Leemos con gran sorpresa en Infobosta de hoy que el regreso de la Federación de Tierra y Vivienda que encabeza Luis D'Elía a la CTA provocaría la fractura de la central de trabajadores.
Y decimos con sorpresa porque, si la memoria no nos falla, la CTA está absoluta y totalmente fracturada desde hace mucho tiempo, y no precisamente por culpa de Luisito D'Elía.
En la nota incluso Micheli -que se mueve en su relación con los medios hegemónicos como pez en el agua- le hace un guiño a la derecha, al asociar al dirigente de la FTV con la demonización que de él hicieron los medios a partir del famoso episodio del piñazo en ocasión del conflicto por la resolución 125: "es posible que con la llegada de D'Elía terminemos a las piñas, porque es un tipo muy violento", dice el adláter de De Genaro.
Claro, en el momento en que D'Elía lo embocaba al ruralista amigo de los represores entrerrianos, Micheli iba del brazo con Buzzi, Llambías, Miguens y Biolcatti, todos candidatos al Nobel de la Paz; y durante la disputa con Hugo Yaski por la conducción de la CTA, disfrutó en plenitud de la totalidad de los medios de que dispone el Grupo Clarín para pegarle al gobierno.
Curioso estómago el de algunos tipos, que toleran algunas cosas y otras no.
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