viernes, 17 de diciembre de 2010

CON LAS POLLERAS BIEN PUESTAS

Hace poco reflexionábamos en este blog sobre los acontecimientos de Villa Soldatti, en cuanto servían para pensar en una política de seguridad de la democracia.

Decíamos entonces que "El diseño de una política de seguridad que concilie la eficacia en el combate del delito, con el respeto irrestricto de los derechos humanos, es una de las deudas mayores de nuestra democracia; y para eso es crucial la democratización efectiva de las fuerzas policiales y de seguridad , tarea que representa hoy para los gobiernos (el nacional y los provinciales) un desafío de la misma importancia que tuviera el mismo proceso en relación a las Fuerzas Armadas, en la transición desde la dictadura."

También señalamos que "La decisión anunciada por Cristina el viernes pasado (en referencia a la designación de Nilda Garré), por el contexto en que se conoció, el marco político en el cual la concibe y los antecedentes de la persona elegida para afrontar el desafío, parece ir en la dirección correcta."

Parece que no nos equivocamos:



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