Recrudece la violencia en San Pablo y la población ya tolera a los parapoliciales
En la madrugada del domingo fueron asesinadas 15 personas, el doble del promedio diario. Un camarista opinó que ya existe una guerra civil contra los narcos y, según una encuesta, el 43% está de acuerdo con los escuadrones de la muerte.
Por:
Tiempo Argentino
Tiempo Argentino
Al menos 15 personas, entre ellas un niño de cinco años, fueron asesinadas en la madrugada de ayer en San Pablo y sus alrededores, en el marco de la guerra desatada entre las mafias de las drogas, la policía y la actuación de escuadrones de la muerte. Otras 20 fueron heridas. Mientras un magistrado describió la realidad de la más grande ciudad latinoamericana como una "guerra civil" desarrollada en un momento en el que "el crimen organizado controla todo", un sondeo reveló que el 43% de los paulistas aprueba que los policías conformen escuadrones de la muerte.
El número de víctimas de ayer supera el promedio diario registrado en octubre, el peor mes de este año, que fue de 6,6 muertes. Esta es la primera gran ola de crímenes desde que el jueves pasado asumiera como secretario de Seguridad el ex fiscal Fernando Grella, en un cambio de timón para la guerra no declarada entre la policía y el Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor banda de narcotraficantes de Brasil (ver aparte). Grella pidió a los policías que respeten los derechos humanos y ordenó que se investigue la participación de agentes en las masacres.
El caso más grave ocurrió en San Bernardo do Campo, un municipio del cordón industrial de San Pablo, donde cuatro hombres en dos motocicletas abrieron fuego contra un bar y mataron a dos personas e hirieron a otras seis. Una hora después y con la misma modalidad, los disparos se dirigieron contra otro bar cercano, donde no se reportaron víctimas fatales, pero sí tres heridos.
En Osasco, un municipio vecino situado a 40 kilómetros de San Bernardo do Campo, el mismo accionar: cuatro personas murieron y otras 11 resultaron heridas de bala en una masacre perpetrada también por cuatro hombres que se desplazaban en dos motocicletas. Entre las víctimas están un hombre y su hijo de cinco años. En Diadema, en el Gran San Pablo, tres personas fueron asesinadas a tiros cuando conversaban en una esquina. Según la cadena O Globo, en un supuesto tiroteo en la misma barriada, dos sospechosos fueron asesinados por policías militares.
En este marco, el juez Fausto de Sanctis, camarista del Tribunal Regional Federal de San Pablo, dijo que lo que ocurre en el estado es una "guerra civil" entre el crimen organizado y la policía, ante la cual la sociedad está "cerrando los ojos". Según De Sanctis, "la violencia existe por la certeza de impunidad. Creo que el policía brasileño está abandonado, sin estructura de apoyo institucional, es masacrado, no es bien visto pese a ser un representante de la sociedad", agregó quien es considerado uno de los mejores jueces del país.
Cuando el diario Folha de São Paulo le preguntó sobre las ejecuciones fuera de la ley de las que participan policías en zonas previamente liberadas, respondió que "cuando se está en guerra, se está en guerra, y los excesos siempre se van a dar. Ocurre que Brasil está con los ojos cerrados ante esta guerra" que enfrenta a la policía con el PCC. "No quiero refrendar los excesos, por el amor de Dios, lo que digo es que estamos ante una guerra, y la guerra tiene que tener legislación de guerra, pero sin embargo, no existe esa legislación", señaló.
Junto con las opiniones de De Sanctis, se conoció un sondeo de Datafolha –la encuestadora de Folha de São Paulo– según el cual casi la mitad de la población paulista se declaró partidaria de que los policías participen de grupos de extermino clandestinos para combatir a la delincuencia. El 43% tolera que cuando esté fuera de servicio, un policía asesine a un sospechoso o a un delincuente y no sea sancionado por ello. En la misma encuesta, el 55% sostuvo que el mayor responsable del descontrol es el gobernador Geraldo Alckmin, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). «
Ansa y Efe
multas en lugar de cárcel
Los magistrados del Tribunal Supremo de Brasil, que en este momento juzgan actos de corrupción denunciados en 2005, durante el primer mandato del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, coincidieron con el ministro de Justicia, José Eduardo Cardoso, al opinar que el sistema penitenciario del país es "medieval" y ambienta la consolidación de los grandes grupos delictivos, como los asociados con el narcotráfico.
El 14 de noviembre, dos días después de condenar a dos dirigentes de primera línea del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), el juez Antonio Días Toffoli criticó el sistema carcelario y se mostró partidarios de que la justicia endurezca las sanciones pecuniarias y se reserve las condenas de prisión "más que nada para los hechos de sangre". Según el magistrado, "la penosa situación de las prisiones hace mucho más difícil la tarea de los jueces al momento de fijar una pena de reclusión".
"Algunos dicen que es pedagógico enviar a alguien a la cárcel, pero ante la cruel realidad de las prisiones, en casos de corrupción sería más pedagógico recuperar los valores desviados", dijo Toffoli, quien propuso adoptar multas más elevadas para los responsables de irregularidades en la gestión pública. El juez se estaba refiriendo, sin nombrarlos, a los ex ministros José Dirceu y José Genoino. Ambos dijeron que fueron condenados sin pruebas y el PT denunció la "actitud militante de los miembros del tribunal".
Efe
El dato
Miedo
En agosto pasado se disparó la sensación de inseguridad con la ola de homicidios. Ese mes, el 26% declaraba tener miedo de caminar de noche por las calles de la metrópoli más grande de América del Sur. Ahora, ese índice saltó al 61 por ciento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario