lunes, 12 de noviembre de 2012


Las penas son de nosotros, los dólares son ajenos

El ministro de Planificación, Julio de Vido y Peter Munk

Buenos Aires, 14 de julio de 2012

     
         Mientras los sabuesos de la AFIP revuelven los colchones de los jubilados amarretes en busca de dólares, el gobierno le concede a la Barrick Gold y las otras empresas megamineras que liquiden las divisas de sus exportaciones en 120 días y no en 30 como se había establecido inicialmente y como deben hacerlo otras empresas.
El privilegio es tan escandaloso que hasta Página/12 se ocupó del tema en algunas notas de crítica light. El pingüe negocio financiero que significan 90 días de plazo extra se dio, por cierto, después de las reuniones que mantuvo el ministro Julio De Vido con el capo de Barrick, Peter Munk, en el contexto de una de las clásicas apariciones de Cristina en el Council of the Americas, el santuario de David Rockefeller en Nueva York.
En Buenos Aires también hubo reuniones de Barrick Gold y Xstrata (que explota Bajo la Alumbrera) con De Vido, el secretario de Minería Jorge Mayoral (que compartía oficinas con la Barrick) y el temible bolchevique Axel Kicillof. Las mineras –según informó Javier Lewkovicz en Página/12- “justificaron la necesidad de extender el plazo de liquidación en función del largo viaje hacia destinos de Canadá; China o Suiza. También advirtieron que la certificación del precio y la calidad del mineral se realiza en la refinería que lo adquiere, situación que alarga los tiempos y que también constituye una de las principales críticas hacia el sector, ya que esa modalidad se presta a maniobras de subfacturación”.
Como seguramente lo saben los amigos de este blog (bonasso-elmal.blogspot.com), nadie mete las narices en los lingotes de metal dorée que salen del aeropuerto privado de la Barrick en Veladero, en la desolada terraza de los Andes. Cada ladrillo de esos lleva una mezcla de oro, plata, cobre y otros 14 minerales estratégicos que no suelen declararse. En lejanas refinerías las corporaciones separan la paja del trigo y cobran millones de dólares por los distintos metales preciosos que contienen los lingotes. Esa separación se opera a miles de kilómetros de distancia de la Argentina y no hay inspectores de la AFIP a la vista. Las mineras, como las petroleras, se limitan a consignar el contenido y el valor de sus exportaciones en declaraciones juradas que el Fisco acepta a pies juntillas. Al cabo hay una  distancia sideral entre un caballero como Peter Munk y los cretinos locales que por una añeja degeneración cultural pretenden ahorrar en dólares.
Durante años, como diputado nacional, presenté y representé un proyecto para controlar on line lo que Repsol y las otras petroleras sacaban realmente de los pozos y lo que las mineras como Barrick sacaban de los rajos abiertos en nuestra Cordillera. Esos proyectos eran idefectiblemente girados a la Comisión de Energía y allí naufragaban.
No pretendo ser Nostradamus, pero en los fundamentos de aquel proyecto que no fue, advertía que nos íbamos a quedar sin petróleo y sin gas, que deberíamos importar en el futuro a precios internacionales en inevitable ascenso (guerras e invasiones mediante). Es exactamente lo que está sucediendo y lo que recién descubrieron el oscuro De Vido y el iluminado Kicillof, cuando recordaron los nueve años de saqueo y rentas extraordinarias de Repsol, que coinciden exactamente con los nueve años de edad del Proyecto K. La gruesa factura energética, que supera los doce mil millones de dólares, es precisamente una de las razones de la sequía de billetes verdes y el consiguiente control de cambios. La otra razón de la astringencia en materia de divisas es el pago puntual de la deuda externa, incluyendo la que contrajo la dictadura y es –de manera manifiesta y judicial- “deuda odiosa”.
“El Mal”, como vemos, sigue viento en popa, a pesar del cantar de gesta pseudonacionalizadora, que celebran los intelectuales orgánicos del Modelo K.
La verdad, como bien decía Rodolfo Walsh (convertido ahora en muñequito para coleccionar por los demiurgos de Balcarce 50), está a la mano de cualquiera que se limite a leer los diarios (tanto sean los de la Corpo como los de la cadena oficial que regentea Szpolsky).
En la citada reunión de Nueva York, la organización filantrópica Monsanto anunció que invertirá 1800 millones de pesos para una nueva planta de maíz transgénico que “creará 400 puestos de trabajo”, como subraya otra nota de Página/12. Es decir que se profundizará la “expansión de la frontera agropecuaria” (sojera y maicera, diría yo), en perjuicio de los bosques nativos y el cambio climático.
Tampoco es dable esperar cambios realmente “nacionales, populares y progresistas” en el terreno de la megaminería y su relación patológica con la conservación del agua y el medio ambiente.
El fallo de la Corte Suprema que desestimó (correctamente) los amparos interpuestos por la Barrick contra la ley de glaciares, ha sido insolentemente ninguneado por la minera que afirmó no estar afectando los recursos hídricos y por la provincia de San Juan que se jactó de tener su propio inventario de glaciares.
La Presidenta, por su parte, ha guardado un sospechoso silencio sobre esta acordada que la obliga a realizar, de una buena vez, un auténtico inventario nacional de glaciares. Fiel a un estilo que envidiaría la monarquía saudita, el Poder Ejecutivo sigue ignorando al Poder Legislativo y desobedeciendo al Poder Judicial.
Mientras tanto se va cocinando la nueva trampa, una supuesta participación de los estados provinciales en la renta minera, que consagre el principio gatopardista: “que algo cambie para que todo siga igual”.
De esa oscura maniobra tendiente a proteger los intereses del sector más concentrado del capitalismo mundial, volveremos a ocuparnos en este espacio (bonasso-elmal.blogspot.com). El único que me queda después de más de 50 años de ejercer el periodismo profesional. Censurado y marginado por los dos grandes bandos en pugna, sólo tengo este modesto instrumento para seguir clamando contra el modelo neocolonial. Pero eso no importa si logro convocar por esta vía a todos mis lectores. A los que un día lejano se estremecieron con “Recuerdo de la muerte”, a los que seguían mis crónicas dominicales en Página/12, a los que hoy me paran por la calle y me impulsan a seguir defendiendo bosques y glaciares. Que es como decir el agua y el aire.
Hasta la próxima.


La Barrick Gold, detrás de la pelea Filmus-Bonasso por la Ley de Glaciares

En la sesión conjunta de la comisión de Minería y de Recursos Naturales, oposición y oficialismo cuentan los votos para dar dictamen de mayoría de su proyecto. El del FpV tiene media sanción del Senado mientras que Bonasso insiste con uno de Maffei, un calco del que fue vetado por Cristina luego de ser aprobado por unanimidad en el Congreso. La definición del área periglaciar en el centro de la discusión.
10.05.2010 17:26:00
El senador kirchnerista, Daniel Filmus, y el diputado de Diálogo por Buenos Aires, Miguel Bonasso, pelean voto a voto imponer su proyecto de ley de Glaciares en la sesión conjunta que tendrán mañana las comisiones de Recursos Naturales y de Minería de la Cámara Baja. Detrás de la discusión, están los intereses de la Barrick Gold y la estrecha relación que tiene el gobernador sanjuanino, José Luis Gioja.

Ambos buscarán mañana dar un dictamen de mayoría sobre la ley de Glaciares luego de que Cristina Kirchner vetara completamente el proyecto votado por unanimidad en el Congreso.

“Nosotros ya hablamos con todo el arco opositor y calculamos que tendremos 25 votos, pero si el oficialismo viene a la sesión puede empatarnos”, reconocieron cerca de Bonasso aunque se entusiasmaron por la mayoría que pueden obtener en la nueva composición de las comisiones. “Ahora está Pino Solanas, María Fernanda Reyes, Claudio Lozano”, señalan.

El oficialismo apoya el proyecto impulsado por Filmus que ya tiene media sanción en la Cámara Alta y, si consigue girarlo de la comisión al recinto, esperan que se lo sancione, mientras que la oposición encabezada por Bonasso, insistirá con el suyo. Como fue vetado por la Presidenta y en su momento no consiguieron el quórum para mantenerlo firme, busca aprobar una iniciativa escrita por la ex diputada nacional Marta Maffei, que es un calco al que el Ejecutivo le bajó el pulgar.

La principal discusión entre ambos proyectos es el área periglaciar. “Con la definición que quiere establecer el Gobierno, se le permitirá a la Barrick Gold seguir explotando a cielo abierto en Pascua Lama y contaminando las principales reservas de agua dulce que existen”, explicaron en el despacho de Bonasso.

El diputado de Diálogo por Buenos Aires ya había denunciado en diciembre de 2008 que el rechazo de Cristina Kirchner era “un veto de la Barrick Gold”. Sin cambiar un ápice de su discurso, sigue contando: “Según una confidencia que me hizo Romina Picolotti cuando aún era ministra de Ambiente, la Presidenta vetó por presión del gobernador Gioja, vinculado estrechamente a la Barrick Gold, que está llevando adelante el proyecto de Pascua Lamas”.

“Hasta el presidente de la Cámara Minera de San Juan, Ricardo Martínez reconoció que si hubiera una ley de glaciares como la que fue vetada, no podrían trabajar porque están explotando en zonas periglaciares. Esto lo dijo en un encuentro minero binacional que hubo en San Juan. Lo hizo un empresario minero sanjuanino que, como los Gioja, es proveedor de la Barrick Gold”, reveló Bonasso, quien junto con Filmus adelantaron cómo será el debate mañana en Diputados.

Con acusaciones cruzadas ambos expusieron sus posiciones en radio Continental.

"El tema es que los glaciares son reguladores naturales de la descarga a las cuencas vacías de los ríos en las zonas áridas. Por lo tanto no sólo es importante la protección del glaciar sino sumamente importante la zona periglaciar. Y esa es la diferencia fundamental entre la ley de (Marta) Maffei y la del Senado. Dentro de esta zona, la ley de Filmus sólo defiende los glaciares de escombros, que es una parcialidad. ¿Por qué se produce esta modificación si no es por el veto que la presidenta hace a partir de la presión que hace un gobernador que es socio de la Barrick Gold? ¿Por qué Filmus cambia de posición?", atacó Bonasso.

"No cambio de posición. La Cámara que inició es la de Diputados e intentó tratar el veto. Si hubiera conseguido los 2/3 para insistir con la ley, no estaríamos discutiendo acá. Por otro lado, el asunto del área periglaciar es exactamente a la inversa. El Instituto Nacional de Glaciares del Conicet nos dijo que el artículo 2 de la ley no estaba bien. Entonces yo le pido al director, Villalba, que me mande textualmente cómo definir bien el área periglaciar. Y me lo manda. Y así lo cambiamos. Lo que estamos diciendo nosotros y lo que debería hacer la comisión de Diputados es invitar a Villalba", respondió el senador kirchnerista.

"Lo hemos invitado y tengo varios mails cruzados con Villalba que desmiente esto. Uds. quisieron armar un foro después del veto para, de alguna manera, legalizar el veto", lo cruzó el diputado que durante la gestión de Néstor Kirchner y al principio de la de Cristina engrosaba las filas oficialistas en Diputados.

Filmus leyó al aire un mail de Villalba que dice que apoya “la iniciativa presentada por el senador para una ley que proteja los glaciares” y luego lo compara con el que impulsa Bonasso. “El texto de Maffei, que nosotros reformulamos, establece en el artículo 6 que prohíbe las actividades en los glaciares que puedan afectar su condición natural o las funciones definidas en el artículo 1. Y define el área periglaciar como área de alta montaña con suelos congelados. El Perito Moreno no está en alta montaña, por ejemplo. Hay una equivocación. Otro punto es que mientras que el proyecto original que presenta el diputado Bonasso dice que está prohibida la actividad minera en las zonas glaciares, en nuestro proyecto dice que está prohibido en zonas glaciares y periglaciares”.

Pero Bonasso le respondió: "Es al revés, senador. Voy a leer la discusión que hemos dado dentro de los asesores. Dice que la ley Filmus elimina del artículo dos la definición de periglaciar achicando notablemente el bien jurídico tutelado. Es decir que ya no se encuentra alcanzado por las disposiciones de la norma el área de alta montaña con suelos congelados que actúa como regulador del recurso hídrico, como describía el proyecto original, sino que deja esta vital superficie sin protección y a merced de las corporaciones mineras. En el proyecto que presentó el diputado Gioja en la Cámara también curiosamente hacía hincapie en este aspecto porque esto es lo que les preocupa a las mineras".

“Mañana lo vamos a discutir en comisión. Si va al recinto y tiene la media sanción de Diputados, el Senado tendrá que ver qué hace y la presidenta si la veta de nuevo”, concluyó Filmus.

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