martes, 28 de diciembre de 2010

QUE NO SE CORTE, CHE

Llega el verano, aprieta el calor, y pareciera que volvió a las pantallas "Grandes Valores del Tango", el ciclo que condujera Silvio Soldán: un corte, una quebrada y volvemos...a los cortes.

Vemos como la cosa se produce en Rosario, y también acá en Santa Fe, pese a las enfáticas declaraciones del responsable de la EPE, quien aseguró hace poco que estas cosas no se iban a producir este verano.

La verdad es que no es para creerle mucho al hombre, porque algo parecido dijeron él y Ciancio el verano pasado, al tiempo que prometían que no tenían previstos nuevos aumentos

La situación del servicio público de electricidad, y la problemática energética en general, han sido de las peores herencias que dejaron las privatizaciones del menemismo: depredación y entrega de las empresas públicas del sector, marcos regulatorios complacientes para los prestadores privados  -que obtuvieron pingües beneficios mientras las tarifas estaban dolarizadas de hecho durante la Convertibilidad- escasa predisposición a invertir entonces, condicionada luego por las presiones al gobierno nacional para que aumente las tarifas, con calificados personeros que se comisionaban al efecto.

En Santa Fe tuvimos nuestra propia experiencia en la materia, con el proyecto privatizador de la  EPE impulsado por Reutemann y Mercier en 1999 con la Ley 11.727, y las idas y venidas de Obeid en la materia.

El congelamiento de las tarifas de los servicios públicos -o por lo menos  la decisión de que sus valores no acompañen la evolución general del resto de los precios- fue una estrategia central del programa económico puesto en marcha a partir del 2003, como mecanismo para favorecer la recuperación de la rentabilidad industrial luego de la mega crisis del 2001; y como instrumento de redistribución de ingresos en favor de los sectores populares.

Esa política fue duramente criticada por "desalentar la inversión", lo que nos llevaría a un "cuello de botella" por la insuficiencia de oferta energética para hacer frente a una demanda creciente y sostenida, como consecuencia de la reactivación económica. Los pronósticos de crisis y colapso total del sistema con apagones generalizados son ya un clásico de las pifias de la época kirchnerista, sólo comparables a las predicciones fallidas de Carrió o de los gurúes de la city porteña sobre la marcha de la economía.

Política que no le impidió al Estado nacional encarar un fortísimo plan de inversiones en generación de electricidad -para ampliar la capacidad global del sistema para resolver la mayor demanda, con récords que se baten año tras año-, y en transporte desde los puntos de generación, a los de distribución; como se explica bien aquí. Si a alguno le interesa ampliar información sobre el tema, acá hay un video que explica otros aspectos importantes.

Pero sin embargo hay cortes de luz, que en nuestra ciudad y provincia tienen singular frecuencia pese a los seis aumentos de tarifas dispuestos desde que Hermes Binner llegara al gobierno en diciembre del 2007 (siete, si se cuenta el aumento del peaje que se cobra para distribuir electricidad a ciertos usuarios industriales catalogados como electrointensivos).
Es decir entonces que en Santa Fe, pese a haberse aplicado en pequeña escala (geográfica, no para el bolsillo del usuario) el manual de las recetas del FMI y de la ortodoxia económica respecto de las tarifas de los servicios públicos, los problemas, lejos de resolverse, se agigantan.

Nosotros desde este blog ensayamos en su momento una explicación, que está además vinculada a otro aspecto también puntualizado por nuestra parte: el aumento de los volúmenes de facturación de la Empresa Provincial de la Energía -fruto del mayor consumo de los usuarios, pero sobre todo de los aumentos de tarifas- incrementa la carga tributaria que la distribuidora provincial debe pagar; pero como esos impuestos ingresan al fisco provincial en forma directa (Ingresos Brutos) o por vía de la coparticipación federal (I.V.A.), la caja del ministro Sciara se ve engrosada por doble vía, sin que esos mayores recursos se traduzcan en obras para resolver los problemas.

En definitiva la explicación en el caso de los cortes de luz, tratándose del gobierno del Frente Progresista , no deja de ser monocausal: su absoluta y total incapacidad para gestionar; algo que, a menos de un año para que Binner finalice su mandato, parece no tener punto de retorno.   

1 comentario:

Anónimo dijo...

ELABAS: Cantalejo estuve sin luz toda la siesta y la p...que te p..., hijo... `PERDON, PERDON, PERDON. ME ESTOY CONTAGIANDO DE LOS DESCARADOS DE ESTE BLOG.