domingo, 9 de junio de 2013

LOS CIBERVIGILANTES AL ACECHO

La red de vigilancia global sobre la que Obama planeó su ciberguerra

Un documento secreto emitido por el ejecutivo estadounidense en octubre solicitaba al servicio de inteligencia de su país que se preparara para lanzar ataques cibernéticos a objetivos alrededor del mundo sin levantar la alerta.

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Un día después de que se conociera que el Reino Unido había colaborado con Estados Unidos recopilando información privada de las mayores empresas de Internet del mundo, el escándalo de espionaje que involucra a las grandes potencias tuvo un nuevo capítulo. Un informe secreto difundido ayer prueba que el presidente de EEUU, Barack Obama, había ordenado en octubre de 2012 a los funcionarios del servicio de inteligencia y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) que elaboraran una lista de posibles objetivos de cyberataques en el exterior. Las revelaciones actualizan un debate incómodo para los gobiernos acerca de la necesidad de violar la privacidad de las personas bajo el pretexto de una mejora en las condiciones de seguridad.
El Parlamento británico solicitó al centro de escuchas y decodificación de los servicios secretos de su país, conocido por sus siglas en inglés como GCHQ,  que le informe sobre el presunto uso del programa de vigilancia de Internet elaborado por Estados Unidos que denunciaron conjuntamente  el diario inglés The Guardian y el estadounidense The Washington Post. "No hay nada ilegal" en que exista un acuerdo de inteligencia, señaló el presidente del comité parlamentario de Inteligencia y Seguridad del Reino Unido, Malcolm Rifkind. El comité "decidirá qué debe hacer en cuanto reciba más información", agregó Rifkind, bajando el tono de la polémica desatada. Sucede que el pedido de informes responde más a un gesto político ante la opinión pública que a una escandalizada reacción por el descubrimiento de una irregularidad.
En los hechos, la alianza de los servicios de inteligencia del Reino Unido y de Estados Unidos se remonta a fines de la segunda mundial. Las grandes potencias anglosajonas se unieron a Canadá, Australia y Nueva Zelanda para crear el acuerdo de seguridad UKUSA, que consistía en recolectar información y compartirla entre los países integrantes. Claro que la coordinación de todo el plan estaba en manos de la NSA estadounidense.
Pese a algunas aisladas denuncias, el lazo entre las agencias de inteligencia se mantuvo en secreto durante bastante tiempo hasta que su uso con fines comerciales hizo sonar las alarmas de la Unión Europea en el año 2000. Un informe presentado ante el Parlamento del grupo de los 27 ató cabos sobre algunos hechos y demostró que la pérdida de un contrato con Brasil del grupo francés Thompson-CSF por 1.300 millones de dólares a favor de la estadounidense Raytheon y la caída de otros dos acuerdos por 6.000 millones de dólares con Arabia Saudita de la paneuropea Airbus, que fueron capitalizados por Boeing y Mc Donnell Douglas, no eran mera casualidad. Salió a la luz entonces el sistema Echelon, considerado la mayor red de espionaje y análisis para interceptar comunicaciones electrónicas de la historia.
El filósofo y eurodiputado Gianni Vattimo, que integró la comisión de la Eurocámara que investigó la red Echelon, señaló en una entrevista con Tiempo Argentino publicada en abril que este sistema les permitía a los “espías” burlar el sistema judicial de los distintos países ya que se entrometían en comunicaciones en cualquier parte del mundo sin orden de un juez. Consultado acerca de la inacción de los países vulnerados, Vattimo destacó que individualmente  los países no podían hacer nada. “Son cuestiones militares y no se discuten públicamente, están ligadas a los tratados internacionales y los gobiernos europeos forman parte de la OTAN, donde Estados Unidos es el que comanda todo”, explicó.
El programa de vigilancia hecho público en los últimos días, titulado Prism, es considerado parte de Echelon. Según los medios de EEUU y el Reino Unido, permite a sus organismos de inteligencia tener acceso a videos, fotos, correos electrónicos, documentos y datos de contacto de Internet fuera de sus países de origen. 
El argumento del combate del terrorismo sirve a los gobernantes para lograr el consenso necesario para que el programa continúe en secreto. El problema es cuando, de manera inesperada, su existencia adquiere conocimiento público y las excepciones a su declarada finalidad  se vuelven norma.   «

Facebook y google buscan despegarse

Larry Page y Mark Zuckerberg, directores generales de Google y Facebook, respectivamente, salieron a despegarse de las versiones que señalaban que sus compañías facilitaban voluntariamente información de sus usuarios a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense. "No participamos en ningún programa que permita al gobierno estadounidense ni a ningún otro acceso directo a nuestros servidores", escribió en la noche del viernes el co-fundador de Google Larry Page en una entrada en su blog. También el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, se manifestó de forma similar, y aseguró que su red social está  "agresivamente" protegida de todo intento de acceso directo a los datos de sus usuarios.
Además de Facebook y Google, los diarios The Guardian y The Washington Post aseguraron que también Apple, Microsoft y Yahoo!, entre otras empresas entregaban información a la NSA. Pese a los desmentidos, estas confirmaron que en los casos de resolución judicial sí ponen la información a disposición de las autoridades.
Ap y dpa

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