Señor elector, en tiempos de nuevas enfermedades que aparecen a diario, es bueno saber si el candidato de su preferencia está libre de contagio de populismo y otras enfermedades de transmisión electoral.
Por eso infórmese si tiene completo el carnet de vacunación republicano contra el mal, para lo cual se sugiere seguir la siguiente guía:
¿El candidato concurre puntualmente a los solemnes tedéums en la Catedral todos los 25 de mayo, y escucha con católica unción las homilías de Monseñor Bergoblio o el obispo de turno?
¿Comenta al salir de la ceremonia que las reflexiones del purpurado son un aporte valiosísimo para el encuentro y el diálogo entre los argentinos, y en ese mismo tono se refiere a los pronunciamientos de la Conferencia Episcopal Argentina?
¿Asiste todos los años a la exposición de Palermo organizada por la Sociedad Rural Argentina, cortando la cinta en la inauguración y recorre los stands acompañado de Biolcatti?
¿Pronuncia en la ocasión un discurso aludiendo a la necesidad de liberar las fuerzas productivas del pernicioso intervencionismo estatal, para que el campo pueda desarrollar todo su potencial como locomotora del crecimiento nacional, luego de haber recorrido triunfalmente la pista central del predio en un automóvil descubierto?
¿Acepta gustoso las invitaciones anuales al coloquio de IDEA y pronuncia un discurso a tono con las exigencias de la convocatoria, en el que manifiesta la imprescindible necesidad de establecer reglas de juego claras para promover las inversiones?
¿Es frecuente expositor en los seminarios y jornadas organizadas por Poder Ciudadano, Conciencia y organizaciones similares, disertando sobre temas de gran interés ciudadano como el financiamiento de las campañas electorales, las listas sábana, el voto electrónico, la boleta única y la necesidad de erradicar las prácticas de clientelismo político?
¿Es invitado habitual en los programas de política en televisión, manifestando al concurrir una gran familiaridad de trato con el conductor de turno, con el que además comparte la misma preocupación por el rumbo del país?
¿No se pierde jamás el tradicional brindis del 4 de julio en la embajada de los Estados Unidos, aprovechando la oportunidad para alzar las copas brindando por un vínculo más estrecho entre ambos países?
¿Participa de marchas y convocatorias ciudadanos contra la inseguridad, pero dejando perfectamente en claro que lo hace como un simple ciudadano preocupado por el problema y no en su condición de dirigente político o candidato?
¿Concurre al Consejo Argentino de Relaciones Internacionales a disertar sobre los riesgos del aislamiento argentino del mundo, y las directrices que ha de seguir nuestra política exterior para parecernos a los países serios?
¿Participa de las actividades de la Feria del Libro de Buenos Aires, leyendo un discurso sobre la importancia de la lectura, el fomento de la educación y el rol de la cultura?
¿Concurre a la Expoagro y recorre los stands acompañado por los miembros de la Mesa de Enlace y el ingeniero Huergo, mientras se explaya sobre las virtudes del modelo de agronegocios y la incorporación de tecnología a la actividad agropecuaria?
¿Participa del remate simbólico del primer lote de soja de la cosecha anual en la Bolsa de Comercio, expresando sus deseos de que la cotización de los mercados recompense el esfuerzo de los productores?
¿Asiste a la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas o a los festejos del día de cada arma, ocasión que aprovecha para hacer un llamamiento a no olvidar su decisiva contribución a la gestación misma de la nacionalidad, y manifestar la necesidad de una auténtica reconciliación entre todos los argentinos?
¿Concurre gustoso al programa de Mirtha Legrand, explayándose en elogios a la lucidez y garbo de la conductora, mientras le reconoce que asistir al programa trae suerte?
Si la mayoría de las respuestas a los interrogantes precedentes son afirmativas, vote con tranquilidad y confianza: su elegido es un auténtico hombre de la República que nos conducirá por los caminos del diálogo y el consenso para ser, de una vez por todas, un país en serio.
Si en cambio la mayoría de las preguntas arrojan una respuesta negativa, aléjese de inmediato del candidato en cuestión, ni piense en elegir su boleta e introducirla en la urna y difunda los resultados de la encuesta entre sus familiares, amigos y personas de confianza.
De lo contrario, quedará usted inmediata e irremediablemente contagiado y si el mal se propaga a otros electores, el proceso de chavización será irremediable.
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