Monsanto no alimenta al mundo sino a la industria farmacéutica
Los accionistas de Monsanto, el mayor fabricante de pesticidas que asesinan mamíferos, no sólo controlan el suministro mundial de alimentos sino también la industria farmacéutica, además de respaldar-contribuir al programa de armas de destrucción masiva -y biológicas- diseñado por-para los gobiernos de Inglaterra, Estados Unidos e Israel.
Un cartel en la reciente protesta global donde participaron 200 millones contra Monsanto preguntaba:¿”Por qué el mayor fabricante de pesticidas produce-modifica tus alimentos”? La respuesta es triste, por no decir espantosa. Y mientras muchos ingenuos, periodistas cooptados y funcionarios corruptos sostienen que esta denuncia es infundada, la propia corporación exhibe alegremente en su web oficial “las relaciones entre la empresa Monsanto, Pharmacia Corporation, Pfizer Inc. y Solutia Inc“.
Hasta septiembre de 1997, la empresa entonces conocida como Monsanto Company (ex Monsanto) operó abiertamente en el campo de productos agrícolas (Business Ag), pero también en la creación de fármacos y artículos relacionados a la nutrición (Pharmaceuticals Business), además de crear y comercializar productos químicos (Chemicals Business). La corporación hoy conocida como Pharmacia, un brazo de Monsanto, es ahora una filial de Pfizer Inc., que junto a sus subsidiarias opera el negocio de productos farmacéuticos.
Otro brazo de Monsanto es Solutia, que comprende actualmente las mismas operaciones, activos y pasivos que pertenecieron antes a la división Chemicals Bussiness. Por supuesto Monsanto intenta engañar al público diciendo que ahora la corporación biotecnológica agrícola, Pharmacia y Solutia están separadas y “son distintas”. Lo cual no se refleja en los hechos financieros y ganancias de las tres entidades que claramente dependen de las otras, interactúan y se benefician constantemente.
No es ningún secreto que muchos funcionarios destacados de la FDA y la USDA son ex ejecutivos de Monsanto, Pfizer, Merck, Bayer, Syngenta, Novartis, y de todas las grandes empresas industriales farmacéuticas, alimentarias y biotecnológicas. Gracias a documentales científicos como Food, Inc. y “Capitalismo: Una historia de amor”, la consciencia pública aumentó en este sentido.
Debido a los intensos vínculos entre las agencias reguladoras estatales y las corporaciones, el poder político genera con frecuencia grandes beneficios para las grandes empresas de “salud”, amenazando la seguridad de las personas.
Big Agra y Big Pharma
Ambas industrias tienen su origen en el sector químico. No olvidemos que Monsanto creó la bomba atómica. Por lo tanto resulta bastante coherente, la verdad, que estas dos ramas superficialmente separadas fabriquen productos sintéticos utilizando la misma ingeniería genética, tóxicos y cancerígenos, destinando millones de dólares en propaganda para mantener “la separación”. Si no lo hicieran su conspiración genocida-financiera -a costa de una población desnutrida por transgénicos sin nutrientes básicos e inductores de enfermedad- y el enorme aumento en las tasas de personas fuertemente medicadas quedaría expuesta.
Es tan evidente que ni siquiera debería considerarse “conspiración”. Monsanto trabaja para obtener el control total sobre el suministro de alimentos y los modifica genéticamente logrando una máxima rentabilidad (para Monsanto) y todos los beneficios posibles (para Monsanto), ocultando las consecuencias dañinas de sus productos para la salud humana o el medio ambiente. Convenientemente la alteración genética es complementada con irradiación nuclear, pesticidas y herbicidas fabricados por Monsanto, que destruyen por completo cualquier valor nutricional de los alimentos.
Los seres humanos consumen fuertes dosis de estas sustancias químicas peligrosas, mientras los alimentos carecen del soporte vital de los nutrientes y vitaminas, minerales y antioxidantes presentes en los alimentos orgánicos. El resultado de esta maniobra corporativa es una epidemia de problemas de salud, como lo demuestran las crecientes tasas de enfermedades: Más cáncer, enfermedades del corazón, diabetes y Alzheimer. ¿La solución propuesta? Más productos químicos, esta vez con forma de medicamentos, fabricados por la industria farmacéutica, felizmente suministrados por amigos y socios de Monsanto, e incluso de corporaciones creadas por Monsanto como Pharmacia (Pfizer).
Diego Ignacio Mur
Twitter: @DiegoMur
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