domingo, 27 de febrero de 2011

EL PROYECTO NACIONAL O EL ABISMO


NO ES UN SLOGAN NI UNA EXAGERACIÓN.

La Presidenta presentó, como una actividad más, el "Plan estratégico Industrial 2020", y al día siguiente inauguró las obras que llevaron a Yaciretá a su máxima capacidad de generación de energía. Los medios publican detalles del plan y del acto de inauguración; y posiblemente algunos argentinos, recorrerán la noticia como una más, mientras encontrarán, quizás en la misma página –del diario o web-  alguna declaración de Sanz, Macri , Carrió o de cualquier otro opositor al Gobierno Nacional.

Si en el año 2001 o 2002, alguien hubiera planteado que en el año 2010 las exportaciones alcanzarían a 68.500 millones de dólares, que el superávit comercial llegaría los 12.057 millones de dólares, que el PBI resultaría de 356.505 millones de dólares, que el PBI per cápita sería de 8.700 dólares, que la economía crecería a un ritmo del 9% anual, que la tasa de desocupación descendería al 7,3% , si alguien hubiera planteado esto hace nueve o diez años atrás, hubiera sido fuertemente medicado e internado inmediatamente con la colaboración de su propio grupo familiar y con un chaleco de fuerza reforzado.
Ni hablar si hubiera planteado hace diez años, que además de esa economía vigorosa, aparecerían políticas inclusivas históricas, como la asignación universal o la incorporación de millones de argentinos al sistema previsional, o si hubiera hablado de un impresionante crecimiento del poder adquisitivo real de los asalariados y su notable participación en la renta nacional. El siquiatra escuchándolo, mientras ordenaba que reforzaran las ataduras y triplicaran la medicación, hubiera pensado que la siquis humana produce laberintos de locura de una profundidad insondable.

Sin embargo, esa es hoy la realidad de Argentina, pese a la desopilante posición cotidiana de Clarín, La Nación y demás medios atados a intereses que no coinciden con los de la gente común.  Por eso, escuchar hoy a la oposición, produce hilaridad. Y la Presidenta, mientras tanto y pese a todo lo conseguido, inimaginable pocos años atrás, no se conforma y proyecta un país todavía mejor, con más producción y más redistribución de la riqueza.
Cristina explica, más allá de los excelentes números actuales y su mejora en la proyección, que es necesario concebir al país como una unidad, y que hay que terminar con la dicotomía entre la producción primaria y la industrial, convocando a seguir con este Plan destinado a dar mayor valor agregado a nuestra producción, a ir completando los eslabones de las cadenas de los distintos sectores en busca de un crecimiento sostenido, habla de mantener la defensa del mercado interno y convoca a realizar un debate participativo y federal sobre las políticas industriales para los próximos 10 años.

Y Macri mientras tanto, no puede ni siquiera solucionar el tema de la basura en la Ciudad de Buenos Aires,el distrito más rico del país. Y Binner, que asistió al acto convocado por la Presidenta, se  queja que la Nación lo discrimina para justificar su profunda incapacidad de gestión. La Provincia de Santa Fe, dispuso durante los últimos tres años, de presupuestos altísimos, nunca antes alcanzados, y sin embargo, cuestiones como la sub ejecución alarmante de la obra pública no tienen otra explicación que la incapacidad de Binner y sus ministros. Eso sí, a las inauguraciones de la autovía Santa Fe-Paraná o a la de la autopista a Córdoba, Binner y sus Ministros asisten y ponen caras de responsables. Pero no se preocupen, de eso nadie los va a responsabilizar, porque Uds. no hicieron nada. Y podríamos seguir con los referentes de la oposición y sus patéticas actuaciones. Hablar de Sanz, de Carrió, de Cobos, pero es hacerle perder el tiempo al que lee.

Al ver actuar a Sanz, Macri , Carrió o Binner, entre otros opositores, no se puede evitar la imagen del helicóptero. Viendo los logros que exhibe Cristina, y que además no la conforman y se plantea superarlos, no se puede evitar ilusionarse con el futuro y confiar en que las metas del Plan van a cumplirse, como hasta ahora se cumplieron sobradamente muchos objetivos planteados.

Por eso, cuando decimos que la alternativa en las elecciones del 2011 es el proyecto nacional o el abismo, no es un slogan ni una exageración. Tampoco una consigna electoralista. Es la realidad, y la gente –la mayoría- no come vidrio.

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