martes, 18 de septiembre de 2012

   Martes 18 de Setiembre de 2012   
Sabbatella, de fiscal anti-PJ a cruzado K por ley de medios 
Reemplazará a un exmariottista en un área que domina La Cámpora. Lapiceras. El 7 de diciembre
Por: Pablo Ibáñez
Gabriel Mariotto

 
Martín Sabbatella, el kirchnerista más incómodo para el peronismo clásico, fue ascendido por Cristina de Kirchner al olimpo K. Faltan los formalismos, pero el diputado de Morón se convertirá en un cruzado de la batalla primordial del Gobierno: la aplicación de la ley de medios.

La semana pasada, Sabbatella fue citado a Olivos. Se vio con Cristina de Kirchner, que lo recibió escoltada por Juan Manuel Abal Medina. Al ofrecimiento y aceptación le siguieron, con los días, cuestiones más sensibles sobre la autonomía que tendrá al frente del AFSCA.

Llega con una herramienta que le estuvo vedada a su antecesor, Santiago Aragón: el exintendente, como presidente del directorio, tendrá centralizado el manejo del organismo. Fue, según trascendió en Gobierno, la cláusula central para que Sabbatella jure.

La razón es sencilla: el ex COMFER, además de acumular funcionarios de línea -pasaron, antes, el radical K Gustavo López y el peronista ex K Julio Bárbaro, además de Gabriel Mariotto- se convirtió en un ring convencional de las tirrias interkirchneristas.

En rigor, el área estaba paralizada por una interna, en la superficie, triple. Aunque fue propuesto por Mariotto, Aragón intentó tener volumen propio, lo que quebró el frente mariottista. En simultáneo, La Cámpora desembarcó como en otras áreas del Gobierno.

La semana pasada, Graciana Peñafort, que operaba desde Asuntos Jurídicos y fue mano derecha del vice en la redacción de la ley de medios, fue desplazada del cargo. Aragón se enteró con el hecho consumado lo que dinamitó el volátil concubinato que tenía con el neocamporismo.

Ignacio Saavedra, miembro del directorio, era el contrapoder de Aragón. La fractura era hasta edilicia: cada grupo se atrincheraba en distintos pisos del edificio del AFSCA. El costo de la parálisis lo paga, hasta ahora, el exmariottista que volverá a su banda de diputado.

Sabbatella cae en medio de esa turbulencia, en teoría, con el manejo absoluto de la lapicera. Ayer así lo deslizó durante un encuentro de la mesa nacional de Nuevo Encuentro (NE) que se reunió, para despedir a Ariel Basteiro -que se va como embajador a Bolivia- en su local de Salta e Yrigoyen.

Además del moronense estuvieron Basteiro; el jefe del PC Patricio Etcheragay -partido donde se formó Sabbatella-; Ariel Grana, jefe del bloque de diputados bonaerense de NE; Gastón Harispe, de Octubres; Hugo Yasky, de la CTA, y el banquero Carlos Heller, mecenas de las aventuras electorales del excandidato a gobernador.

Por la tarde, fue convocado otra vez a Olivos. Antes cumplió con el protocolo del agradecimiento público por la convocatoria presidencial. Deberá esperar hasta octubre para -la burocracia del plazo para impugnaciones no vinculantes- jurar finalmente en el AFSCA.

La elección de Sabbatella por parte de Cristina se bifurca en varias direcciones. Es un premio a quien fue, en 2011, el principal escudero K contra Daniel Scioli, a quien combatió como candidato bis del kirchnerismo por la gobernación bonaerense.

Fue el paso previo al proceso de fusión definitiva. Antes, en 2009, encabezó una oferta silvestre que enfrentó a Néstor Kirchner durante las testimoniales, elección que el 28 de junio ganó Francisco de Narváez en alianza con Mauricio Macri y Felipe Solá.

Antes del triunfo de Cristina había explorado un ensamble con otros alcaldes «progres». Más de una vez compartió atril con el porteño Aníbal Ibarra, Hermes Binner, por entonces intendente de Rosario, y Luis Juez, que estaba al frente del municipio de Córdoba.

Transitó por la autopista angosta, casi un monocarril, entre el «modelo K» y sus aliados del PJ de quienes lo separa una malquerencia mutua. La empatía territorial entre Kirchner y los caciques del conurbano rabioso fue, durante esos años, el argumento central de Sabbatella para no terminar de asumirse como K.

En 2011, aunque pudo jugar suelto contra Scioli por la gobernación, Cristina fusionó las boletas de diputados nacionales. Por esa vía, integrado a una tira corta maileada por el exintendente al despacho de Carlos Zannini, Harispe entró a la lista del FpV.

El proceso diezmó a la tropa de Nuevo Encuentro: padeció fugas hacia La Cámpora y el Movimiento Evita. Más reciente, la inclusión del NE en Unidos y Organizados, prueba del ácido definitiva de la alineación sin objeciones, perfiló la designación conocida ayer.

A futuro, por la dimensión que para el Gobierno tiene la aplicación de la ley de medios -en particular con el grupo Clarín-, Sabbatella se convierte en uno de los cruzados mayores del cristinismo. Asoma como el ejecutor de una embestida que tiene fecha: 7 de diciembre.

Más allá de la toma de esa Bastilla, el peronismo que lo desprecia y el kirchnerismo blanco que lo abraza como uno de los propios, se permite especular que el AFSCA puede servirle, como ocurrió con Mariotto, como vidriera de sacrificio y entronización.

En principio, Sabbatella no renunciará a su banca. La ganó en 2009 cuando estaba asociado a Víctor De Gennaro y Libres del Sur. De hecho, su lugar -en caso de dimisión- lo ocuparía Jorge «Huevo» Ceballos.
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