viernes, 23 de noviembre de 2012

LOS BANQUEROS ECUATORIANOS HACIENDO TERRORISMO POR LA WEB

Ecuador: la banca responde a las regulaciones del gobierno amenazando con una crisis financiera por e-mail a sus clientes
AAVV · · · · ·
 
18/11/12
 


El 12 de noviembre, representantes de los bancos ecuatorianos Bolivariano, Produbanco y Guayaquil, entre otros, enviaron masivamente por correo electrónico una carta a sus clientes en la que entre otras cosas afirmaban que: ““la economía del país camina porque los bancos cuidamos escrupulosamente cada centavo que nuestros clientes nos han confiado. Este principio se pone en riesgo cuando se pretende que los bancos no se manejen con criterio técnico sino político”. Por ”manejo político” se refieren a la Ley de Redistribución del Gasto Social que se discute actualmente en el parlamento ecuatoriano y que pretende introducir una serie de regulaciones básicas sobre el sistema bancario ecuatoriano que eviten una nueva crisis financiera. Este chantaje del sector financiero ha provocado una oleada de indignación. Recogemos las declaraciones de William Black, economista crítico de EE UU del que hemos publicado varios artículos en Sin Permiso, y del escritor y diplomático ecuatoriano Raul Vallejo. NdR

“No encuentro palabras para expresar lo irresponsable de la carta de los banqueros”

El criminalista estadounidense William Black, especializado en fraudes bancarios, y autor del libro “La mejor forma de robar un banco es teniendo uno” publicado en el 2005, calificó como “increíble” e “irresponsable” la misiva enviada por cuatro banqueros ecuatorianos a las bases de datos de sus clientes con un texto insidioso que sugiere riesgos financieros y manejo político de las finanzas.
El  doctor en criminología por la universidad de Irving y PHD en leyes por la Universidad de Michigan es el director ejecutivo del Instituto de Prevención del Fraude, y como producto de su labor judicializó a más de 1000 delincuentes financieros, que terminaron tras las rejas.
“Lastimosamente la historia se repite, donde el sistema financiero crea burbujas que sobredimensiona los precios inmobiliarios, llenan vacíos donde la norma es baja y aprovechan esta situación”, dijo.
El experto internacional añadió que la práctica de la plutocracia para trabajar de esta manera es desregularizar el sistema y la descriminalización de estos actos, lo que llamó “un ambiente de crimen”, cuando los banqueros logran poner en un país un “caldo de cultivo para cometer crímenes y fraudes financieros”.
Como ejemplo de aquello, dijo, ya no existen en Estados Unidos persecuciones a fraudes por desregularizar al sistema”.
“Suramérica no tiene estas crisis, pero no debemos confiarnos porque este ambiente tiende a creer que en Suramérica también hay que desregularizar las normas vigentes”.
En su opinión, los Estados deben - en momentos de no crisis- crear las normas necesarias y ello se logra concretamente al imponer un control de los sueldos de los banqueros.
“Su objetivo es hacerse ricos en el menor tiempo posible y en sus reportes están obligados a maquillar los resultados”.
Sin embargo, “en 40 años de trabajo es la primera vez que me encuentro con algo como lo que vi en Ecuador: los líderes más importantes de los bancos más importantes que representan a los hombres más ricos del Ecuador, banqueros que están en la cuidadosa responsabilidad de velar por el ahorro de los ciudadanos están enviando e- mails masivos a sus depositantes amenazando que pueden haber riesgos financieros; se evidencia que es un esfuerzo coordinado donde envían el mismo texto para crear temor y pánico en los ciudadanos”.
A esto lo llamó una “autoparodia” pues “pensar que lo financiero no debe ser manejado políticamente, cuando precisamente esa carta es un elemento político”.
“Si esto hubiera sido realizado en Estados Unidos seria causal criminal en varios Estados, solamente crear falsos rumores sobre el sistema financiero es causa penal en Estados Unidos, solo esparcir el rumor, no llegar a una acción mas concreta”, dijo.
El analista recordó que en su país dichas acciones pueden concluir en remover al directivo de ese cargo, y a los responsables, que además no pueden ejercer durante 10 años, además de pagar multas pecuniarias de hasta 100.000 dólares.
“Comunicar un escenario de riesgo a los accionistas es diferente que hablar de riesgos con los depositantes, es una relación completamente distinta”, enfocó.
“No encuentro palabras para describir lo irresponsable de estas expresiones, no existe un antecedente en Estados Unidos para estas expresiones, ni en el mundo en la historia”.
“Ningún banquero honesto haría una declaración con el mensaje que enviaron a los ciudadanos. Dicen que los bancos manejan los recursos responsablemente, pero en la carta se ve que es irresponsable e hipócrita”.
Bill Black es el autor de "La mejor forma de robar un banco es poseerlo" y profesor asociado de economía y derecho en la Universidad de Missouri-Kansas City. Ha pasado varios años trabajando en políticas de regulación y prevención del fraude como Director Ejecutivo del Instituto para la prevención del fraude, Director de litigios en el Consejo de administración  del Banco federal de préstamos locales y Director delegado de la Comisión nacional para la reforma, recuperación y cumplimiento de las instituciones financieras, entre otros puestos.



Carta abierta a los banksters del Ecuador


Señores Banksters del Ecuador
De mis consideraciones:
El día de ayer recibí en mi dirección personal de correo electrónico una carta circular enviada por el banco a sus clientes. La base de datos de vuestra institución ha servido, en claro abuso de poder informático, para difundir una posición política cargada de verdades a medias que terminan configurando una mentira completa. La carta de ustedes ha pretendido crear una situación de alarma completamente falsa sobre el futuro inmediato del sistema financiero del país pero, afortunadamente, los banksters carecen de credibilidad ante la ciudadanía.
En 1999, ustedes nunca enviaron una misiva que advirtiera a los ecuatorianos las dificultades del sistema financiero que en ese tiempo existían y las posibilidades reales de perder nuestra moneda nacional como resultado de ese perverso maridaje que, en aquellos años, hubo entre el poder político y el poder financiero. El origen de esa debacle estuvo en la Ley de Régimen Monetario, de 1994, expedida por la alianza del gobierno de Sixto Durán Ballén con el Partido Social Cristiano, como parte del famoso Pacto del Cortijo acordado entre León Febres Cordero y Alberto Dahik. En ese momento, el equipo económico del gobierno —básicamente el mismo que tuvo Jamil Mahuad al inicio de su régimen— dijo que los bancos ineficientes quebrarían y que únicamente sobreviviría la banca viable. El dios mercado, al que ustedes veneran, se encargaría de ello. Lo que sucedió ya lo sabemos: más de cuatro mil millones de dólares tuvo que pagar el Estado para salvarle los trastos a la banca y a los banksters.
Ustedes pretenden hacer creer a los clientes que la economía del país anda bien porque los bancos se volvieron cuidadosos de los ahorros. Lo que no dicen es que el Estado tuvo que expedir nuevas leyes para aumentar controles y regulaciones a una banca a la que no se puede permitir que la “regule el mercado” porque inmediatamente se llena de préstamos vinculados, intereses de usura, cobro arbitrario de los servicios bancarios, lucro indebido por la impresión de cheques, depósitos especulativos en el exterior, o escalas salariales que van en desmedro de las utilidades a las que tienen derecho todos los trabajadores de la institución. Tampoco dicen que la economía del país está sana porque existe un gobierno que ejecuta una política económica centrada en los intereses del ser humano y no en la avaricia del capital.
Insinúan que el gobierno querría que los bancos se manejen con criterio político y no técnico como, supuestamente, ustedes lo hacen. Ya se han olvidado que, hasta poco más de un lustro atrás, los ministros de Finanzas eran por lo general, ellos mismos, “préstamos vinculados” de la banca al gobierno de turno. También se han olvidado que poderosos banqueros en su momento fueron financistas de las campañas presidenciales. Recordemos los 3 millones de dólares que Aspiazu donó a la campaña de Mahuad y que fue determinante para que el gobierno decretara el feriado bancario. Vuestro actual candidato a la presidencia, el banquero Guillermo Lasso, fue nombrado primero Gobernador del Guayas y luego Superministro de Economía del gobierno demócrata cristiano de Mahuad, y tiene una enorme responsabilidad en el manejo de la crisis económica de aquellos años. Filanbanco, hacia fines de 1998, había recibido alrededor de 300 millones de dólares para su salvataje —una cifra similar a lo que se requiere para aumentar el Bono de Desarrollo Humano a 50 dólares—, millones proveniente de todos los ecuatorianos. ¿Fue técnico o político socializar las pérdidas?
De manera irresponsable para con el país y para con el mismo sistema financiero, ustedes han propalado entre sus clientes el rumor de que podría existir alguna medida gubernamental que pondría “en riesgo los ahorros” del público y, frente a aquella hipotética situación, ustedes defenderían a los clientes. Lo que no aclaran es que por primera vez existe en el país un gobierno independiente de los intereses de la banca y en donde ustedes ya no tienen influencia. Lo que no aclaran es que el poder político que han perdido pretende ser recuperado a través de un banquero que hoy está de candidato a la presidencia y que cuenta con el apoyo de la prensa mercantil. Lo que no aclaran es que ustedes, acostumbrados a socializar las pérdidas, son renuentes a la redistribución social de la plusvalía.
Atentamente,
Raúl Vallejo Corral es escritor, poeta y diplomático. Director de la revista andina de letras Kipus. Mantiene el blog Acoso Textual (http://acoso-textual.blogspot.com.es), dónde hemos encontrado este artículo

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