martes, 13 de noviembre de 2012


INCERTIDUMBRE POR LA FALTA DE UN CANDIDATO EN LA PROVINCIA

El talón de Aquiles Pro


07.11.2012



La decisión de Michetti de quedarse en la Capital dinamitó las chances del macrismo en el distrito bonaerense. Las diferencias entre los que quieren preservar a Macri hasta 2015 y los que quieren jugar fuerte en 2013. El rol de Marcos Peña en el armado electoral.  
En lanús. El 3 de noviembre Macri pisó suelo bonaerense junto a Jorge Macri y Néstor Grindetti.
Quienes conocen bien a Mauricio Macri saben que está distinto. Que no es aquel político que asumió en 2007 como jefe de gobierno porteño queriéndose llevar el mundo por delante. Dicen que está enamorado, meditativo, sobre todo desde que fue papá de Antonia y desde que practica los rituales del Arte de Vivir, de Sri Sri Ravi Shankar.
Una anécdota lo retrata. Hace dos meses, en la última reunión ampliada de gabinete en subsuelo del Teatro San Martín, les recomendó a sus ministros que cuando estén atravesados por muchos problemas laborales y asediados por los conflictos políticos “estén tranquilos y se refugien en su familia”. Más de uno quedó boquiabierto con el consejo porque esperaba otro tipo de respuesta de un líder político que aspira a ser presidente.

Con ese mismo espíritu aceptó resignado que Gabriela Michetti, su única candidata con chances en la provincia de Buenos Aires, le dijera que prefería quedarse en la Capital Federal. Desde el entorno de quienes arman la estrategia del Pro a nivel nacional explicaron a Veintitrés que hubo “un error de timón” y que Macri “no le metió presión. Todos sabíamos que Gabriela iba a decir que no, pero justamente para eso Macri es el referente del espacio”.

Lo cierto es que desde que la actual diputada nacional decidió no ser candidata por la provincia, la estrategia del Pro dio un giro de ciento ochenta grados y uno de los principales perdedores fue nada menos que Emilio Monzó, a quien le habían encomendado la tarea de convencer a “Gaby”. Según las encuestas internas que manejaban dentro de Bolívar 1, Michetti tenía un piso de veinte puntos, por lo que las incipientes negociaciones con miras a la campaña del 2013 no eran una misión imposible. Muchos concejales ya le habían dado el sí para integrar las listas del Pro y así dar el primer paso para concretar el gran sueño de “El Pibe”: competir en 2015 por el del Sillón de Rivadavia. Pero en un abrir y cerrar de ojos, todo se fue por la borda ya que concretamente quedó en evidencia que el equipo amarillo no tiene candidato en el distrito de mayor peso electoral del país. El diputado Francisco de Narváez y el intendente de Tigre, Sergio Massa, aprovecharon la situación y salieron rápidamente a acordar con los dirigentes que había apalabrado el Pro. “La baja de Michetti a quien más benefició fue a De Narváez y a Massa. Ahora ellos cotizan más alto. En cuanto al Pro, están buscando al Midachi de la provincia de Buenos Aires”, explicó la fuente.

Lo cierto es que dentro del Pro conviven dos posturas. Quienes opinan que el 2013 no es importante, es decir, que la energía tiene que estar puesta en 2015, y por el contrario, quienes creen que la elección del año que viene es fundamental. En el primer grupo está Marcos Peña, el secretario general del Gobierno de la Ciudad, quien se convirtió en los últimos tiempos en la persona más influyente del jefe de gobierno. Cuentan, además, que por momentos oficia de jefe de Gabinete, lo que desata la ira nada menos que del propio Horacio Rodríguez Larreta, quien ya dejó en claro sus intenciones de suceder al propio Macri. Pero no será fácil. Peña tiene entre ceja y ceja a Larreta y ya adelantó entre los suyos que su candidato a jefe de gobierno es Fernando De Andreis. El joven mimado es el actual presidente del bloque del Pro en la Legislatura porteña y todo indicaría que en 2013 se haría cargo del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, hoy comandado por Diego Santilli, también enemistado con Peña. “Peña es de los que tiran siempre por candidatos jóvenes y que no estén contaminados por la política y cree que desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público tiene que surgir el próximo jefe de gobierno porque es el lugar que más contacto tiene con los vecinos”, confiaron.

Pero Santilli y Larreta no son los únicos en la lista negra de Peña. Las diferencias con el diputado nacional Federico Pinedo son tan profundas que casi llegan a la violencia física. “Casi se cagan a trompadas”, confesaron a esta revista. Lo cierto es que Pinedo fue uno de los que convenció y respaldó a Michetti para bajarse de la provincia y Peña no se lo perdona.

Entre quienes creen que Macri debe posicionarse en 2013 está el ministro de Hacienda Néstor Grindetti. Tanto es así que el sábado 3 de noviembre Grindetti compartió escenario junto al jefe de gobierno y a su primo, el intendente de Vicente López, Jorge Macri, en un acto en el municipio de Lanús donde compitió por la intendencia en 2011. Allí, puso blanco sobre negro y marcó la cancha a propios y ajenos: “No coincido con los que dicen que no es importante el 2013. Si no hacemos una buena elección, si no ganamos, el país va a seguir siendo el mismo. Un líder como Mauricio no puede menos que ganar”, disparó en el escenario dejando en claro su posición.

Pero hay un tercer sector que sostiene que Macri debería presentarse en las próximas elecciones legislativas como diputado o senador nacional y así dedicarse de lleno a la campaña para el 2015. Uno de los que fogonea esta estrategia es el diputado Jorge Triaca, uno de los articuladores para volver a armar un frente con De Narváez. Se trata de uno de los impulsores de Generación Democrática, un espacio en el que conviven macristas y denarvaístas jóvenes como Gonzalo Atanasof y Adrián Menem. No es casual que el propio “Colorado” haya declarado públicamente que apoyaría una eventual candidatura del ex presidente de Boca: “La provincia de Buenos Aires es de los bonaerenses, Jorge Macri dijo que Macri podría ser candidato en la provincia y me parece muy bien. En la provincia de Buenos Aires es donde se va a plebiscitar el modelo el año que viene”.

Pero con Macri nunca se sabe y puede sorprender, como cuando confesó: “Si de golpe termino dedicándome a mi mujer y a Antonia el día de mañana, ¿cuál es el drama? Habrá alguien con las capacidades para conducir este país”. Dentro del Pro esperan que las palabras del jefe de gobierno sean algo pasajero, como su nueva espiritualidad. 

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