viernes, 9 de noviembre de 2012


RESULTADOS DE UN TARDÍO PERITAJE

Policías en acción



31/10/2012
Revista 23
Un informe balístico de Gendarmería determinó que las balas que asesinaron a tres jóvenes el 20 de diciembre de 2001 provinieron del sector donde estaba la policía.
Asesinos. El motoquero Gastón Riva fue uno de los cinco asesinados en Capital Federal, horas antes de la huida de De la Rúa.
Durante los días 19 y 20 de diciembre del 2001 fueron asesinados cinco manifestantes en Capital Federal. Pero el número supera los 40 muertos si se habla de todo el país. El estado de sitio pareció ser la clave para dar rienda suelta a una violencia que incluyó hasta balas de plomo.
Recién ahora, once años después, se conoció el resultado de una pericia balística, pedida en 2004, que determinó que las balas que asesinaron a tres de los caídos en Capital vinieron del mismo lugar donde estaba ubicada la policía.
Este dato cobra importancia en el marco del juicio oral en el que serán juzgados los ex jefes policiales y los ex funcionarios del gobierno de la Alianza. Pero además, puede permitir que se revoque el sobreseimiento de Fernando de la Rúa, ex presidente que ordenó la declaración del estado de sitio en 2001, al tiempo que huía en helicóptero desde el techo de Casa de Gobierno.

Justamente, antes de fin de año, Casación debe fijar una audiencia donde se discutirán varios temas. ¿Por qué De la Rúa dictó el estado de sitio si la decisión debía tomarla el Congreso? ¿Qué responsabilidad tiene un presidente en el marco un estado de sitio?

El informe pericial de Gendarmería da vuelta la teoría que sostienen los abogados del ex secretario de Seguridad Enrique Mathov y el ex jefe de Policía Federal Rubén Santos, que sostienen que los balazos provinieron de “francotiradores” o “escopetas caseras”. Lamentablemente, el informe no pudo identificar quién efectuó los disparos, por eso ninguno de los uniformados será juzgado, por ahora.

Mientras tanto, las familias de estos jóvenes siguen buscando justicia. Gastón Riva fue uno de los asesinados. Era un joven motoquero que dejó una mujer y tres hijos huérfanos. Diego Lamagna es otro joven que no superaba los 30 años, vivía con su madre en Sarandí y sin militancia previa decidió salir a la calle. Su familia fue marcada por la tragedia: murió su hermana mayor y su madre sufre una grave enfermedad, pero pese a todo sigue esperando que se descubra quiénes fueron los autores de los disparos que mataron a su hijo. Ambas familias están siendo representadas por Rodrigo Borda, abogado del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). También queda pendiente el caso de Carlos Almirón, otro fallecido en aquella fatídica tarde.

Borda cuenta: “La pericia determinó que la dirección desde donde provienen los disparos coincide con el lugar donde estaba el cordón policial. Los manifestantes iban de Bernardo de Irigoyen a Tacuarí por Avenida de Mayo, mientras la policía avanzaba desde Tacuarí hacia Bernardo de Irigoyen por Avenida de Mayo. Además, la distancia mínima de disparos es de 40 metros y descarta la posibilidad de que haya sido un manifestante o un francotirador”. A la hora de dimensionar el impacto de estos disparos de escopeta, el abogado de Riva y Lamagna explica: “Donde mueren ambos había mucha gente que recibió perdigones de plomo. Fue una masacre, dispararon a la multitud con balas de plomo. Cada disparo de escopeta tiene cartuchos que tiran alrededor de nueve proyectiles. O sea que con un disparo salen nueve balas. Una verdadera masacre”. La búsqueda de justicia no se abandona. 

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