NUEVE AÑOS DESPUÉS

En estos días se cumplen nueve años de aquél trágico diciembre del 2001, con la caída de De La Rúa, y si se presta atención a lo que los medios hegemónicos dicen a diario y al clima social que parecen querer instalar, se diría que hoy la cosa está igual o peor que entonces.

¿Será tan así?

En diciembre del 2001 el gobierno enfrentaba el final de una crisis iniciada con la renuncia del vicepresidente, provocada por el episodio de la Banelco.

Ahora el gobierno enfrenta el último año de su mandato con la imagen de la presidenta al tope de todas las encuestas, pese a los embates constantes de la oposición; incluyendo en ella al vicepresidente, que no piensa -ni por asomo- en renunciar a su cargo.

En diciembre del 2001 la clase media se acercaba a los piqueteros, pero el amor cedía cuando comprobó que, para abrir las puertas de los bancos, no era necesario usar a un cabecita negra como ariete humano.

Ahora vastos sectores de la clase media odian a los negros, piqueteros e inmigrantes de los países latinoamericanos, y pide que los gaseen, les tiren un camión hidrante por encima o directamente los maten; y el odio solo cede por un rato, cuando descubren que a la mucama -además de servir para tocar la cacerola en las protesta del campo-, pueden deducirla del Impuesto a las Ganancias.

En diciembre del 2001 Macri era presidente de Boca y disfrutaba de una larga serie de éxitos deportivos, a partir de los cuáles maquinaba en secreto su idea de dedicarse a la política, y ser Jefe de Gobierno de Buenos Aires.

Ahora Macri es Jefe de Gobierno, su gestión es un completo fracaso y, a pesar de eso (o precisamente por eso), dice que quiere ser presidente de la Nación.

En diciembre del 2001 la Federación Agraria formaba parte del Frente Nacional Contra la Pobreza, y como consecuencia de eso, Buzzi era aliado de Claudio Lozano.

Ahora la Federación Agraria forma parte de la Mesa de Enlace, pero Buzzi sigue siendo aliado de Claudio Lozano.

En diciembre del 2001 Pino Solanas preparaba documentales sobre la crisis, y festejaba el Argentinazo.

Ahora sigue haciendo documentales, y le agarró el viejazo.

En diciembre del 2001 la Sociedad Rural, conducida por un Crotto, reclamaba apertura de las exportaciones, eliminación de los controles de precios y que al gobierno ni se le ocurriera poner retenciones.

Ahora reclama que saquen las retenciones que pusieron y que el gobierno se vaya, conducida por un borracho.

En diciembre del 2001 caía un presidente radical con notoria cara de nabo, que ganó las elecciones porque medía bien en las encuestas, y que durante la campaña jamás se definió en ningún tema importante; y cuando llegó al poder su gobierno entró en crisis precisamente por su notoria incapacidad para adoptar decisiones.

Ahora los tres precandidatos radicales a la presidencia para el 2011 tienen la misma (o peor) cara de nabos, y uno de ellos llegó a liderar las encuestas por haber tomado una sola decisión, vacilando y en contra de los que lo votaron.

En diciembre del 2001 Mirtha Legrand amenazaba -como todos los años- con dejar de hacer el programa el año siguiente, y la política ocupaba en sus almuerzos un lugar marginal.

Ahora parece empeñada en quedarse haciendo el programa todo el tiempo que sea necesario para bardear a todas las figuras del oficialismo, aportando su granito de arena diario para combatir al gobierno, y en los almuerzos se rodea de marginales de la política.

En diciembre del 2001 Carrió era -como ella misma se definió- una gorda provinciana, periférica y con delirios místicos, que profetizaba calamidades inminentes.

Ahora sigue siendo lo mismo, pero naturalizada porteña, y pasada por miles de horas de cama solar.

En diciembre del 2001 Duhalde conspiraba en las sombras contra el gobierno, contribuyendo a desestabilizarlo para, después que cayera, poner cara de sacrificio y ofrecerse como piloto de tormentas.

Ahora sigue haciendo lo mismo, pero desde Harvard, los coloquios de IDEA y las cenas con Magnetto.

En diciembre del 2001 los sectores de la izquierda llamaban a la unidad de todos los que luchan, se solidarizaban con los ahorristas estafados por los bancos y se ilusionaban con un sóviet de asambleas barriales porteñas que instauraría la dictadura del proletariado.

Ahora siguen llamando a la unidad mientras se parten en mil pedacitos, y después de haber ido los actos de la Mesa de Enlace, temen que los burgueses voten en sus internas abiertas, como si a millones de argentinos les preocupara inclinar una elección entre Pitrola, Altamira o Vilma Ripoll.

En diciembre del 2001 habían pasado por el Ministerio de Economía López Murphy -que debió renunciar a los quince días porque proponía un mega-ajuste- y Cavallo, que salió como rata por tirante después de haber inventado el corralito.

Ahora López Murphy lanza un nuevo partido político para postularse a Jefe de Gobierno, después de haber sido dos veces candidato a presidente, y Cavallo tiene un blog desde donde analiza la realidad política y da consejos sobre economía. Los dos siguen sosteniendo que el país necesita un ajuste.

En diciembre del 2001 decenas de argentinos caían víctimas de la represión a la protesta social, muchos de ellos -como "Pocho" Lepratti- en Santa Fe, víctimas de la policía de Reutemann, que guardaba silencio.

Ahora, tras siete años de firme decisión del Estado nacional de no reprimir la protesta social, vuelve a oírse el coro de los que piden mano dura, "para que el país no caiga en la anarquía", como si los Pochos Leprattis no hubieran existido, y Reutemann sigue guardando silencio. 

En diciembre del 2001 los bancos fugaban los depósitos de sus clientes y las AFJP de esos mismo bancos, hacían otro tanto con los aportes de los futuros jubilados, afrontando la furia de los ahorristas de la clase media.

Ahora cierta clase media protesta contra los bancos, porque no les prorrogan los descuentos para comprar con tarjeta de crédito en los shoppings, y pide que vuelvan las AFJP, porque no quiere que la ANSES maneje la plata de los jubilados.

En diciembre del 2001 los jubilados iban a la justicia, para que les devolvieran el 13 % de los haberes que el gobierno les descontó por decreto.

Ahora algunos jubilados van a la justicia para que les paguen el 82 % , porque les parece injusto el índice de actualización establecido por una ley del Congreso, después de que el gobierno les diera 17 aumentos desde el 2003, y los que les descontaron el 13 %, propusieron una ley para aplicar el 82 % móvil.

En diciembre del 2001 el grupo Clarín aprovechaba el resquebrajamiento del sistema político, para conseguir fortalecer sus privilegios e intereses, como se vería poco después con la pesificación de las deudas en dólares y la ley de bienes culturales que lo salvaron de la quiebra.

Ahora el grupo Clarín aprovecha los pedazos que quedaron de ese resquebrajamiento y una vasta red de complicidades que montó en la justicia,  para defender esos mismos privilegios e intereses amenazados; desde las licencias de radio y televisión y la fusión de los cables, hasta Papel Prensa y los hijos de Ernestina Herrera de Noble.

No hace falta reiterar aquí un balance de los gobiernos kirchneristas, tanto el de Néstor, como el de Cristina -y eso por citar nada más que algunos de los logros-, para saber que, desde el 2001 para acá, muchas cosas cambiaron -y para bien- en la Argentina.

Parece en cambio que muchas otras siguen igual -o peor- que entonces.

Habrá que tener en cuenta ambos aspectos, a la hora de votar el año que viene.