SANTIAGO CUNEO, SOCIO DE RICO, VENTURINO Y MORELLO, BENEFICIADO POR UN DECRETO DE MENEMLa saga del carapintada petrolero
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Por Raúl Kollmann y Laura Vales El Poder Ejecutivo publicó esta semana el decreto 1305 que facilita la importación de naftas. La norma está hecha a la medida de un personaje más que curioso, Santiago Cúneo, quien hace menos de un mes imprimió y mandó a pegar miles y miles de carteles en los que aparece abrazado al presidente Carlos Menem, con la consigna Menem 99 al pie. Cúneo es el presidente de la empresa Cop Petrol, impulsora de la importación de naftas, en la que extrañamente aparece asociado con los carapintada Aldo Rico, Emilio Morello y Enrique Venturino. Asimismo, Cúneo es el presidente de Cebra, que agrupa a las estaciones de servicio blancas –las que venden esas naftas importadas, sin marca– y, para redondear, también preside un partido extinguido, la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente), que apareció firmando los carteles de Menem 99. La UCRI funciona en la calle Tucumán 950, es decir el domicilio registrado en la justicia electoral como sede central del Modín. La petrolera reeleccionista-carapintada fue fundada hace relativamente poco, el 22 de enero de 1997, provocando el asombro de empresas de la envergadura de YPF o Esso que no pueden creer su crecimiento explosivo. En el acta de fundación aparecen tres socios, Santiago Cúneo, el del abrazo con Menem; el carapintada ex teniente coronel Enrique Venturino, recordado por encabezar junto a Rico la rebelión de Semana Santa, y un amigo de Cúneo, Mariano Saibene. Muy poco después, el 21 de mayo del ‘97, se produce una venta de acciones y entra como socia Vilma Mónica Edith González, esposa de otro notorio carapintada, Emilio Morello, a quien el juez Juan José Galeano vinculó con la causa AMIA. Por último, ingresó a la sociedad Noemí Crocco, esposa de Aldo Rico. “Sí, el Ñato es mi socio”, le reconoció Cúneo a Página/12. El capital total es de apenas 12.000 pesos. Como es obvio, la petrolera tiene su colateral política. Cúneo se apropió del sello trucho de la UCRI, que no tiene existencia legal, y firmó así los carteles de Menem 99, tres meses después del anuncio presidencial de que no aspira a la re-reelección. En la UCRI no sólo atiende su presidente, Cúneo, sino también el ex teniente coronel Angel León, otro que participa del negocio petrolero. Por último, en las oficinas de la UCRI, en Tucumán 950, segundo piso, están por poner un cartel a la calle con el nombre del partido, a pesar de que desde el punto de vista legal esa oficina figura en la justicia electoral como sede central del Modín a nivel nacional. El Modín es presidido por Morello, representado en Cop Petrol por su esposa, y se sabe que el referente –aunque se haya afiliado al justicialismo– es Aldo Rico, también participante de la petrolera a través de su esposa. Qué son las blancas Las estaciones de servicio blancas son las que no están vinculadas con las grandes empresas petroleras –YPF, Shell, Esso, EG3–, es decir que no tienen una marca reconocida. En general se trata de estaciones que no han sido aceptadas por las compañías grandes, básicamente porque tienen dificultades en el pago o “porque hay algo raro”, según le explicó a este diario un alto ejecutivo de una de las petroleras. –¿Qué es lo raro? –A veces no tienen condiciones de seguridad y otras veces hacen “sopa” –señaló el ejecutivo. Sopa se le dice a la nafta adulterada, mezclada con gasolinas para obtener más litros, y también hay casos de naftas robadas, ya sea a través de desvíos clandestinos de los depósitos o directamente por asalto a los camiones. En los últimos años hubo varias denuncias por la participación de policías bonaerenses en operaciones de “pinchado de caños” e incluso varios oficiales terminaron presos. Por último, hay también denuncias por combustibles que supuestamente van hacia el Paraguay y que en el trasvase de un barco a otro desaparecen en una proporción que puede llegar al 15 por ciento. Más allá de lo que dicen las grandes petroleras, lo cierto es que la mayor parte de las estaciones blancas –son una pequeña parte del total– expenden nafta importada, justamente el negocio en el que revista la alianza reeleccionista-carapintada. Por ejemplo, Cop Petrol ha ido instalando estaciones de servicio blancas, aunque no está claro de dónde vienen los fondos. En el acta de la empresa número 14, de septiembre de 1997, dice textualmente que “habiéndose realizado los estudios correspondientes, se ha concluido en la conveniencia de aplicar parte de los fondos que se obtienen en el crédito gestionado en la República del Paraguay a la compra de la estación de servicio sita en San Martín y Barcalá, de Mendoza”. El importe que se acuerda pagar es de 315.000 pesos. Además de esa estación, el grupo cuenta con otra en Mendoza, alquilada a la orden de los franciscanos, dos en Santa Fe, una a punto de inaugurarse en El Bolsón y una sexta en el noroeste, todo conseguido en 19 meses. El meteórico desarrollo también se verifica en la otra asociación petrolera presidida por Cúneo, Cebra, que agrupa a los estacioneros blancos. Desde sus espectaculares oficinas de Puerto Madero, el amigo de Menem prepara una gran fiesta en el Sheraton, para mediados de diciembre, en la que expondrá su fulgurante progreso en los negocios. Un rico nuevo Quienes conocen a Cúneo desde hace tiempo se sorprenden. En 1996, hace sólo dos años, el hombre ganaba 1500 pesos mensuales como empleado del bloque del Modín en el Congreso. Algunos de sus amigos cuentan que entonces no podía pagar la cuenta de la carnicería, vivía en una casa alquilada y se sentaba al volante de un viejo Renault 18 color celeste. En el último año adquirió una exuberante propiedad en San Miguel, maneja indistintamente una 4x4 o una flamante coupé Alfa Romeo 145 cuadrifoglio y además le compró un auto a la esposa. Lo que se dice un ascenso fulminante. “Lo raro del crecimiento de Cúneo no es sólo el negocio que tiene, sino el origen del capital”, aseguran en las petroleras grandes. De la documentación se desprende que una de las fuentes de dinero parecen ser los extraños créditos venidos del Paraguay, pero no faltan los que dicen que el origen está en la política. “El que diga que los negocios no tienen que ver con la política es un hipócrita”, se sincera el propio Cúneo ante este diario. Y parece que tiene razón. No sólo consiguió armar una estructura asombrosa sino que el futuro se presenta aún mejor: el Presidente le acaba de entregar como regalo el decreto para la importación de naftas. Y él devuelve gentilezas. Desde el cartel sonríe junto a Menem y se muestra como el más reeleccionista de los reeleccionistas.
“Los negocios tienen que ver con la política”
Santiago Cúneo tiene las muñecas llenas de oro, un saco de diseño exclusivo y el celular más chico que se pueda encontrar en el mercado. Entra a su oficina con lentes oscuros del estilo de los de las estrellas de rock, que se saca sólo después de saludar. Llega unos minutos tarde, por supuesto. La oficina, en rigor, es un loft espectacular en Puerto Madero, donde el escritorio del empresario sigue el modelo de un despacho presidencial, con la bandera argentina escenográficamente ubicada detrás de su sillón. En la pared del fondo, sobre un mapamundi, Cúneo colgó un cartel de acrílico que ahora está justo encima de su cabeza. En él se lee: “La historia la escriben los que ganan”. –Soy uno de los últimos radicales, una raza en extinción –dice a modo de presentación–. Empecé en un comité de Belgrano que estaba a una cuadra y media de la ESMA, en el ‘82, cuando no teníamos democracia y había que bancarse a los del Falcon verde dando vueltas. –¿Por qué se hizo radical? –Por tradición familiar. –¿Y cómo un radical monta una campaña de afiches por la reelección de Menem? –Porque Menem es el más hábil. Es el mejor para gobernar los próximos 4 años. No hay quien pueda suplantarlo. Aunque parezca mayor, Cúneo acaba de cumplir 28 años, que le sobraron para forjar un currículum político escandaloso. En 1990, siendo militante de la Juventud Radical, tomó el Comité Nacional de la UCR en apoyo a los carapintada. Lo echaron del partido. “Nos fuimos con Rico porque vimos que era democrático –dice–. Si alguien colaboró para que terminaran los golpes de Estado, ése es Rico. Alfonsín había pactado en Semana Santa y no cumplió su promesa.” Hace unos meses se autoproclamó presidente de la UCRI, partido del que hoy es candidato a diputado por la Capital Federal. Rico ya se había afiliado al PJ. En diciembre sufrió un atentado que en su momento se vinculó con una interna carapintada pero que Cúneo prefiere adjudicar a policías bonaerenses. “Iba con toda mi familia en mi camioneta, estábamos cerca del Unicenter de Olivos. Paré en una esquina y me agaché a juntar el celular que había quedado en el piso de la 4x4. Me salvé porque la camioneta tiene un sistema que presuriza los vidrios. El tipo golpeó la ventanilla con la culata del arma tres veces y no la pudo romper. La cuarta vez directamente amartilló la pistola, como para disparar. Yo arranqué y me salvé por eso. Los bonaerenses querían vincular al diputado del Modín, Emilio Morello, con el atentado a la AMIA, y yo los enfrenté. Por eso el atentado.” Hace tres años compró una estación de servicio en Santa Fe. Hoy preside la petrolera Cop Petrol. “El Ñato es mi socio”, admitirá casi en la despedida. Entonces contará que espera la firma del decreto de desregulación de la importación de naftas, tema que –dice– le planteó al propio Menem. –¿Hace una campaña por la reelección mientras espera un decreto que beneficiará sus negocios? –¿Y qué tiene de malo? El que diga que los negocios no tienen que ver con la política es un hipócrita.
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