Leemos en La Nación -nada menos- este artículo de Nicolás Massot (que no es Vicente, el de La Nueva Provincia de Bahía Blanca, procesista, ex funcionario de Menem y justificador de la tortura), relativo a un tópico clásico del pensamiento prepolítico argentino: "las políticas de Estado a largo plazo".
Y sin embargo, leyendo atentamente el artículo cabe preguntarse: ¿no hay allí, aun a regañadientes, un reconocimiento a la realidad, a méritos y logros del kirchnerismo que ya no se pueden ocultar o desconocer, incluso a la inevitabilidad de la reelección de Cristina?; preguntas que nos hacemos nada más.
Sin embargo con la derecha argentina hay que tener mucho cuidado: cuando parece que está levantando la bandera blanca, es porque en realidad está preparando un nuevo ataque, a no dormirse en los laureles.
2 comentarios:
algo se traen...estemos atentos.
Levantar la bandera blanca para la derecha,significaría resignarse a perder las ganancias originadas en la concentración económica.
Nunca se resignarán a perder sus ganancias.Nunca.
Esa es su única ideología:la maximización de ganancias.
Por eso, mientras se lo impidan, nunca habrá bandera blanca.Si te muestran esa bandera, con una mano la levantan, mientras con la otra mano, accionan el detonador para que explote el mercado y generar el caos social, creando
la necesidad del desembarco del "orden" , que incuye libre mercado y ganancias ilimitadas.
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