jueves, 3 de febrero de 2011

OTRO SOCIO DEL CLUB DE LOS PELOTUDOS IMPORTANTES


Leemos aquí en el excelente blog Puede Colaborar declaraciones de Mario Pergolini sobre la aplicación de la ley de medios, que lo pintan de cuerpo entero: ayer, un presunto rebelde con causa, hoy otra viuda del menemismo que extraña los tiempos de la pizza con champán; siempre, un pelotudo importante como Lanata o Caparrós por ejemplo.

Típica criatura de los medios nacido al estrellato en los inolvidables años 90', cuando los periodistas y animadores televisivos reemplazaban a la dirigencia política para canalizar la bronca ciudadana contra el menemismo (a fuer de ser sinceros, nos parece que, en los más de los casos, contra sus excesos grasas y no contra el corazón del modelo), Pergolini tuvo entonces su cuarto de hora y lo supo aprovechar.

Claro, cuando la sociedad se complejizó, y de la mano de Kirchner reapareció la política ocupando el rol que debe ocupar (haciéndose cargo de las cosas de las que nadie se hacía cargo, hablando de lo que no se hablaba), ya no alcanzaba con unos cuantos movileros chistosos y recursos de edición televisiva, para ser un referente social.

Menos cuando alguien desde el mundo de la política (como lo hizo Kirchner) te deja pagando mal en tu propio jueguito burlón, que servía para demostrar que la tenías más larga que todos, y eras un banana fenomenal.

Y eso a Marito (y a otros como Lanata), aunque estén muy cómodos en el status de burguesito acomodado que supieron conseguir (y mantener) les molesta un poco -o mucho-. Y se nota.

De lo contrario no se entiende como alguien que fue catalogado como un adalid del denominado "humor inteligente" no diga ni pío de las razones por las que la ley de medios no puede ser aplicada en su totalidad; sobre todo en lo que refiere al desmantelamiento de los multimedios hegemónicos: la resistencia desesperada -con cuanto recurso legal o no tengan a su alcance- que éstos le oponen, especialmente Clarín.

Pero incluso en la parquedad de las declaraciones del habitualmente locuaz conductor, se filtra una preocupación verdadera: para él los multimedios no son un problema (al fin y al cabo, consiguió espacios para sus programas en todos ellos), pero que el Estado se meta a regular la publicidad en los medios audiovisuales (su duración, la publicidad no tradicional encubierta conocida vulgarmente como "chivos", etc) sí lo es.

Y es que el hombre construyó con eso su ¿pequeño? imperio económico, facturando a las principales empresas del país, bancos y multinacionales incluidas. Se sabe: no hay pseudo discurso progre que logre espantar a un anunciante en busca de unos cuantos puntos de ráting.

Al fin de cuentas y simplificando las cosas, un Hadad de centroizquierda, que reemplazó al fallecido García Hamilton por Felipe Pigna. 

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