miércoles, 1 de diciembre de 2010

Y MEJOR QUE PROMETER, ES REALIZAR



Y seguimos donde lo dejamos, con otras obras nacionales y provinciales.

Agua potable

En agosto de éste año Cristina vino a Santa Fe para dejar inaugurado el Acueducto Centro Oeste,  una obra completamente financiada por el gobierno nacional que costó 183 millones de pesos, para abastecer de agua potable a 10 localidades de la provincia, que reúnen en conjunto.75.000 habitantes.

Una vez inaugurado, la operación del Acueducto quedó en manos del gobierno provincial por intermedio de la empresa Aguas Santafesinas S.A., la que de acuerdo al proyecto de Presupuesto 2011 remitido por Binner a la Legislatura, invertiría a esos fines  apenas $ 573.948 (o sea el 0,38 % de su plan de obras).

Peor aun es lo sucedido con el Sistema Provincial de Grandes Acueductos diseñado por el gobierno de Obeid, en una provincia donde 1,4 millones de santafesinos (más del 40 % de la población total) carecen de agua potable de fuente segura.

Tras haber dejado sin efecto la licitación convocada por el gobierno anterior, y declarar desierta la convocada por su propia administración, el gobierno de Binner contempla en el proyecto de Presupuesto 2011 realizar (o comenzar a hacerlo) estas obras, a las que valora en su conjunto en $ 1.122.310.000, de los cuáles piensa ejecutar el año próximo $ 75.700.000, o sea apenas el 6,74 % del total; a lo que hay que sumar que éstas obras no tienen financiamiento concreto (no hay por ejemplo préstamos contratados para una obra de esa envergadura), porque están contempladas con recursos de Rentas Generales del Tesoro provincial, todo lo cual permite dudar que siquiera sean comenzadas antes de que el actual gobierno finalice su mandato.

Energía

En materia de generación y transporte de energía, las inversiones nacionales en todo el país desde el 2003 han sido numerosas, pero en el caso de la provincia de Santa Fe y para sólo hablar de obras concretadas, la central termoeléctrica de ciclo combinado inaugurada en Timbúes (donde ya se prevé construir otra más) implicó una inversión de 750 millones de dólares y aporta 840 megavatios al Sistema Interconectado Nacional, y se adjudicó la construcción de otra usina térmica en el parque industrial de Sauce Viejo, por un valor de más de 1100 millones de pesos.

Mientras eso sucede, y la negativa de la oposición a aprobar el Presupuesto nacional 2011 impide iniciar la construcción del gasoducto del NEA (monumental obra que dotaría de gas natural a todo el norte santafesino), el gobierno de Binner contabiliza (y publicita) obras en la Empresa Provincial de la Energía (EPE) por un total de $ 1.606.901.200, pero al 31 de diciembre de este año se habrán ejecutado $ 154.713.200, cifra no sólo muy lejana a los anunciados mil millones de la propaganda oficial, sino que representa apenas un 9,63 % del total del plan de obras, ejecutado en 3 años.

Los importes presupuestados para el 2011 suman otros $ 203.639.000, cifra que superaría en un año holgadamente lo ejecutado en los tres anteriores (lo que pone en dudas su realización efectiva), pero con todo, haría llegar (de cumplirse) la ejecución del plan de obras de la EPE a los $ 358.352.200 (muy lejos todavía de los anuncios oficiales), es decir el 22,30 % en cuatro años (lo cual implica que para terminarlo se necesitarían cinco gobiernos, al ritmo progresista de obra).

Todo eso pese a los seis aumentos de tarifas dispuestos desde el 2008 (el último empezará a regir éste mes), que implican que, por cada peso que gaste la EPE en comprar luz al Despacho Nacional de Cargas, obtendrá $ 2,48 por venderla a los usuarios, relación que viene incesantemente en aumento desde 2007 cuando era de $ 1,89 a 1.

Esos aumentos de tarifas significaron además una progresiva licuación de los costos de la empresa, porque la compra de electricidad representaba en el 2007 el 49,03 % de sus gastos, en el 2008 el 43,25 %, en el 2009 el 37,46 % y sería el año próximo el 35,74 %; cifras todas a tener en cuenta porque los subsidios nacionales al precio de la electricidad no disminuyeron, ni por asomo, en esa proporción; del mismo modo que hay que señalar que la EPE. solo invertirá el año próximo en obras el 5,88 % de su presupuesto, y en plata apenas unos 3 millones de pesos más que ASSA, pese a contar con un presupuesto más de cinco veces mayor.

Hospitales y centros de salud

Estas son algunas de las obras más promocionadas por el gobierno del Frente Progresista, cuyos funcionarios se ocupan bien de ocultar el aporte decisivo que hace a su financiación el Fondo Solidario Federal, o Fondo Soja.

El Ministerio de Obras Públicas y Vivienda que conduce el radical Hugo Storero tiene asignados fondos para obras en Salud por $ 150.258.000, de los cuales el 72,60 % corresponden a financiación del  Fondo Soja, porcentaje que se eleva al 77,36 % si se descuentan las “Obras varias sin discriminar” (es decir no vinculadas a un proyecto específico), que en Salud se solventarían con recursos de Rentas Generales.

Varias de las obras en Salud consideradas “emblemáticas” por la gestión provincial, como los nuevos hospitales de Reconquista, Venado Tuerto, “Nuevo Iturraspe” en Santa Fe y el CEMAFE (Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias) son íntegramente financiados con el Fondo Soja; pese a lo cual tienen enormes dificultades para concretarse, las que sólo pueden atribuirse a la ineficacia de la gestión del Frente Progresista.

En el caso del nuevo Hospital Iturraspe, la obra fue licitada y adjudicada por la gestión de Obeid, adjudicación luego dejada sin efecto por Binner propiciando un nuevo llamado a licitación, que culminó en el 2009 con una polémica adjudicación, observada por el Tribunal de Cuentas e insistida por el Ejecutivo.

Por esa razón apareció como obra nueva en el Presupuesto 2009 como “Hospital Nodal Santa Fe”, con un valor de $ 69.120.000, para comenzarse ese año y concluirse en el 2011, pero lo extraño es que el Presupuesto 2010 designó a la obra como “Construcción Nuevo Hospital Iturraspe” (o sea que el famoso Nodal no estaba tan claro donde iba a estar), pero valuada en $ 27.744.547, es decir apenas un 40,14 % de su valor original, y registraba cero (0 %b) de ejecución al 31 de diciembre del 2009, pese a haber sido adjudicada el 21 de abril de ese año por el Decreto 624.

Para compensar esa mora, el presupuesto de este año planteó que el total de la obra (los 27 y pico de millones) se ejecutarían en el transcurso del 2010, y se la finalizaría al 31/12, lo que obviamente no sucederá, y por el contrario está muy lejos de suceder.

Y surge así claramente del propio proyecto de Presupuesto 2011, que habla de una ejecución proyectada para el 31 de diciembre de éste año de $ 31.784.370, con lo cual podría uno preguntarse ¿cómo es posible que no den por finalizada la obra si el valor ejecutado excederá en más de cuatro millones de pesos el total previsto, que fue además el que corresponde a la adjudicación a favor de la empresa ganadora de la licitación?

Muy sencillo, porque el proyecto de Presupuesto 2011 “recalcula” el costo total de la obra en $ 124.111.232, es decir un 347,33 % de aumento de un año a otro, pese a lo cual (y a que la obra se financia en su totalidad con el líquido Fondo Soja) el ritmo de ejecución de obra para el 2011 se rebajaría a 13 millones para todo el año, quedando los $ 79.326.862 restantes (el 63,91 % del nuevo y oneroso valor de obra) para ejecutarse en el 2012 cuando Binner, Storero y Cappiello ya no estén en el gobierno.
Con el nuevo Hospital de Reconquista pasó lo mismo: licitada y adjudicada por la gestión anterior, dejada sin efecto la adjudicación por la actual y vuelta a licitar y adjudicar, con cuestionamientos del Tribunal de Cuentas; en el presupuesto 2009 apareció como obra nueva con un costo asignado de $ 65.600.000, para comenzar a realizarse ese año ejecutando $ 8.511.600, y concluir la obra durante el año 2011.

El Presupuesto 2010, al igual que en el caso anterior, “rebajó” el precio de la obra a $ 30.303.213 (el 46,19 % del valor original), importe que corresponde a la oferta adjudicada en la licitación y que sería solventado en su totalidad con el Fondo Soja, y registraba una ejecución real al 31 de diciembre del 2009 de cero pesos, pese a que la obra (al igual que la del Iturraspe) fue adjudicada durante ese año.

Con el proyecto de Presupuesto 2011 vuelven a aparecer las sorpresas: el valor de la obra se eleva a los $ 122.806.267 (un 305,26 % de aumento del valor adjudicado en la licitación), y la obra acusa una ejecución proyectada al 31 de diciembre del 2010 de $ 9.505.864 (el 7,74 % del nuevo valor calculado); de los cuáles $ 3.900.131,35 corresponden a la redeterminación de precios y adicional de obra aprobados por Decreto 1771/10 para destrabar la parálisis de la obra. Con esos números, igualmente el gobierno planea terminar la obra en el 2012 ejecutando el año que viene sólo 19 millones de pesos, y dejando $ 94.300.403 para el primer año en que Binner ya no esté en el sillón del Brigadier.

El caso del Cemafe no es diferente: de acuerdo a la oferta ganadora (de Dycasa, la propietaria mayoritaria de Aufe, la ex concesionaria de la autopista Santa Fe-Rosario), la obra costaría $ 42.375.274,19, y al 31 de diciembre de este año, para la provincia la obra registrará un 0 % (cero) de ejecución, o sea que hasta después de Año Nuevo, lo único que veremos en el predio de Avenida 27 de Febrero y Salta acá en Santa Fe, serán cartelitos.
El costo total de la obra, que todavía no arrancó (o sea que no podemos hablar de adicionales, trabajos extracontractuales o redeterminaciones de precios) ascenderá a $ 74.040.445, lo que implica un sobreprecio por encima del valor adjudicado del 74,72 %, o dicho en plata, $ 31.665.170,81.
Cada uno saque sus propias conclusiones.

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