Palabras de
Jorgen Randers, autor de 2052
El informe Los límites del crecimiento abordó
en 1972 la gran incógnita de cómo se adaptaría la humanidad a las limitaciones
físicas del planeta Tierra. Sus autores, entre los que yo me contaba, ofrecían
estas previsiones para el período actual:
• Durante
la primera mitad del siglo XXI se detendrá la constante expansión de la huella
ecológica de la humanidad.
• La
utilización de los recursos y el impacto medioambiental de la humanidad se
reducirán a niveles sostenibles a largo plazo.
En el informe original preveíamos que esto
podría suceder de distintas maneras, por ejemplo, como resultado de un
"abuso y colapso" catastrófico de los recursos; o bien como resultado
de un "pico y declive" bien gestionados.
2052 es mi informe de situación al cabo de
cuarenta años, motivado por la curiosidad y por un deseo de explorar si,
sabiendo lo que sabemos en 2012, la humanidad logrará estar a la altura de las
circunstancias y abordar eficazmente las insostenibilidades a las que aún nos
enfrentamos. 2052 presenta mi previsión para los próximos 40 años, basada en
las proyecciones de otros científicos, futurólogos e intelectuales. Y esto es,
en resumidas cuentas, lo que yo pienso que va a ocurrir:
Es cierto que el proceso de adaptación de la
humanidad a las limitaciones del planeta ha comenzado. Los esfuerzos para
limitar la huella ecológica se mantendrán durante los próximos cuarenta años.
El crecimiento futuro de la población mundial y el PBI global se verán
limitados no sólo por esos esfuerzos, sino también por el rápido descenso de la
natalidad como resultado de la urbanización, el descenso de la producción como
consecuencia de la inquietud social, y la pobreza en la que continuarán sumidos
los dos mil millones de habitantes más pobres del planeta. Al mismo tiempo, la
eficiencia de la utilización de los recursos y la aplicación de soluciones
respetuosas con el clima avanzarán a pasos agigantados. También se producirá un
cambio de enfoque y la humanidad se interesará más por su bienestar y menos por
el crecimiento de los ingresos per cápita. Aun así, a tenor de la exhaustiva
base de datos sobre la que se basa 2052, parece que la respuesta de la
humanidad será demasiado lenta. El factor crítico serán las emisiones de gases
de efecto invernadero resultantes de la actividad humana. Estas emisiones
seguirán siendo tan elevadas que es probable que nuestros nietos tengan que
vivir en un planeta con un calentamiento global retroalimentado y, por lo
tanto, desbocado, en la segunda mitad del siglo XXI.
Algunos pronósticos de 2052
•
La población mundial se estabilizará antes
de lo esperado porque la natalidad se reducirá drásticamente entre un población
cada vez más urbanizada. La población alcanzará un pico de 8.100 millones justo
antes de 2040, a partir de lo cual comenzará a declinar.
•
El PBI global crecerá más lentamente de lo
esperado a causa de la ralentización del crecimiento de la población y del
descenso de las tasas de productividad (bruta del trabajo). Hacia 2050, el PBI
global se situará en torno a 2,2 veces los niveles actuales.
•
El crecimiento de la productividad será
más lento que en el pasado debido a que las economías están madurando, al
aumento de la conflictividad social y al impacto de episodios climáticos
extremos.
•
La tasa de crecimiento del consumo global
será más lenta porque será preciso destinar un porcentaje más elevado del PBI a
inversiones para resolver los problemas resultantes del agotamiento de
recursos, la contaminación, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y
la desigualdad. El consumo global de bienes y servicios alcanzará su pico en
2045.
•
Los problemas de recursos y climáticos no
llegarán a ser catastróficos antes de 2052 gracias al incremento de la
inversión social en las décadas venideras (si bien ésta será a menudo obligada
y como reacción a la crisis), pero el cambio climático continuado ocasionará
mucho sufrimiento innecesario hacia mediados de siglo.
•
La falta de una respuesta centrada y firme
en la primera mitad del siglo XXI acercará al planeta a una peligrosa situación
de calentamiento global retroalimentado en la segunda mitad del siglo.
•
La lentitud del crecimiento en el consumo
per cápita en gran parte del mundo (y su estancamiento en el mundo
desarrollado) generará tensiones y conflictos sociales que tendrán, a su vez,
consecuencias negativas sobre el crecimiento ordenado de la productividad.
•
El cortoplacismo de los países
capitalistas y democráticos será responsable de que no se adopten a tiempo las
decisiones inteligentes necesarias para garantizar el bienestar a largo plazo
de la humanidad.
•
La población mundial se urbanizará cada
vez más y estará cada vez menos dispuesta a proteger la naturaleza por su
propio bien. La biodiversidad saldrá perjudicada.
•
El impacto será diferente en las cinco
regiones analizadas en el libro: los Estados Unidos; el resto de las naciones
de la OCDE (que incluye la Unión Europea, Japón y Canadá y la mayor parte del
resto de los países industrializados); China; BRISE (Brasil, Rusia, India,
Sudáfrica y otras diez grandes economías emergentes); y el resto del mundo (los
2,100 millones de personas más desfavorecidas).
•
Sorprendentemente, quienes más van a
perder serán las élites económicas mundiales actuales, en particular los
Estados Unidos (que experimentará un estancamiento del consumo per cápita durante
la próxima generación). China saldrá ganando. El grupo de naciones BRISE
progresará. El resto del mundo permanecerá sumido en la pobreza. Todos, pero
especialmente los pobres, viviremos en un mundo cada vez más conflictivo y más
afectado por el cambio climático.
•
El mundo de 2052 no será desde luego un
mundo uniforme, ni "plano": las diferencias de sentimientos y
condiciones de vida entre las cinco regiones serán drásticas.
MÁS INFO AQUI:
http://transitionculture.org/2012/08/17/an-interview-with-jorgen-randers-its-the-story-of-humanity-not-rising-to-the-occasion/
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