DISYUNTIVAS

EL MENSAJE DE MACRI: “O REPRIMEN USTEDES  O LOS MATAMOS NOSOTROS”

Macri no es una muestra gratis de la derecha. Es una muestra que se ha cargado varios muertos.

Por un lado, demostró con creces su ineptitud como gobernante. Por otro, lo que sí supo hacer, fue enviar un mensaje directo, crudo y sin ningún tipo de freno. Un mensaje agitador y que trasciende absolutamente sus diferencias políticas o sus apetencias de poder, ya que tiene que ver con su visión, con su ideología, con sus pensamientos profundos y verdaderos.  Macri no tiene un mensaje de derecha, no parece Micky Vainilla. Es Micky Vainilla, claro que en clave siniestra.

A esta altura ya no se puede pensar que Macri no mide sus palabras, sus palabras tienen el mensaje deliberado, el que quiere dar; y al igual que aquellas expresiones del senador radical Sanz sobre la asignación universal, el juego y la droga, tienen también destinatarios precisos y concretos.

Porque no hay que engañarse: el discurso racista, xenofóbico y discriminador está instalado en la sociedad argentina, y no como patrimonio exclusivo de los que siempre detentaron el poder real; prende en no pocos sectores populares, ni que decir en vastas capas de las clases medias. 

Pero no se trata solamente de nacionales o extranjeros, de pobres o ricos, de negros o rubios, de europeos o latinoamericanos. Se trata de todo eso junto. Y las opciones propuestas son concordantes.

Y el mensaje prende enseguida. Echen un fósforo en un depósito de pirotecnia y verán un festival de fuegos artificiales. Macri no ha sido incontinente. Ha provocado la situación y pretende arrastrar al gobierno nacional en su postura. La solución es reprimir porque si no va a correr sangre. Y la sangre corrió. Lo que Macri quiso instalar sucedió.

Ya no hablemos que prometió 70.000 viviendas y construyó menos de 100 en tres años. No hablemos que no proyectó una política social hacia los sectores marginados. No hablemos que no se ha preocupado de desarrollar una política inclusiva. No hablemos de todo eso porque no pertenece a su idea, ni lo podemos esperar de proyectos políticos como los que Macri expresa.

Hablemos de que el Gobierno Nacional debe mantenerse firme y no debe claudicar en su postura de no reprimir la protesta social, como lo ha hecho hasta ahora. Lo que está en juego no es un parque. Lo que está en juego es el destino deseado y por el que hay que pelear palmo a palmo, boca a boca, persona a persona, pagando todos los "costos políticos" que sean necesarios, si hace falta.

Y si no terminamos de tener en claro las disyuntivas que se le plantean a la sociedad argentina, el discurso de Cristina de ayer ayuda a despejarlas.