viernes, 14 de junio de 2013

LOS PATRONES QUIEREN DEVALUACIÓN

LOCKOUT AGRARIO EN BUSCA DE LA DEVALUACIÓN

Los que van a desabastecer. Ferrero (CRA), Buzzi (FAA), Etchevehere (SRA) y Garetto (Coninagro) lanzando el lockout patronal.

Patrones en huelga

 

 

Una vez más, la Mesa de Enlace elige la confrontación. Impulsa un cese de la compraventa de productos agropecuarios entre el sábado 15 y miércoles 19. Quieren un dólar más alto.

La fotografía de los cuatro representantes de las patronales agropecuarias anunciando la huelga comercial de granos, productos no perecederos y hacienda en pie con destino a faena el 11 de junio pasado fue todo un gesto político, a dos meses del comienzo de las elecciones legislativas. Es que varias de las razones que esgrimen para argumentar sus medidas contrastan con los datos de la realidad.
La Mesa de Enlace decidió impulsar un cese de la compraventa de productos agropecuarios entre el sábado 15 y el miércoles 19 de junio próximos sobre la base de un amplio abanico de reclamos que van desde la caída en la competitividad de las economías regionales hasta la eliminación de las retenciones móviles. “Hay que disminuir las retenciones hasta su eliminación final”, dijo Rubén Ferrero, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Las cuatro entidades –CRA, Sociedad Rural, Federación Agraria y Coninagro– se quejaron de que el Ejecutivo nacional restrinja las exportaciones de ciertos productos como el trigo y aplique impuestos a sus ventas al exterior. El caso emblemático es la soja, a la que el Gobierno le impone una retención del 35 por ciento.

Al cierre de esta edición, un día después de que la Mesa de Enlace anunciara el lockout, la tonelada de soja cotizaba a 563 dólares, y alcanzaba uno de los valores más altos del mercado. El alza en la cotización coincidió con una cosecha que roza los valores históricos. Hasta Buzzi debió aclarar: “A pesar de las medidas de este gobierno, el esfuerzo del productor y el buen tiempo ayudaron a que la cosecha sea buena”.

Es que se estima que para el ciclo 2012/2013 la producción será de entre 47 y 52 millones de toneladas. De este total se exporta un aproximado del 80 por ciento, explicaron fuentes del sector a Veintitrés.

Un informe de la Bolsa de Cereales del 31 de mayo pasado destacó que las regiones Núcleo Sur y Núcleo Norte compensaron las pérdidas que se registraron en el sector NOA y NEA. Es que en los primeros dos sectores “los resultados al cierre de la cosecha se ubicarán por encima de las exportaciones iniciales, e incluso sorprendieron en lotes aislados con rendimientos históricamente nunca antes logrados”.

Ante este escenario, en diálogo con esta revista, Guillermo Martini, coordinador de la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO) y ex subsecretario de Agricultura Familiar, afirmó: “Lo perverso de este paro es que se critican los derechos de exportación cuando estos son un medio para controlar y mantener bajos los precios internos de los alimentos, en condiciones de que no alcancen el precio internacional. La Mesa de Enlace dice que la soja no se come en la Argentina y se queja de que se le apliquen retenciones. Pero como la soja es el cultivo más rentable, el precio de los alquileres del campo se rige por su valor”. “Alguien que quiere alquilar para producir debe pagar en la pampa húmeda alrededor de 25 quintales de soja por hectárea. Con esos alquileres no es rentable producir otra cosa que no sea soja. Si, como pide la Mesa de Enlace, el Gobierno bajase las retenciones a la soja estaría logrando un aumento del 35 por ciento que haría más rentable aún a la soja y competiría con mejores condiciones sobre el resto de los cultivos. No comemos la soja, no obstante es el patrón que marca los precios de los alquileres en el campo y el acceso a la tierra para la producción”, ejemplificó Martini.

En este contexto, el coordinador de la CANPO recordó que más del 70 por ciento de la soja es producida por un grupo reducido de empresas. “La disminución de las retenciones beneficiaría económicamente a la producción concentrada”, aseveró el ingeniero.

En lo que respecta al maíz, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca estimaba una producción de 25.400 millones de toneladas. “Estamos en niveles equivalentes al récord, que fue la campaña 2010/2011”, explicaron desde la cartera.

Otro de los reclamos de la Mesa de Enlace es la situación de las economías regionales. “El sector va al paro agropecuario. Van las economías regionales, todas las regiones productivas, el productor agrícola y el ganadero, por el destrato y la desconsideración, porque no hay respuestas, porque hay soberbia, hay una actitud del gobierno nacional que ha puesto a los productores como enemigos”, había anunciado el titular de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi. El escenario compacto que presenta el dirigente de FAA dista de una homogeneidad real.

El campo está cruzado por diferentes realidades. En el NOA prevalece una sequía como la que sufre Salta, que es alarmante y por la que ocho departamentos fueron declarados en emergencia. Mientras que, por ejemplo, la exportación de vino, mosto, uva de mesa y pasas de uva en el período 2012, que fue el último registrado, sumó un total de 1.292 millones de dólares, según el Instituto Nacional de Vitivinicultura. En el 2002 se habían registrado exportaciones por apenas 226 millones de dólares.

Los referentes agropecuarios también se quejaron porque no son recibidos en conjunto por el Gobierno hace un año y medio. Lo cierto es que el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Norberto Yauhar, los convocó en diversas ocasiones por separado para tratar los problemas de cada sector. Según dijo el ministro en una conferencia de prensa del 12 de junio, la última invitación fue el 1 de marzo de este año. “No es lo mismo tratar de resolver un tema entre un productor de 20 o 30 hectáreas y otro de 4.000, 5.000 o 20.000 hectáreas”, explicó el funcionario.

La convocatoria del ministro dividió aguas en algunas de las entidades. El caso paradigmático fue el de Buzzi, quien decidió no ir a un encuentro oficial a pesar de que la comisión directiva de la federación que representa lo había mandatado para reunirse. Las tensiones también se hicieron sentir en Coninagro, a tal punto que desde la patronal emitieron un comunicado en el que invitaron a los “rebeldes” a abandonar la institución: “Somos conscientes de que nuestras federaciones de cooperativas pueden ser comprometidas por el accionar gremial que llevamos adelante. Lejos de nuestro interés está destruir o perjudicar la herramienta que con tanto esfuerzo construimos, las cooperativas. Frente a esta coyuntura, hemos decidido pedirles a las federaciones que analicen su desvinculación”, firmaron el mismo día en que se anunció el lockout.

“La Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), una de las principales beneficiadas por las políticas del gobierno de fomento a la exportación, y la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita) son algunas de las federaciones cooperativas que están analizando dejar Coninagro”, explicaron fuentes del sector. 

Las grietas internas no son azarosas. Lo que más incomoda a la Mesa de Enlace, más allá de los errores que pueda cometer el Gobierno, es el espíritu del modelo kirchnerista. Es sabido que las entidades promueven una devaluación de la moneda.

Acaso la revelación del productor Raúl Zorzón, en abril, condense el sentir de un sector del campo: “Existen muchos métodos para echar y hacer desaparecer al Gobierno”, dijo en Santa Fe. Una confesión que espantó a quienes se ven beneficiados con las políticas agropecuarias del Gobierno.

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