros números (que arroja el Presupuesto provincial 2011 que se acaba de aprobar), para ver la película completa, como por ejemplo los de la coparticipación (nacional y provincial) que se transferirán a los municipios y comunas, y el total de transferencias que recibirán sumando a esos recursos, el Fondo de Obras Menores y el Fondo Federal Solidario (Fondo Soja).
De acuerdo al Presupuesto 2011, el conjunto de los municipios y comunas de Santa Fe recibirá este año por coparticipación de impuestos $ 1.980.130.000 (casi dos mil millones de pesos), de los cuáles $ 1.103.182.000 (es decir el 55,71 % de las transferencias de coparticipación que recibirán) corresponden a la coparticipación de impuestos nacionales; dado que de acuerdo a la Ley 7547, la provincia les reparte a los municipios el 8 % de lo que recibe de la Nación por esos rubros, y a las comunas otro 3 %.
Por fuera de esos rubros, entre las transferencias más importantes que los municipios y comunas reciben están el Fondo de Obras Menores ($ 170.834.000 previstos en el Presupuesto para este año) y el Fondo Federal Solidario o Fondo Soja (que entregará 216 millones de pesos a M y C); rubros ambos que, si se los suma a los coparticipables, hacen subir a $ 2.366.964.000 la masa de recursos que se transferirán a los entes territoriales locales.
Si se suman los recursos de la coparticipación federal de impuestos que llegan a municipios y comunas, a las transferencias del Fondo Soja, se llega a la conclusión que recibirán de la Nación (no de la provincia) $ 1.319.182.000, que representan el 55,73 % del total de las transferencias; o sea más de la mitad y un porcentaje levemente superior incluso al 54,14 % del total de los recursos del Estado provincial que provienen de la misma vía (el Estado nacional).
Y otra aclaración importante: salvo el caso del Fondo de Obras Menores, todas las demás fuentes de ingresos por transferencias que reciben municipios y comunas (impuestos nacionales, provinciales y Fondo Soja) son automáticas, se perciben diariamente y sin intervención política de nadie para determinar si llegan o no, por ende no dependen de ninguna decisión especial -menos del gobierno provincial o la Legislatura-; y el único mérito que en esa materia se puede atribuir la gestión del Frente Progresista es haber impulsado la Ley 12814, para coparticiparles a municipios y comunas el 11 % del Impuesto sobre los Ingresos Brutos (como era desde siempre), pero sobre el total de lo recaudado. Lo de la comisión del agente financiero (que era del 1 al 1,5 % de los recursos administrados) es, en este contexto, un chiste.
Todo lo contrario sucede con el Fondo de Obras Menores, respecto del cual la diputada Frana aporta datos contundentes en la misma nota, reveladores de la ineficacia de la gestión provincial.
Más aun, de este documento (escondido por el gobierno provincial más de tres meses desde que fuera producido), surge que al 30 de septiembre del 2010 (último dato disponible con ejecución analítica del Presupuesto del año pasado) se habían transferido al conjunto de municipios y comunas (excluidos Santa Fe y Rosario que reciben el Fondo del Conurbano) en concepto de Fondo de Obras Menores $ 3.998.000 (menos de cuatro millones de pesos) sobre un total de $ 74.813.000 que deberían haber recibido a esa fecha; es decir un miserable 5,34 % de ejecución, transcurridas tres cuartas partes del ejercicio.
Y eso pese a que en los años 2009 y 2010 -ante las dificultades financieras que afrontaban algunos municipios y comunas- la Legislatura dictó sendas leyes autorizando el uso de los recursos del Fondo de Obras Menores (originariamente previstos para gastos de capital como obras, compra de maquinaria, equipamiento y rodados) para gastos corrientes, como el pago de sueldos y de proveedores.
Y en esas leyes se excluyó expresamente la aplicación de este decreto de Binner, que es el que generó las engorrosas tramitaciones burocráticas de las que habla la diputada Frana en la nota, pero el gobierno dictó una reglamentación igual de engorrosa y burocrática para transferir esos fondos para gastos corrientes, haciéndolos depender de la lapicera de Bonfatti (el delfín de Binner) para obtener recursos que por ley les corresponden, eso sí: mientras tanto, podían matizar la espera leyendo en los diarios las quejas del gobierno provincial por el manejo de los ATN del Estado nacional.
Esas decisiones son sí un innegable "mérito" de la gestión provincial del Frente Progresista.
1 comentario:
A los gorditos caraduras la grasa ya les llegó al cerebro. Y un régimen no lo arregla, porque Cormillot no tiene tratamiento para la falta de neuronas.
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