jueves, 9 de diciembre de 2010

¡ES LA CONSTITUCION, ESTÚPIDO!

En el diario que la propia embajada de EEUU calificó como "sensacionalista" leemos como el buenazo de Mauricio y su inefable Jefe de Gabinete, Rodríguez Bragueta, nos explican en detalle lo que entienden por diálogo, consenso y abrirnos al mundo.

En el muestrario de inmundicia mental que van vomitando, adjudican la culpa de todos los males no a su propia y total inoperancia para gobernar (algo que se advierte desde Bolivia, y más lejos también), sino a lo que ambos califican como "una política muy permisiva respecto a la inmigración" , y poco más abajo el feliz esposo de Juliana Awada (alguien que de tratar bien a los inmigrantes en sus talleres de costura, sabe un toco), nos amplía el concepto diciéndonos que "En estos momentos hay que mostrar coraje, el mismo coraje que mostró el presidente Lula en Brasil en su combate al narcotráfico", lo cual nos da una idea de lo elaborado de las sinapsis mentales de la derecha argentina.

Eso sí, respondiendo a sus más arraigadas (y fascistas) tradiciones, siempre tirando la piedra y escondiendo la mano, diciendo todo a media voz, sin pronunciar las palabras en las que verdaderamente piensan: palazos, represión, tanques, balas; no sea cosa que -como ha sucedido en Villa Soldatti- luego haya muertos que luzcan mal en las tapas de los diarios, y haya que volver a lo que Macri mejor sabe: hacerse el boludo.

Sus apelaciones a bajar los niveles de crispación son tan hipócritas como su discuso republicano de apego a las instituciones.

Porque habrá que recordarle a Macri y al seleccionado de forros que le soplan al oído el discurso, que lo que ellos llaman "legislación permisiva en materia de inmigración", surge nada más y nada menos que de este otra legislación.

Y encima sus papelones nos hacen quedar como el orto con países hermanos, a menos que eso de "tenemos que volver a insertarnos en el mundo", no corra respecto de determinados países.

Macri se afeitó el bigote por consejo de Durán Barba, lo que no sabemos es para qué se lo aconsejó el gurú ecuatoriano.

Porque si era para diferenciarse de éste otro personaje, con eso sólo no alcanza:

1 comentario:

Anónimo dijo...

El viejo truco de echarle la culpa a la inmigranción... Ni para buscar buenos chivos expiatorios sirven. Habría que aclararle al jefe de gobierno porteño que la gran mayoria de los Argentinos somos hij@s o niet@s de inmigrantes, por mucho que le pese a él y a toda la oligarquia a la que responde.
Agustín Rodriguez.