Bush y Obama: continuidad de la política de militarización y saqueo en África
PIA.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cerró el martes una gira por países africanos, que incluyó a Senegal, Sudáfrica y Tanzania. En pos de hacer frente a las inversiones provenientes de China, prometió acuerdos comerciales, mejoras de infraestructura e incluso habló de “una nueva era” en las relaciones. En su último día en el continente estuvo reunido con su antecesor George W. Bush, en una perfecta alegoría acerca de la continuidad de la política imperialista en la región.Uno de los grandes objetivos de la gira de Barack Obama por los países de África – que se inició el pasado 26 de junio- , fue contrarrestar y reducir el peso regional comercial de China. En Sudáfrica, por ejemplo, hizo explícita advertencia acerca de las inversiones del país asiático acerca de que “ha sucedido en muchas ocasiones en la historia que empresas extranjeras vienen a África a llevarse la materia prima, pero luego las fábricas y los puestos de trabajo están fuera del continente”, enfatizó. Con anterioridad, en Senegal, había reconocido “el gran potencial” para el comercio e inversiones del continente africano, que podría ser aprovechado por las empresas norteamericanas. En el mes de marzo, el presidente chino Xi Jinping también recorrió el continente y alcanzó avances en la región este.
Los discursos de Obama fueron esfuerzos sistemáticos por dar cuenta de “una nueva era” en las relaciones de su país con los africanos. “Estamos buscando un nuevo modelo que no se base únicamente en ayuda y asistencia, sino en comercio y asociación”, sostuvo.
A su vez, el presidente estadounidense no dejó pasar la oportunidad de hacer referencia al terrorismo que se “cobra la vida de incontables africanos inocentes”. Sin embargo, se apresuró a aclarar que son los propios países los que deben garantizar su propia seguridad. “El objetivo es que África construya África para los africanos. Y nuestro trabajo es ser un socio en ese proceso “, afirmó junto a su homólogo tanzano, Jakaya Kikwete. En ese marco anunció un nuevo programa de 7 mil millones de dólares para invertir en la “mejora de la red de energía eléctrica” continental.
Recursos estratégicos y AFRICOM
En la jornada del martes, los medios internacionales cubrieron el encuentro en Tanzania del actual presidente Barack Obama y su antecesor George W. Bush. La versión oficial es que ambos mandatarios se encontraron para rendir tributo a las víctimas de los atentados en 1998 contra las embajadas de EEUU en Tanzania y Kenia. Las poses para las fotografías de los medios de comunicación alcanzó incluso a sus respectivas esposas, ya que Michelle Obama participó en un foro de “primeras damas” organizado por Laura Bush.
Sin embargo, el actual mandatario ya había hecho referencia a su homólogo al hablar de la histórica “ayuda humanitaria” que EEUU le cedió al país y al continente. Obama felicitó la labor de su par anterior y destacó que gracias “al compromiso del gobierno de Bush y del pueblo estadounidense, se han salvado millones de vidas”.
Lejos de ser una mera salutación de cortesía, la cita y el encuentro desnuda los lazos más íntimos entre las gestiones de ambos presidentes para con el continente. Con China como contrincante, la estrategia de despliegue que comparten busca el acceso y enajenación de los recursos naturales valiosos a lo largo del continente y de la región subsahariana en particular.
La mayor parte del Producto Bruto Interno del continente africano se concentra en 5 de los 49 países sub-saharianos, donde Sudáfrica y Nigeria representan por sí solos el 33 por ciento de la economía de la región. El continente se caracteriza por la riqueza en petróleo – 10 por ciento de las reservas mundiales conocidas- , gas, aluminio, hierro, cobalto y oro entre otros minerales. En el marco de la disputa por la hegemonía estadounidense, China es el segundo consumidor mundial de energía que se importa desde el África subsahariana, con alrededor del 30 por ciento del petróleo y del gas que necesita.
Luego del proceso de descolonización y aculturación occidental, las deudas externas que debieron contraer los gobiernos africanos en los años 70 y 80 terminaron siendo impagables, situación en la que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) aprovecharon para diseñar y aplicar políticas neoliberales. A la par, el saqueo de tierras, minerales y bienes comunes se intensificó en los últimos años y el continente pasó de ser exportador a importador de alimentos.
En ese proceso se intensificó la militarización en pos de la enajenación de recursos. Durante la gestión de George Bush se acrecentó la relación entre el Pentágono y las petroleras, ante lo cual abundaron inversiones en maquinaria bélica, entrenamientos y despliegues en países tales como Angola, Chad, Costa de Marfil, República del Congo, Kenia y Malí.
También es su responsabilidad la creación en el año 2007 del Comando África de EEUU (AFRICOM), el cual regula las operaciones militares en 53 países africanos – excepto Egipto-. Bajo el argumento de desarrollo y “ayuda humanitaria”, es parte de la estrategia de despliegue por el continente en pos de asegurar el libre acceso a hidrocarburos y otros recursos estratégicos; un modo de eliminar la influencia de China y otros países en la región.
“Este nuevo comando fortalecerá nuestra cooperación en seguridad con África y creará nuevas oportunidades para apuntalar las potencialidades de nuestros socios en ese continente. El Comando África mejorará nuestros esfuerzos para traer paz y seguridad a la población de África y promoverá nuestros objetivos comunes de desarrollo, salud, educación, democracia y crecimiento económico para el continente”, sostuvo la Casa Blanca en el año 2007. Conceptos similares a los esgrimidos por Barack Obama en su última gira acerca de la cooperación.
En consonancia con esos objetivos, la gestión de Barack Obama se encarga de profundizar el despliegue del AFRICOM. A modo de ejemplo, el Pentágono confirmó a fines del año pasado el envío de grupos militares a más de 35 países africanos a partir del año 2013. La versión que se mantuvo desde norteamérica habla de “pequeños equipos” militares que se limitarán al entrenamiento y equipamiento de las fuerzas locales en Libia, Argelia, Kenia, Sudán, Uganda y Níger.
Otro emblema de la continuidad de las políticas de militarización en África entre mandatarios imperialistas es la actual asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice, quien fue la encargada de incitar y luego ocultar ante la mirada internacional el genocidio perpetrado por sus aliados Ruanda y Uganda a partir de la invasión de la República Democrática del Congo en 1996. Durante la gestión de Bill Clinton fue Secretaria Asistente de Estado para Asuntos Africanos en 1997; en la presidencia de George Bush , Rice fue paladín de las intervenciones militares en África (contra Sudán y Somalia, por ejemplo). Durante el mandato de Obama, fue primero embajadora ante la ONU y siguió siendo un bastión en la embestida contra África.
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